Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Gobernar es comunicar, afirmó Liébano Sáenz el sábado anterior. Yo agregaría que sin Comunicación no hay ni gobernabilidad ni democracia.
En este contexto, hace también unos días, Miguel AlemánVelasco -quien en sus 86 años de vida y como hijo de uno de los más emblemáticos Presidentes de la República durante el largo régimen priísta ha transitado por la política, los medios y la gran empresa-, explicó así la derrota del PRI y el triunfo de Andrés Manuel López Obrador:
Mientras Enrique Peña Nieto informa… López Obrador comunica.
La conclusión es simple: el presidente saliente nuca “conectó” con los mexicanos como sí lo hace el tabasqueño.
Sáenz, un político que sabe de medios y quien fuera secretario particular del expresidente Ernesto Zedillo y vocero del candidato Luis Donaldo Colosio (a Liébano le tocó la ingrata tarea de dar a conocer la muerte deColosio la noche del 23 de marzo de 1994 en Tijuana), afirmó en su columna “Paralelaje” que publica en Milenio cada sábado:
“No es suficiente que el trabajo (gobernar) se haga bien, siempre será imprescindible comunicarlo”.
Todos los tratados sobre política y gobierno desde Maquiavelo a la fecha, coinciden en un hecho: solo los dictadores no necesitan de la comunicación.
Con el arribo de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia, inmersos en sus espectaculares anuncios diarios del cambio de régimen, y de la posible cancelación del nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México o de la Reforma Educativa y de la revisión y alteración de la Reforma Energética, los mexicanos no hemos tomado en cuenta el aviso del fin del viejo modelo priísta de Comunicación Social mexicano.
Un modelo basado en un flujo insospechado de dinero a medios y algunos personajes del periodismo a través dela publicidad gubernamental, no en el manejo de la información y la comunicación. No en contenidos dirigidos a fortalecer la gobernabilidad.
No hay más que rescatar los hechos centrales de la investigación realizada por la organización Artículo 19 que revela que en los 5 años del Gobierno de Enrique Peña Nieto se gastaron unos 44 mil millones de pesos en publicidad gubernamental de los cuales el 63% fue a 26 medios:
Televisa, Estudios Azteca, la agencia publicitaria Starcom World Wide, Estudios Churubusco Azteca, Grupo Radio Fórmula, El Universal, Excélsior, la Organización Editorial Mexicana (propietaria de “los soles”), Núcleo Radio Mil, Grupo Imagen, Grupo Radio Centro, el Sistema Público de Radiodifusión del Estado de México, Radiorama, la representante de medios impresos Medios Masivos Mexicanos, Milenio Diario, la empresa publicitaria Rack Star, Canal 40 y La Jornada.
Estos medios y un grupo selecto de comunicadores recibieron, en conjunto, un monto de 22 mil 719 millones 889 mil pesos del gobierno.
Alejandro Cárdenas y Patricia Maldonado, doctores en Comunicación por la Universidad Iberoamericana, establecieron una correspondencia directa y evidente entre el otorgamiento de esos recursos a periodistas y medios, a la supeditación de la línea editorial dictada por la administración saliente.
MONREAL Y DELGADO FRENTE AL RETO
De ahí que Andrés Manuel López Obrador haya anunciado casi al triunfar, un recorte de 50% al gasto en publicidad a medios y periodistas y el fin del modelo de Comunicación Social del Gobierno con el cierre de todas las oficinas de prensa del sector público.
Sin mayor explicación ni profundización sobre lo anunciado por AMLO, el tema ha derivado en una oleada de despidos en los medios, en la proyección de cierres en otros, y en la desaparición de ediciones impresas y el refugio varios medios tradicionales más en sus versiones digitales.
Sin más que apenas unos cuantos expertos en el tema dentro del entorno de Andrés Manuel López Obrador(entre otros: Jesús Cantú, periodista, exdirector de El Porvenir en Monterrey y de otros diarios; articulista en varios más… o de Abelardo Martín, actual coordinador de Comunicación Social del Senado, periodista surgido de El Heraldo y de Excélsior en la época de Julio Scherer y del unomásuno de Manuel Becerra Acosta, comunicador en Sedesol, SEP e IFE), el naciente régimen de Morena tiene ante sí el enorme reto de construir un nuevo modelo de Comunicación Social para la gobernabilidad y el fortalecimiento democrático de México.
Y los tiempos se agotan. Los dos instrumentos en los que se comenzará a delinear ese nuevo modelo son:
La reforma a la Ley de la Administración Pública Federal cuya iniciativa fue presentada hace apenas unos días por Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política y líder de la mayoría de Morena en el Senado, y;
El Presupuesto de Egresos para 2019.
Otro será la revisión y reforma a la todavía no aplicada y conocida “Ley Chayote”
URGE UN DEBATE
Evidentemente que en la otra punta de este asunto están los medios y los periodistas, las organizaciones sociales especializadas en Comunicación y las organizaciones y asociaciones nacionales e internacionales vinculadas al periodismo.
Los puntos a debatir públicamente son:
¿Cómo sustituir el viejo modelo del uso de la publicidad como conductor de la Comunicación Social en México?
¿Cómo establecer un mecanismo que privilegie en los medios el flujo de la información sin línea ni apoyo financiero de los enclaves del poder político, gubernamental y empresarial?
Ni que decir de la necesidad de acabar con el vínculo que existe entre algunos enclaves del narco y la delincuencia organizada con algunos medios y periodistas.
Pero sobre todo, ¿cómo establecer una nueva relación en la que el financiamiento y la aplicación de presupuestos del gobierno, no influyan en la crítica, las opiniones y las noticias periodísticas?
Hay adelantos en algunas mesas de análisis. En ellas hay quienes opinan que se debe establecer un abierto y verificable sistema de subsidios a aquellos medios que sean dirigidos por periodistas, no por empresarios; con al menos una plantilla de 4 profesionales del periodismo; y con programas de capacitación y superación profesional verificable.
La propuesta no es nueva. En Europa hay modelos similares de financiamiento que dan apoyo económico directo a medios bajo el principio de que los medios informativos son de interés social.
En fin, el tema es muy amplio y apenas se abre. Lo cierto es que el viejo modelo de Comunicación Social está en sus últimos estertores.
Y el régimen naciente requiere de un sistema de Comunicación fuerte, profesional, crítico, lo más objetivo posible, pero que opere sin líneas.
De ello depende en buena medida la gobernabilidad en México.
E insisto: hoy este reto está en el Congreso.