Ciudad de México, México.– Hasta ahora no se ha demostrado que los animales de compañía puedan transmitir el virus SARS-CoV-2 a sus propietarios, pero el miedo, la ignorancia y la desinformación en momentos de crisis puede empujar a algunos a abandonar a sus mascotas, señaló Francisco Monroy López, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.
“Antes de hacerlo, deben pensar que el problema no son estos animales, más bien somos nosotros quienes podemos contagiarlos si no guardamos medidas mínimas de higiene”, advirtió.
El especialista en medicina preventiva comentó que los animales que se han infectado de forma natural pueden permanecer asintomáticos o desarrollar señales como fiebre, tos, dificultad para respirar, estornudos, vómitos, diarrea o letargia, sin asociarse con cuadros clínicos severos.
“Hasta el momento se ha documentado muy poco acerca de la infección en perros; se han encontrado más casos en gatos, al parecer son más susceptibles, al igual que los hurones”, detalló.
Monroy López recordó que en Nueva York se presentó un brote respiratorio entre los leones y tigres del Zoológico del Bronx, con signos similares a COVID-19. “Debido a que no es fácil la toma de muestras en esos animales, se tomó sólo un frotis de exsudado faríngeo en un ejemplar, que dio positivo al virus. Se sospecha que el contagio fue a través de uno de los cuidadores que también dio positivo a SARS-CoV-2 y no tenía signos de la enfermedad”.
Precauciones
Como se ha demostrado que hay cierto riesgo de transmisión a los animales de compañía, es necesario tomar precauciones si contraemos la enfermedad del coronavirus, subrayó.
Si la persona vive sola y no tiene quien le ayude, debe evitar el contacto directo con las mascotas, lavarse las manos antes y después de servirles su alimento o limpiar sus espacios y utensilios, y sobre todo impedir que lo laman o se acerquen, además de usar cubrebocas, sugirió.
Después de la contingencia y dependiendo de la zona en que vivamos, lo más recomendable es reducir la salida de los animales, evitar el acercamiento con otros animales y personas de las que se desconozca situación de salud.
Monroy López destacó que no se les deben limpiar constantemente las patas porque los desinfectantes pueden producirles lesiones en la piel; ni bañarlos a diario porque eso afectaría su salud. La frecuencia del baño, así como los cuidados particulares, deben ser prescritos por un médico veterinario zootecnista.
“Si no están habituados a permanecer encerrados, es lógico que presenten comportamientos atípicos como morder cosas, orinar o defecar en lugares inadecuados, además de tener ansiedad o estrés. Debemos encontrar actividades que los entretengan, como colocar sus croquetas dentro de cajas o detrás de sillones para mantenerlos interesados”.
El universitario resaltó que las actitudes de los animales son, de alguna manera, reflejo de sus propietarios, y si ellos están bien, sus animales suelen estarlo también.
Finalmente, recomendó mantener contacto con el profesional que atiende a los animales de compañía para saber las condiciones en las que presta sus servicios, y si la actividad física ha disminuido, reducir un poco la dieta o cambiar el tipo de alimento. “Eso debe decidirlo cada veterinario de acuerdo con las condiciones particulares”.