Ciudad de México, México.– La autonomía universitaria nos da libertad necesaria para acercarnos a la verdad, abrir los derroteros del futuro y propiciar el desarrollo de la sociedad, afirmó el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers.
Al conmemorarse hoy 90 años de la autonomía de la UNAM, el rector Graue entregó el Reconocimiento Autonomía Universitaria 2019 a personajes e instituciones que han fortalecido la autonomía de universidades de México y Latinoamérica, y subrayó que su defensa “es una lucha inconclusa y un derecho que no está consumado”.
En ceremonia solemne, Graue otorgó medalla y diploma al exrector Pablo González Casanova; a la rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara; a la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina; y a la Universidad de la República de Uruguay. También, de manera póstuma, al diplomático Fernando Solana Morales y al exrector Alfonso Caso Andrade.
“Aun cuando sus vidas se desarrollaron en tiempos y contextos diferentes, todos tienen un aspecto que los une: fueron conscientes del valor de la universidad pública y asumieron los riesgos para obtener o proteger su autonomía”.
Defendieron el pensamiento independiente y el respeto a la diversidad ideológica, y rechazaron con firmeza las injerencias o intereses ajenos a la vida académica, aseguró el rector.
En el auditorio de la Torre de Rectoría, Graue distinguió a la Universidad de la República de Uruguay porque desde la segunda mitad del siglo XIX creó espacios de autodeterminación académica sin precedentes en el continente americano y desarrolló principios autonómicos que derivaron como precepto jurídico en la Constitución uruguaya de 1917.
“Su tradición de autodeterminación, así como su oposición a la tiranía y la intolerancia, es ejemplo para todos los universitarios de nuestro continente, y es oportuno hacer un reconocimiento a esa institución ante embates policíacos y militares que sufren universidades en la región centroamericana. Recordar las gestas uruguayas nos sirve para fortalecer la convicción del respeto que se debe tener a nuestras instituciones, no sólo para el cumplimiento de nuestras funciones sustantivas, sino para el ejercicio de la vida democrática de las naciones”.
En el caso de la Universidad de Córdoba, Argentina, rememoró que el año pasado se cumplió el centenario de su movimiento reformista que significó un cambio de paradigma en las relaciones entre las universidades, las sociedades y los Estados latinoamericanos.
“La desaparición de dogmas académicos y religiosos, y el acceso de las clases populares a la educación superior, materializaron el papel de las universidades públicas como centro generador de conocimiento, desarrollo y movilidad social de un país. El movimiento de Córdoba es el referente obligado y el sello distintivo de la autonomía latinoamericana”.
Esa autonomía, expuso, se consiguió tras la lucha de más de una década de una juventud que enfrentó las ataduras de su presente y aspiró a las libertades de un futuro. Así se reconoció a Baltasar Dromundo Chorné, quien expuso su integridad física, su futuro profesional y su libertad en aras de la independencia universitaria. “En él reconocemos a todos nuestros jóvenes que han defendido con sangre y con sus vidas el espíritu de la Universidad”.
Graue Wiechers también resaltó la labor del exrector Alfonso Caso, quien asumió la rectoría de la UNAM en 1944, cuando se encontraba en extrema polarización y su Ley Orgánica contenía imperfecciones. “Caso fue designado rector y coordinó y redactó la Ley Orgánica que nos rige, y lo hizo con tal visión que sus bondades le han permitido a la Universidad Nacional la estabilidad interna que nos ha dado la posibilidad de avanzar y consolidarnos”.
Sobre Fernando Solana Morales, subrayó que del brazo del rector Javier Barros Sierra defendió con pasión a la Universidad Nacional ante los embates del autoritarismo irracional e insensible. “Su digna actitud ante el conflicto de 1968 es ejemplo de la identidad y firmeza con la que tenemos que defender la autonomía en nuestra casa de estudios”.
También enfatizó que como secretario de Educación federal tuvo una actuación determinante para que la autonomía universitaria se elevara a rango constitucional. “Hoy, la fracción VII del tercero constitucional garantiza que la autonomía es un bien público al que nos acogemos para cumplir nuestra misión con transparencia y responsabilidad social”.
De igual manera, destacó la labor del exrector Pablo González Casanova, quien en los años 70 encaró la creciente demanda de educación, y para ello se crearon el Colegio de Ciencias y Humanidades y el Sistema de Universidad Abierta, que dieron esperanza y futuro a una juventud deseosa de superarse y alcanzar mayores niveles de bienestar.
Con férreas convicciones buscó conciliar autonomía y sindicalismo sin agravar la vida académica universitaria. “Con González Casanova la UNAM, las causas sociales y la democracia en nuestra nación tienen una deuda invaluable”, dijo.
Al referirse a la rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara, Graue subrayó que enfrentó con inteligencia, entereza y valor las arbitrarias actitudes del poder estatal que quería estrangular económicamente a su institución. “No sólo logró resolver la crisis financiera, sino que elevó la calidad de la educación impartida y encabezó el esfuerzo de toda su comunidad para introducir una propuesta de Ley Orgánica de la Universidad Veracruzana”.