El Consumer Electronic Show (CES) es el mayor escaparate de tecnología de consumo masivo en el mundo cuyo origen se remonta al año 1967. En él es posible atestiguar las tendencias de innovación de las más importantes empresas pertenecientes a los sectores de tecnología de la información, automotriz, manufactura y fabricación de dispositivos.
Si bien la variedad de gadgets, productos y soluciones que se han presentado en el CES de este año es inmensa, el común denominador es la conectividad. Esto significa que ningún sector de la industria parece escapar de la tendencia al Internet de las Cosas (IoT) o, mejor dicho, del Internet del Todo.
Destaca la presentación de soluciones que permiten el control de unidades automotrices a través de la red LTE, equipos Wi-Fi que optimizan la experiencia de navegación, soluciones de e-Salud que implementan el monitoreo digital de enfermedades crónicas, además de la interacción de un sin fin de aparatos domésticos conectados entre sí, a lo cual se le conoce como soluciones para Hogares Inteligentes (Smart Homes).
Incluso, esta edición del CES es el fiel reflejo de la propensión por el desarrollo de Ciudades Inteligentes y cómo la conectividad es un factor crucial para el despliegue de las mismas. Por citar un ejemplo, el evento acogió discusiones sobre cómo la conectividad aporta en la mejora del transporte y movilidad urbanos.
Lo cierto es que en México todo este arremolinamiento tecnológico alrededor de la conectividad presenta principales barerras que limitan sus posibilidades de adopción en el corto y mediano plazos. Resulta complicado contar con un parque vehicular conectado y autónomo, cuando las redes de telecomunicaciones inalámbricas en el país apenas se encuentran en el proceso de migración a tecnología de cuarta generación 4G/LTE y de la cual se estima una muy acotada adopción equivalente a 8.4% de las suscripciones móviles en el país.
Desagregación de las Suscripciones Móviles por Tecnología (millones) |
Fuente: The Competitive Intelligence Unit, 2016 |
Por otro lado, el monitoreo digital de enfermedades crónicas y su sintomática no puede ser realmente ubicuo si la penetración del servicio de banda ancha aún se encuentra muy por debajo de la métrica internacional. Al cierre de 2015, la Banda Ancha Fija alcanza una penetración de 15% de la población, mientras que la Banda Ancha Móvil (BAM), 27% de los mexicanos.
Penetración de los Servicios de Banda Ancha |
Fuente: The Competitive Intelligence Unit, 2016 |
En concreto, la penetración de BAM varía de acuerdo con el poder adquisitivo. De esta forma, aquellos individuos en segmentos bajos registran menores niveles de adopción de este servicio. En consecuencia, las bondades de e-Salud como solución tecnológica a condiciones estructurales quedan al margen de estos segmentos en la base de la pirámide social.
En este sentido, la brecha de adopción de estos nuevos desarrollos tecnológicos sería considerable, debido a que los niveles socioeconómicos más altos (AB) cuentan con una penetración BAM de 86%, mientras que los niveles con mayor rezago (D+/D/E) registran una penetración de sólo 15%.
A la par de la adopción de servicios de conectividad se encuentra la masificación de los dispositivos inteligentes, que fungen como otro de los principales habilitadores de los Hogares Inteligentes.
En este sentido, los Smartphones, Tabletas y algunos otros dispositivos vestibles o wearables interactúan con electrodomésticos u objetos conectados, facilitando su control y manejo. Sin embargo, la rápida pero insuficiente adopción de estos dispositivos constituye un indicador de la dificultad que enfrentan los mexicanos para adoptar el grupo de soluciones tecnológicas para los hogares. En este sentido, alrededor de 60% de los mexicanos cuenta con un teléfono móvil inteligente, mientras que la penetración de tabletas alcanza 14%.
El CES, en su edición 2016, reitera que la conectividad es el eje que trastoca la gran mayoría de las actuales tendencias tecnológicas de consumo. Sin embargo, México padece de una reiterada incapacidad para alcanzar un pleno aprovechamiento de estas, puesto que aún identifica importantes rezagos en la distribución de servicios de Banda Ancha, actualización a las redes de infraestructura y adopción de dispositivos móviles inteligentes.
Por lo tanto, la llegada y eventual incorporación de estas tendencias tecnológicas (hogares y ciudades inteligentes) a nuestro país requiere de un acompañamiento entre la expansión del mercado de telecomunicaciones, en términos de adopción de conectividad y dispositivos de acceso, así como de una necesaria inversión en infraestructura y de una actualización de la agenda regulatoria y de política pública, en torno a la conectividad de nueva generación.