Culpa líder senatorial a pandemia que depresión se convierta en problema de salud pública

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Ciudad de México, México.— La depresión y otros padecimientos mentales, que se han incrementado en México por la pandemia, deben atenderse como problemas de salud pública, pues afectan a un segmento amplio de la población, dijo la presidenta de la Mesa Directiva, Olga Sánchez Cordero.La salud mental, dijo la legisladora, ha sido vista por muchos años como un tipo de atención médica secundaria, sobre todo en varios países de América Latina, lo que incluye a nuestro país.

No es exagerado decir que el amplio desconocimiento sobre su importancia ha generado que estos padecimientos sean atendidos como otro tipo de afectaciones y que, incluso, sean percibidos como un tabú cultural del cual no debe hablarse.

En el foro “Salud mental y la innovación en México”, Sánchez Cordero consideró indispensable que desde el Poder Legislativo se pueda identificar a la depresión como un problema de salud pública, que afecta a un segmento muy grande de la población.

Se trata, dijo, de un padecimiento silencioso, que mina poco a poco la vida de una persona y que puede llevarla a escenarios donde puede auto infringirse daño o incluso llegar al suicidio.

Sus síntomas, advirtió, no son tan evidentes como la gente supone y pueden pasar fácilmente desapercibidos, incluso puede pasar que una persona con depresión se muestre ante los demás con buen ánimo, sin ningún síntoma visible.

La presidenta del Senado destacó que, de cada 100 mexicanos y mexicanas, 15 padecen depresión y que las personas más afectadas para este padecimiento son las mujeres y las personas de escasos recursos.

Por ello, asentó, “nunca más debe verse a la depresión y otros padecimientos mentales como un tabú, o como una invención generalizada. Al contrario, debe ser atendida desde todos los ámbitos de la esfera pública, desde todos los poderes de la Unión y desde todos los niveles de Gobierno”.

La senadora Eva Eugenia Galaz Caletti, quien organizó el foro, coincidió con la Presidenta de la Mesa Directiva, al señalar que el Poder Legislativo se suma a la lucha por una mejor salud integral, física y mental, con espacios para escuchar la perspectiva de los especialistas a fin de lograr una legislación en materia de salud mental.

La legisladora del Grupo Parlamentario de Morena expuso que la depresión es un enemigo silencioso que causa síntomas de angustia que afectan el sentir, pensar y desarrollo de las actividades diarias de las personas como dormir, comer o trabajar, pues va más allá de una tristeza común que generalmente se extiende por más de dos semanas.

A pesar de que no era considerada problema en el país, la pandemia por Covid-19 agravó la situación, pues explicó, antes del SARS-CoV-2 este padecimiento afectaba sólo al 3 por ciento de la población, pero la emergencia sanitaria elevó la proporción al 27.6 por ciento.

Por su parte, el embajador de Dinamarca en México, Lars Steen Nielsen, señaló que cada cuatro consultas médicas en Dinamarca son por un tema de salud mental; por eso, el gobierno de ese país destina aproximadamente 80 millones de euros cada año para la intervención temprana, centros de 24 horas para atender a las personas y para la atención de niños y niñas con estos padecimientos.

“El Gobierno dirige gran cantidad de recursos a la salud porque obtiene grandes beneficios, ya que la gente que no sufre de problemas de salud mental, son mejores ciudadanos, son más felices en su entorno y pagan impuestos, entonces la sociedad funciona mejor. “Es una lógica que tiene una resonancia política”, enfatizó.

La doctora Rosa Juárez Pérez, presidenta de la Asociación Multidisciplinaria para el Apoyo a la Salud, sostuvo que la depresión es la primera causa de discapacidad en el mundo. No atender este problema, acotó, tiene consecuencias no sólo en la salud mental, sino física, por lo que se deben prevenir los trastornos mentales.

Adicionalmente, Juan Manuel Quijada Gaytán, director general de los Servicios de Atención Psiquiátrica del Gobierno Federal, indicó que la salud mental no sólo se alcanza con el uso de fármacos, sino con la implementación de estrategias que generen conciencia activa en los ciudadanos.