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Análisis a Fondo

Seguridad y Justicia no pueden esperar

Se encuentran López Obrador y Peña

Por Francisco Gómez Maza

Otro gravísimo problema es la corrupción. Andrés tomó el tema como bandera de campaña. Y ahora tiene que actuar en consecuencia. Retomar el Sistema Nacional Anticorrupción y nombrar al fiscal anticorrupción para meter en cintura a los corruptos.

Hay asuntos conflictivos que urgen, que no pueden esperar, como la seguridad y la justicia. Es la oportunidad para que el nuevo presidente aumente su legitimidad, concretando sus promesas de campaña. De no hacerlo así, será objeto del cuestionamiento y de la crítica, que tal vez no tenga mucha importancia, de este espacio de análisis y reflexión y de muchos críticos apartidistas. Ah, y no olvidar que una elección inmensamente mayoritaria no significa necesariamente un gobierno democrático.

Los mexicanos ya no aguantan tanta sangre, tantos miles de asesinados, tanto dolor, tanto llanto, tantos miles de desaparecidos, tantas mujeres asesinadas por odio, tanta pobreza que obliga a muchísimos jóvenes a irse con las bandas de la delincuencia organizada.

Los mexicanos no podemos esperar al primero de diciembre venidero, cuando sea el cambio de mandos en el Congreso General, en el palacio legislativo de San Lázaro. Y esto lo tienen que tener muy claro Andrés Manuel y Peña Nieto.  No porque alguien se lo diga, sino porque es una realidad lacerante. El presidente electo tiene que tomar una decisión ya y platicarla con Peña Nieto. Urge parar la violencia.

Esta situación dramática tiene que resolverse ya con una gran imaginación. Hay, para empezar, que reestructurar la procuración e impartición de justicia. Nombrar por el Congreso a un fiscal general de la república, a modo de la justicia. No dependiente del Poder Ejecutivo.

Otro gravísimo problema es el combate a la corrupción, ya. Andrés tomó el tema como bandera de campaña. Y ahora tiene que actuar en consecuencia. Retomar el Sistema Nacional Anticorrupción y nombrar al fiscal anticorrupción para meter en cintura a los corruptos.

Y darle a la población certidumbre, certidumbre, certidumbre. Inclusive antes de hablar de las formas para la transición, de la liturgia para lo que se llama entrega recepción y la ceremonia cívica de la toma de posesión.

Pero mientras tanto. Y Andrés no debe de olvidar las prioridades señaladas arriba, empezó a prepararse el escenario para su toma de posesión como el 58 presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y el primero calificado de izquierda, con lo cual este escribidor no está de acuerdo. Calificaría al sucesor de Peña Nieto de nacionalista al estilo de próceres mexicanos con Benito Juárez García, el más grande reformador porque separó a la iglesia católica del Estado y declaró a éste laico; Lázaro Cárdenas del Río, expropiador y nacionalizador del petróleo, o Adolfo López Mateos (éste se autocalificó de la “izquierda atinada”), nacionalizador de la industria eléctrica.

Este martes 3 de julio sostuvieron un encuentro en Palacio Nacional el presidente Enrique Peña Nieto y el mandatario electo, Andrés Manuel López Obrador, para entablar el diálogo acerca de lo que será el proceso de transición hacia la nueva administración lopezobradorista, que promete cambios radicales en las políticas públicas en beneficio de las clases mayoritarias. Veremos que se cumplan tales promesas, muchas de las cuales son difíciles de cumplir por la carencia de medios presupuestales, aunque se vaya a incrementar el erario disminuyendo los sueldos de los altos funcionarios.

Tras la reunión entre el presidente constitucional y el presidente electo, a través de las redes sociales, la Oficina de la Presidencia informó que, durante el encuentro, el actual mandatario manifestó la disposición del Gobierno de la República para llevar al cabo una transición ordenada y eficiente en beneficio de las mexicanas y mexicanos.

A su llegada a Palacio Nacional, López Obrador expuso que se encontraba con “ánimos de conciliación y una transición ordenada”, e informó que, tras la reunión, daría conferencia de prensa. Además, reiteró que no usará guardaespaldas, y la gente podrá acercársele. En ese sentido, también pidió a los medios de comunicación que mantuvieran un orden y no lo apretaran.”Eso significa que los ciudadanos me van a cuidar y me van a proteger y que los medios van a actuar con orden para que, de esta manera, no esté yo rodeado de guardaespaldas”, afirmó.