Ciudad de México, México.– La pluralidad es una condición favorable para la conformación de la opinión pública, contrario a los debates que polarizan y deslegitiman voces contrarias, sólo porque no son parte de la opinión mayoritaria, afirmó el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello.
Al participar en la novena videoconferencia realizada en el marco de la Cátedra Francisco I. Madero, “La Opinión Pública en 2020”, a cargo del Coordinador del Consejo Académico del Área de las Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Fernando Castañeda Sabido, dejó en claro que ninguna opinión pública es uniforme.
En sociedades complejas y modernas, participan múltiples voces, todas legítimas, especialmente si se reconoce que vivimos en un contexto democrático.
“La uniformidad es un peligro siempre latente para la construcción y estudio de la opinión pública en clave democrática. La polarización es otro de los grandes peligros que amenaza la pluralidad de visiones y perspectivas en sociedades diversas y heterogéneas como las nuestras”, aseveró.
Lorenzo Córdova sostuvo que el político que actúa con convicción y con responsabilidad a la vez, no pierde de vista que en una democracia, la opinión pública es el espacio al que se acude para convencer y persuadir a quienes se le oponen, que favorece la pluralidad, no para descalificar, porque éste es el espacio indispensable de sus convicciones democráticas más altas.
“La confrontación de posturas ideológicas, de proyectos políticos y formas de pensar y de ser no sólo deben ser posible sino necesaria para la fortaleza de una democracia”, subrayó.
El Presidente del INE precisó que la riqueza de la opinión pública, como objeto de estudio, como espacio de actuación política en democracia radica en buena medida en su diversidad y pluralidad.
Opinión pública fundamental para construcción de la identidad ciudadana
En su intervención, el doctor Fernando Castañeda destacó que la opinión pública y la sociedad civil que la acompaña, son parte de los vehículos fundamentales para la construcción de la identidad ciudadana.
La opinión pública moderna provoca como objeto de debate y discusión, tanto los asuntos públicos como muchos que forman parte de la vida colectiva.
“Es el centro de la razón y la racionalización, nos permite darle rostro al poder, disputarlo, poder contestarle, empatar al menos temporalmente frente a las fuerzas políticas”, señaló.
El investigador y teórico social enfatizó que cuando la opinión pública es sana, el poder se somete. “Lograr un consenso entre millones de personas requiere un ejercicio de reconocimiento y de racionalización en donde el poder tiene que dar su rostro, tiene que justificarse, fundamentarse y, por lo tanto, es susceptible de crítica”.
Es decir, si no se toma en serio la validez del interlocutor, simplemente no hay comunicación. “Si a los que son míos, los apapacho y los que están en contra de mí, los que me critican, simplemente los descalifico y no me merecen una sola argumentación, simplemente no hay opinión pública y a la larga no hay democracia”.