En entrevista previa al inicio de la sesión ordinaria de este martes, Zambrano Grijalva indicó que “no hay condiciones para sacar una reforma consensuada en lo fundamental, y lo aconsejable –dijo- es esperar”.
Alertó que “si la quieren sacar de aquí a dos semanas que tenemos de trabajo”, será necesario escuchar a la gente que está diciendo que no están bien las cosas y piden que se tomen en cuenta sus puntos de vista.
Si se quiere sacar la reforma a “contrapelo” de la opinión de la gente que será afectada, no va a tener el mejor resultado, advirtió.
“Van a generar problemas sociales. A lo mejor están apostando a que si sale esto en días previos al puente Guadalupe-Reyes, los cánticos navideños y las felicitaciones de Año Nuevo llevarán al olvido estas reformas; pero –resaltó- no veo que el país esté así, no veo que el estado de ánimo de millones de ciudadanos esté pasivamente esperando a ver qué se resuelve”.
“El Grupo Parlamentario del PRD fijó una posición muy clara que comparto y suscribo esencialmente, y lo he manifestado desde que empezó la discusión en la Cámara de Diputados hace varias semanas. El PRI ha reaccionado sobre ese posicionamiento diciendo que en lo esencial, los planteamientos, reclamos y las diferencias expuestas están atendidos, pero no veo que sea así, por lo menos en partes sustantivas, en lo que se refiere a dejar claro que PENSIONISSSTE será de propiedad absoluta del Estado”, expuso.
Así, añadió, llevarán a la ruina el sistema de pensiones del país, como ha sucedido con las Afores desde que en 1997 se hizo la reforma para avanzar en una privatización que -se dijo- iba a ser la salida, la solución de fondo y vean en dónde estamos otra vez: al borde del abismo. ¿Quieren darle el “empujoncito” para que todo mundo se vaya al abismo, con el síndrome de Estocolmo o qué es lo que se está pasando quienes quieren legislar de esta manera?, cuestionó.
Finalmente, Zambrano Grijalva destacó que el riesgo de una aprobación por la mayoría del PRI y sus aliados está presente, pero reiteró su llamado a escuchar a los afectados que están ciertos de que “no está bien lo que quieren hacer, y no es lo correcto”.