Ciudad de México, México.—En México, la enfermedad renal crónica es una epidemia silenciosa, la quinta causa de muerte con 12 mil decesos anuales y reducir inequidades en el acceso y garantizar el derecho a la protección de la salud con acciones que prevengan corrupción, dijo el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela.
Ante diputados destacó la importancia de transformar el Sistema Nacional de Donación y Trasplantes de Órganos, mediante la construcción de una estrategia integral que entienda las necesidades sociales de la enfermedad renal crónica, quinta causa de muerte en México, que genera cerca de 12 mil decesos al año.
Durante el Foro “Transformación del Sistema Nacional de Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos en México”, organizado por la Comisión de Salud, informó que el padecimiento renal plantea una epidemia silenciosa que representa una emergencia de salud pública que afecta a trabajadores agrícolas de 18 a 35 años, desde Panamá hasta el sur de México.
Apuntó que los escasos registros de sintomatología de rápida progresión se diagnostican demasiado tarde, desbordando los servicios de salud y devastando vidas y familias de trabajadores.
En el marco del Día Mundial del Riñón, agregó que esta patología representa una clara emergencia pública, según reporta la Organización Panamericana de Salud (OPS), pero en especial en el campo agrícola es devastadora y de alto costo humano y económico. La causa aún es desconocida, pero tiene un claro componente ocupacional y ambiental.
La enfermedad se desarrolla en los campos de América Central, donde las condiciones laborales son extenuantes y precarias hasta con temperaturas extremas de 42 grados centígrados.
En los plantíos azucareros de la región, el agua y el suelo se contaminan de arsénico, mercurio, cadmio, plomo, litio, por el uso de agroquímicos, pesticidas y herbicidas. “Tanto la tierra como quien la trabaja se enferman”.
Alcocer Varela indicó que para hacer frente a la problemática es indispensable un financiamiento público que apoye, fortalezca e impulse el Sistema Nacional de Donación y el subsistema de donación y trasplante de órganos y tejidos existente, que permita la recuperación de los enfermos.
A la par, llevar a cabo acciones que incrementen la tasa de donantes, regulen los trasplantes y fomenten una nueva cultura de donación que respete la última voluntad del donador anónimo, subrayó.
Atenderlo no sólo compete al Sistema de Salud, sino a la sociedad en general, porque los trasplantes representan una alternativa de solución costo-efectiva, a fin de “reducir las inequidades en el acceso y garantizar el derecho de todas las personas a la protección de la salud, sin olvidar las acciones que permitan prevenir actos de corrupción”.
Propuso establecer alianzas que integren la participación de la comunidad a fin de llegar a una estrategia integral con enfoque social de la enfermedad renal, mediante acciones multisectoriales que vinculen actividades del gobierno, sector privado, sociedad civil y organismos de cooperación internacional.
Resaltó que se logrará con acciones interinstitucionales entre las autoridades de los (tres) niveles de gobierno manteniendo principios de austeridad, eficiencia, eficacia y productividad.
Alcocer Varela sostuvo que actuar contra la afección renal en nuestro país es un acto de justicia social, porque es el derecho a la salud y la vida. Atenderla y el decidido impulso que la Cuarta Transformación le otorga al Sistema Nacional de Donación y Trasplantes de Órganos representa un acto de justicia histórica y reivindicación social, “es rescatar el espíritu del derecho a la salud como un derecho universal”, afirmó.
“Esta enfermedad configura tragedias personales y sociales y en las etapas finales se lleva la vida de miles de trabajadores ocupados en el corte de la caña de azúcar”.
Refirió que es un padecimiento de carácter progresivo e irreversible, en la que uno de cada dos pacientes avanzará a las últimas fases, donde resulta imperativo un tratamiento que logre sustituir las funciones del riñón.
La diputada Miroslava Sánchez Galván (Morena), presidenta de la Comisión de Salud, aseguró que el Sistema Nacional de Donación y Trasplante requiere de impulso que lo fortalezca y permita maximizar sus alcances, así como robustecer una política de concientización y de promoción de la cultura de donación de órganos y de capacitación permanente del personal médico y enfermería.
Enfatizó que debe trabajarse desde el Legislativo para incrementar la donación de órganos de personas con muerte encefálica y no se apunte sólo hacia la que se realiza en vida. “Existen avances, pero no en la proporción necesaria, por lo que el siguiente paso es concientizar e incentivar en materia de órganos y tejidos”, sostuvo.
Dijo que la unión entre sociedad civil, instancias responsables y legisladores traerá como resultado la implantación de estrategias que permitan a los pacientes acceder oportunamente a procedimientos quirúrgicos.
Subrayó que es responsabilidad del Legislativo promover las reformas para lograr el marco legal necesario que convierta a la donación de órganos y tejidos en el instrumento que garantice el derecho a la salud. “Hoy buscamos que este foro nos permita avanzar de forma más rápida hacia la solución de la problemática existente”.
El diputado Éctor Jaime Ramírez Barba (PAN) advirtió que no existe un sólo registro de pacientes con insuficiencia renal, por lo que se requiere de un padrón que visualice desde los que comienzan con hipertensión. “Será una propuesta que como comisión trabajaremos de manera conjunta”.
“Lay leyes siempre van atrás de lo que se necesita, se ha hablado de trasplantes de gametos”, de ocitos y otros tipos de células”, expresó.
El diputado (sin partido) Emmanuel Reyes Carmona señaló que son las familias quienes deben de acompañar la decisión personal de un donante, que previo a su defunción, manifiesta la decisión “por salvar vidas”.
“Los invito a todos ustedes a registrase como donantes; esa motivación debe transmitirse; si todos los mexicanos lo fueran no habría problemas de insuficiencia renal”, opinó.
El diputado Manuel Huerta Martínez (Morena) apuntó que existen zonas donde este padecimiento se ha vuelto problema endémico. Alertó de la gravedad que exista déficit del 17 por ciento del presupuesto asignado para salud.
Se dijo a favor de abrir programas para que la atención al riñón sea más eficiente. “Es un problema de justicia social, lo cual no tiene colores partidistas, pues todos somos mexicanos”, subrayó.
La legisladora de Morena, Graciela Zavaleta Sánchez propuso que los diputados en coordinación con la Auditoría Superior de la Federación fiscalicen el uso de los recursos públicos federales dirigidos a la salud y reformar las leyes General de Desarrollo Social y Federal de Presupuesto y Responsabilidades Hacendarias que permitan intervención del Poder Legislativo en el diseño de programas del Bienestar en el componente de salud para que los apoyos a beneficiarios se entreguen sin complicaciones ni dilaciones.
Establecer el Padrón Único de Beneficiarios de los programas donde se cuente con el expediente médico completo de acciones preventivas conforme a lo señalado por la OMS y el Sistema Nacional de Salud.
De la misma bancada, la diputada Carmen Mendel Palma alertó sobre el mercado negro en la venta de riñones en el país. “Hay mucha gente que hace negocio”. Convocó a trabajar de forma transparente para evitar y prevenir actividades de esta índole.
Aseguró que la Comisión de Salud actúa sin colores partidistas, porque se privilegia a los seres humanos y el derecho a la atención. Resaltó que la prevención es primordial para preservar la salud, en particular de los trabajadores cañeros, a través de la ingesta de agua en cantidad suficiente.
Con el tema Retos y Propuestas, del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra), su director general, José Salvador Aburto Morales, pidió que la Cámara de Diputados realice las reformas pertinentes que desemboquen en políticas públicas que fortalezcan al sistema y ayuden a dar respuestas a la población. “Trabajaremos para transformar este sistema”, enfatizó.
Aseguró que las asociaciones civiles son el cimiento de este proyecto, pues han apoyado y aportado a los distintos programas institucionales. “Los países líderes en la materia tienen un sistema nacional de donación financiado, y ése es el punto, hemos luchado para que nuestros representantes nos volteen a ver y esto se pueda ubicar en el Plan Nacional de Desarrollo para canalizar los recursos necesarios”.
Durante la ponencia “El papel de las Organizaciones de la Sociedad Civil en Materia de Donación y Trasplante”, la titular de la Unidad Coordinadora de Vinculación y Participación Social de la Secretaría de Salud, Mónica Alicia Mieres Hermosillo, resaltó que estas asociaciones realizan programas de apoyo a enfermos y sus familias, como psicológico, legal y de educación en salud, lo que les ayuda a manejar con mayor éxito el proceso.
“Tenemos un registro de organizaciones de la sociedad civil enfocadas a los diversos tipos de trasplantes, a la cultura, sensibilización y difusión; podemos encontrar algunas que se orientan a temas de tráfico de órganos, turismo en trasplantes y trata de personas, mientras otras que buscan la preparación de profesionales médicos dedicados a esta práctica para que su ejercicio se realice en el más alto nivel académico y dentro de un marco ético; por ello exhortamos a hacer un frente común”.
Cristina Gutiérrez Delgado, de la Unidad de Análisis Económico de la Secretaría de Salud, señaló la relevancia de fortalecer los sistemas de información y operación del Centro Nacional de Trasplantes, de tal manera que se pueda contar con datos para monitoreo y evaluación que requieren estas grandes inversiones, con el fin de lograr un financiamiento público universal a partir de 2020.
Durante su ponencia “El Costo para el Sistema de Salud de la Atención de la Enfermedad Renal Crónica en México”, precisó que 70 por ciento de donaciones de riñón proviene de personas sanas, mientras que 30 por ciento restante fue de alguien con muerte encefálica. “Son dos mil 113 personas que lo obtuvieron de alguien vivo y 905 de alguien que no”.
En la ponencia “Elementos para una Política Nacional de Prevención y Atención de la Enfermedad Renal Crónica en México”, Ricardo Correa-Rotter, nefrólogo del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, destacó que en 20 años esta enfermedad creció 274 por ciento; entre 80 y 90 por ciento de quienes la padecen no tuvieron síntomas.
Puntualizó que la atención oportuna ayudará a postergar la diálisis en los pacientes, por lo que se requiere formar más expertos en el área, incluyendo enfermería especializada. “Debemos retrasar la progresión, pero sin olvidar que ya hay gente enferma, en donde la primera opción debe ser el trasplante porque brinda la mejor calidad de vida, aunque no todos son candidatos a este procedimiento. “Hacemos 3 mil, pero deberían ser 8 mil”.
Con el tema “Modelos Exitosos de Donación y Trasplantes a Nivel Global: España, Argentina y México”, Josefina Alberú Gómez, presidenta de Sociedad Mexicana de Trasplantes, comentó que 75 por ciento de los procedimientos para traspaso de riñones de personas vivas se realizó en instituciones públicas. El IMSS “se lleva las palmas”, con 57 por ciento.
“Si bien el año pasado se hicieron en México tres mil 84 trasplantes, para el 31 de diciembre de 2018 había 15 mil 72 personas en espera, lo que se traduce en que solo se atendió al 20.2 por ciento de la lista”, lamentó.
Respecto a la “Situación actual en las instituciones: el caso del IMSS”, el jefe de trasplantes del Instituto Mexicano del Seguro Social, Ignacio Guerra Gallo, dijo que la insuficiencia renal es un problema que no es exclusivo de México, la mayoría de los países en el mundo que genera presiones económicas importantes sobre los sistemas de salud obligan a buscar la mejor alternativa costo-beneficio para la atención.
“Para darnos una idea del tamaño y la presión económica que genera esto, en 2008 teníamos más de 15 mil pacientes en espera de trasplante de riñón, desgraciadamente la mayor parte está en manos del Instituto Mexicano del Seguro Social, 12 mil pacientes inscritos, y al día de hoy hay 22 mil pacientes que requieren de un trasplante de distintos tipos de órganos; 65 por ciento de ellos son pacientes del IMSS. El reto es muy grande para nosotros”, subrayó.
Sin embargo, aseveró, esto es la punta del iceberg porque no es el total, en 2018 se pronosticaron 75 mil 800 pacientes con diálisis-hemodiálisis y se tuvo 73 mil 800. En el caso de los trasplantes la proyección fue menos, se esperaba un crecimiento del cinco por ciento anual y no fue así. Recordó que en 2018 se esperaban hacer mil 964 trasplantes y se realizaron mil 573 en el año. “Los esfuerzos se tienen que redoblar porque nuestra oferta es muy baja comparada con la demanda”, reconoció.
Informó que las principales causas de la insuficiencia renal son la diabetes y la hipertensión. México está dentro de los primeros lugares y la etiología está en la obesidad y en este problema ocupamos también los primeros sitios.
Es por eso que la apuesta debe ser hacia la prevención porque es la mejor opción para cualquier paciente; sin embargo, es una medida que lleva tiempo, es a largo plazo.
José Luis López Jiménez, coordinador de trasplantes del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, destacó que en la actualidad es posible realizar trasplantes con los mejores resultados en nuestro país, y está demostrado que lo podemos lograr.
“Asignar injertos a través de un sistema informático que permita tomar decisiones eficientes, con transparencia y equidad y con esto todos los mexicanos tendremos derecho a la protección de la salud”.
Por su parte, el director del Centro Estatal de Salud Guanajuato, Rodrigo López Falconi, propuso integrar un programa de donación en el que participen profesionales de la salud con funciones específicas en donación y trasplante. “Es un programa tan importante que debe tener alguien dedicado al cien por ciento. No se pueden tener médicos que tengan cuatro trabajos y que aparte se dediquen a este tema”.