Deshidratación y golpe de calor: riesgos presentes en temporada vacacional

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Jalisco, México.– La llegada de la primavera trae consigo el periodo vacacional de Semana Santa, época del año característica por el flujo de personas a los destinos turísticos de México y por el aumento de las temperaturas en algunas regiones de nuestro país.

De la misma manera, esta primavera marca el primer año de confinamiento por la crisis sanitaria derivada de la pandemia por la COVID-19, lo que puede propiciar aglomeraciones de personas en espacios públicos durante la Semana Santa, considerada del 28 de marzo al 9 de abril.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Turismo, la contingencia por el coronavirus ocasionó problemas en ese sector, ya que los hoteles y hostales tuvieron un descenso en su ocupación (entre 20 – 30%), en comparación con otros años.

Sin embargo, durante el puente del 13 al 15 de marzo, la misma dependencia comunicó que hubo un incremento en la ocupación hotelera, llegando a la mitad de su capacidad, por lo cual se estima que en Semana Santa se tendrán más visitantes en los destinos turísticos de México.

En este contexto, la Dra. Irma Luisa Ceja Martínez, Gerente Médico de Endocrinología y Nutrición en Grupo PiSA, aseguró que es fundamental recordar y motivar a los vacacionistas a apegarse a las medidas de prevención de la Organización Mundial de la Salud (WHO, por sus siglas en inglés) como lo son el uso continuo de cubrebocas, el lavado frecuente de manos y uso de gel antibacterial, la estancia en lugares ventilados y el distanciamiento de 2 metros entre personas.

En este mismo tema, la especialista en Medica Interna, dijo que es importante mencionar que el periodo vacacional de Semana Santa coincide con el inicio del aumento de temperaturas; por lo que también se debe dialogar sobre la importancia de la hidratación para prevenir riesgos a la salud como la fatiga por deshidratación y el golpe de calor.

“Hay una clara diferencia entre la deshidratación y el golpe de calor. La deshidratación es la perdida de agua y electrolitos porque no hay un balance entre la pérdida de líquidos y la ingesta. Por otro lado, el golpe de calor se caracteriza por la elevación de la temperatura corporal que no logra ser equilibrada por la producción de sudor”, informa Ceja Martínez, también presidenta del Capítulo México del Colegio Americano de Médicos Internistas (ACP, por sus siglas en inglés).

Para prevenir estos padecimientos, la Dra. Ceja Martínez recomienda mantener un esquema de hidratación con el que se compensen las pérdidas de líquidos en el cuerpo por las altas temperaturas.

“Aproximadamente la mitad del agua que requerimos viene de nuestros alimentos; sin embargo, para prevenir la deshidratación y el golpe de calor, es necesario consumir entre 2 y 3 litros adicionales de agua natural. En los casos en los cuales hay una pérdida importante de electrolitos en poco tiempo, la rehidratación oral con sueros que tengan entre 4 y 6 gramos de glucosa puede ayudar a prevenir estos padecimientos; ya que este compuesto sirve para absorber los electrolitos que se pierden en el sudor”, comparte Ceja Martínez, quien es Integrante del Colegio de Médicos Internistas (CMIM).

En un artículo de la revista médica “Reseñas de Nutrición”, los autores comparten estudios en los que se relaciona a la adecuada hidratación con la prevención de otros padecimientos. Se menciona que la hidratación reduce el riesgo de generar piedras en los riñones, previene el estreñimiento, mejora la función de los pulmones, disminuye la probabilidad de tener infecciones urinarias, reduce el riesgo de hipertensión y previene el desarrollo de enfermedades del corazón.

Por ello, en el transcurso de la Semana Santa, se recomienda mantener una adecuada hidratación para cuidar de la salud. Es fundamental recordar que en México aún hay riesgo de contagios por la pandemia de la COVID-19, por lo que es recomendable quedarse en casa; sin embargo, si se tienen planeado vacacionar, hay que hacerlo de manera responsable y con estricto apego a las medidas de prevención de contagios emitidos por la Organización Mundial de la Salud.