Ciudad de México, México.– La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) a través del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) desarrolla estudios científicos y tecnologías en beneficio de los productores del sector agropecuario del país, con una importante contribución para aumentar la producción y competitividad en el campo mexicano.
Bajo esta premisa, el INIFAP trabaja en la identificación, combate y control de plagas y enfermedades, como el de afectación de árboles y frutos del tamarindo en las unidades productivas.
Investigadores del Instituto precisaron que entre los ataques a este fruto, que se cultiva en la región tropical seca del territorio mexicano, están las plagas de defoliadores, chupadores de savia, barrenadores de frutos ramas y troncos, así como plagas de almacén.
Señalaron que los insectos barrenadores de semilla, son una de las plagas que afectan de mayor manera en el campo y durante la post cosecha, ya que puede provocar la pérdida de casi la mitad de los frutos, incluso impedir la exportación a otros países, por lo que el control de la plaga consiste en la prevención tanto en campo como en almacén.
Para ello, afirmaron los especialistas del INIFAP, es importante eliminar fuentes de infestación, realizando el corte de frutos pendientes en el árbol después de cosecha y la aplicación de insecticidas o productos sintéticos de los grupos químicos piretroides u organofosforados.
Otras alternativas para la prevención de los barrenadores de semilla, indicaron, consisten en el uso de extractos vegetales como el aceite de semilla de neem (Azadirachta indica A. Juss) y el aceite de hojas de eucalipto (Eucalyptus camaldulensis Dehn),
Estas sustancias generan un efecto negativo sobre la oviposición, eclosión, desarrollo larval del insecto, emergencia del adulto y mortalidad del insecto. Por otra parte, las aplicaciones de extracto de ajo (Allium sativum L.) o aceite parafínico son otras opciones viables.
El primero funciona como repelente, y el segundo actúa como ovicida o bien asfixiando y deshidratando al insecto, explicaron.
En la postcosecha, comentaron, el fruto debe ser almacenado en cuartos fríos o bodegas de clima fresco, que tengan una buena ventilación y extractores de aire; además de fumigar con fosfuro de aluminio para reducir los daños causados por los insectos barrenadores.
Cabe destacar que investigadores del INIFAP generaron la variedad mejorada de tamarindo Colima 204, con características especiales para el trópico seco del Pacífico Centro de México, que está en proceso de adopción por los productores de algunas regiones de los estados de Colima, Jalisco, Michoacán y Nayarit.
Lo anterior permitirá la obtención de altos rendimientos de fruta, acciones que se suman a posicionar al país como uno de los principales productores de tamarindo de calidad en el mundo.