El Dólar estadounidense y los tambos de petróleo, por no mencionar a los insensatos acaparadores y verduleros ladrones, están acabando con lo que queda de la economía mexicana, y más que ello con lo que de poder de compra le queda a los mexicanos. De los millones y millones de pobres ya ni hablamos. Ellos se mueren de hambre de por vida. Desde cuando nacen nacen condenados a morir de hambre.
Cómo estarán los gravísimos problemas de la economía que ahora sí los encargados de manejarla empiezan a mostrarse preocupados, aunque la pobreza no llegue a su opípara mesa familiar: El gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens Carstens, advirtió que los mercados de economías emergentes, entre las que obviamente destaca la mexicana, deben estar preparados para un choque que calificó de “potencialmente grave”, que haría necesario recurrir a políticas similares de estímulo monetario como lo hizo el Sistema de la Reserva Federal (Fed) en Estados Unidos.
El ajuste económico puede ser violento y los políticos deben estar preparados para enfrentarlo, de acuerdo con una entrevista que Carstens otorgó al rotativo especializado en negocios, finanzas y economía, el británico The Financial Times.
En un contexto de desaceleración de la economía china, los bancos centrales de mercados emergentes pueden seguir políticas homólogas que llevaron al cabo economías avanzadas con medidas no convencionales como prestamistas de última instancia con el propósito de estimular a sus economías, advirtió el funcionario mexicano.
La respuesta que se necesitaría de política monetaria por parte de los bancos centrales de economías emergentes, puede ser por debajo del alivio cuantitativo o conocido como QE, dijo el empleado del Fondo Monetario Internacional con licencia para gobernar el banco central mexicano, al referirse a las que tuvieron que emprender el Fed y el Banco Central Europeo (BCE) con la compra de activos financieros.
A raíz de la crisis de las hipotecas en Estados Unidos en 2009, surgió el término QE (Quantitative Easing) o algo así como lo que sería el término absolutamente ininteligible de “flexibilización cuantitativa” como una política de estímulo monetario, que consistió en la compra de activos tóxicos de los bancos privados.
Tras la advertencia de Carstens Carstens, algunos analistas financieros coincidieron en que la situación económica ha rebasado las expectativas y que no hay un factor en el corto plazo que haga pensar que la situación va a mejorar.
“La caída de los precios del petróleo y de otras materias primas como los metales, así como la depreciación del peso frente al dólar han sido mayores a lo esperado”, comentó Rafael Camarena, analista económico de grupo financiero Santander.
El precio internacional del petróleo en mínimos de casi 13 años, la desaceleración de la economía china, así como los datos mixtos sobre el desempeño económico de Estados Unidos han elevado la aversión al riesgo de los inversionistas sin que hasta el momento haya una señal positiva que pudiera tranquilizar a los mercados, advirtió James Salazar, analista económico de CI Banco.
Esta combinación de factores está provocando caídas muy serias en la mayoría de los mercados financieros, y para hacerle frente es que Carstens habla de medidas de política monetaria no convencionales, agregó Salazar.
Sin embargo, la posibilidad de que economías emergentes apliquen medidas heterodoxas como los han hecho las economías desarrolladas resulta complicado porque necesitarían partir de una posición fiscal muy sólida y las finanzas públicas de la mayor parte de los mercados emergentes ha resentido el impacto de la creciente volatilidad financiera, opinó Rafael Camarena.
En el caso específico de México, Guillermo Aboumarad, director de estrategias de mercado de casa de bolsa Finamex, considera que la depreciación del peso comienza a parecer desordenada por lo que hay que fortalecer el mecanismo de venta de dólares., para evitar que el peso sea una de las monedas más castigadas por el fortalecimiento internacional del dólar.
Y para el Consejo Coordinador Empresarial, el desequilibrio estructural que vive la economía global y que genera un recrudecimiento de la volatilidad financiera podría extenderse por tiempo indefinido. Ante esa perspectiva, tanto el gobierno como las empresas deberán apuntalar el blindaje y prepararse para reaccionar ante cualquier acontecimiento.
Para el presidente del organismo empresarial, Juan Pablo Castañón, existe la posibilidad de que se registre una “guerra competitiva” de tipo de cambio y que haya mayores salidas de capital de cartera. Además, preocupa la caída de los precios del petróleo, por lo que se requiere de un esfuerzo real de austeridad y eficiencia en el gasto público
El Fondo Monetario Internacional (FMI) entre tanto recortó en dos puntos porcentuales el pronóstico de crecimiento de México para 2016 y 2017, debido al crecimiento anémico mundial, el dólar fuerte, la baja del petróleo y la desaceleración de China.
Par este año la nueva proyección es de 2.6% y para el 2017 de 2.9%, según la actualización de las perspectivas de la economía mundial (WEO) en el cual se recomienda a países exportadores de materias primas como México recortar el gasto público y hacerlo más eficiente para poder adaptarse mejor a la caída de los ingresos fiscales.