Actualmente las mujeres mayores de 60 años constituyen el 53.4 por ciento de la población total en este rango de edad, pero dado el proceso de envejecimiento de las generaciones nacidas entre 1960 y 1980, que ingresarán al grupo de 60 años y más a partir de 2020, se traducirá en una serie de desafíos de diversa índole.
En la infografía “Mujeres Adultas Mayores en México. Crecimiento Poblacional de Personas Adultas Mayores (60 años y más)”, el CEAMEG detalló que en materia de seguridad social, el 53 por ciento de las mujeres no recibe una pensión.
Mientras, el 94.9 por ciento que tiene una pensión es indirecta, lo que refleja la tendencia de esta población a insertarse en el mercado de trabajo informal, imposibilitándolas a contar con pensiones directas, accediendo a estos mecanismos de protección a través del fallecimiento de su cónyuge.
Además, de 10 millones de personas de 60 años o más, el 36.5 por ciento se encuentra en el mercado de trabajo y el 19.1 por ciento son mujeres, quienes perciben en promedio un 50 por ciento menos ingresos por su trabajo que los hombres.
El CEAMEG destacó que el 26.93 por ciento de los hombres reciben de uno hasta dos salarios mínimos, lo que equivale entre 70 y 140 pesos diarios, respecto al 22.95 por ciento de las mujeres con un ingreso de hasta sólo 50 por ciento de un salario mínimo, es decir menos de 35 pesos diarios.
Argumentó que poco más del 60 por ciento de las mujeres adultas mayores cuentan con ingreso menor a 140 pesos diarios, mientras que los hombres tienden a no percibir ingresos en esta etapa de su vida, por lo que la aportación económica al hogar está a cargo básicamente de las mujeres.
También, poco menos del 30 por ciento de las mujeres de 60 años y más gastan alrededor de 6 mil 300 pesos por trimestre para la prevención de enfermedades, conservación o recuperación de la salud, lo que representa el gasto de la totalidad de su pensión en salud, al recibir un monto de 2 mil 100 pesos.
El Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género agregó que datos al año 2010 indicaban que el 28.3 por ciento de la población de 60 años y más, no era derechohabiente ni del IMSS ni del ISSSTE, lo que da un panorama de los retos que enfrentan sus familias y la sociedad en general para garantizar el disfrute de su derecho a la protección.
Mencionó que en la medida que se incrementan los años, disminuye la proporción de población con esta prestación. Así, 53.7 por ciento de la población de 65 a 69 años, es derechohabiente, mientras que entre las personas de 85 años o más este porcentaje se reduce alrededor de 12 puntos porcentuales.
De igual modo, las principales causas de fallecimiento de las personas adultas mayores son enfermedades del corazón, diabetes mellitus y tumores malignos, las cuales agrupan el 51 por ciento de las defunciones, situación que requerirá, cada vez, una cantidad mayor de recursos, de no implementarse medidas preventivas.