Plantean legisladores revisar explotación de menores en servicio doméstico

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Con motivo del Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, que se conmemora este 30 de marzo, señaló que a muchas menores de edad, para desempeñar esta labor, se les capacita en el seno familiar, donde las condiciones de vida se caracterizan por hacinamiento y carencia de agua potable, drenaje o electricidad.

En un posicionamiento publicado en la Gaceta Parlamentaria, la legisladora argumentó que las horas de trabajo de estos niños, niñas y adolescentes en casas particulares son prioritarias a las de escuela, y en algunos casos reciben como un canje o un favor los útiles, los uniformes y las cuotas para las asociaciones de padres.

Relató que persiste la creencia de que el trabajo en el servicio doméstico es, en el caso de las niñas, una extensión natural de sus obligaciones como mujeres y, por tanto, una preparación adecuada para el futuro, incluso en condiciones que vulneran sus derechos.

“En muchos casos, son explotadas, reciben malos tratos e insultos, están expuestas al acoso sexual y violación por parte de sus empleadores, sus hijos y amigos de estos, sin posibilidades de credibilidad en caso de denuncia, así como constantes acusaciones por robo en caso de querer retirarse del servicio doméstico”, añadió.

La diputada denunció que, actualmente, este trabajo –en todas edades- sigue siendo marginado y con fuertes elementos de racismo y exclusión social, incluso en las zonas más pobres y relegadas, dificultando por ello su reconocimiento en la justa medida de su valioso aporte social.

Recordó que el grupo de trabajadores del hogar está integrado sobre todo por población femenina económicamente activa y, por lo general, son jóvenes de origen campesino o indígenas solteras que emigran de los estados más pobres del país.

A nivel nacional, abundó, 94 por ciento de quienes se ocupan en trabajos domésticos son mujeres; una tercera parte recibe salario bajo y están expuestas a diversos abusos.

La remuneración de las trabajadoras del hogar es baja: 34 por ciento recibe hasta un salario mínimo y 42 por ciento entre uno y dos salarios mínimos. Además, agregó, seis de cada diez no tienen vacaciones y casi la mitad no cuenta con aguinaldo, mientras que ocho de cada diez trabajadoras del hogar están sin seguro médico.

Por ello, dijo, es importante respetar sus derechos mínimos, como el aguinaldo, vacaciones, gastos médicos, incapacidades por enfermedad o pago de horas extra, ya que su jornada laboral depende de las necesidades patronales.

Expuso que la Organización Internacional del Trabajo (OIT), aprobó un convenio donde por primera vez en la historia se fijan estándares para mejorar las condiciones laborales de millones de trabajadoras y trabajadores domésticos en el mundo, ya que de acuerdo con estimaciones de la propia OIT, esta población es de al menos 53 millones, aun cuando especialistas consideran que el total podría rebasar los 100 millones de personas.

Entre las recomendaciones de la OIT destacan que la edad mínima para las y los trabajadores domésticos no sea menor a la que establecen las legislaciones nacionales; que se obligue a proteger la libertad de la trabajadora o del trabajador de elegir su lugar de residencia y si decide vivir en la casa donde labora.

También aconseja que se firme un contrato con el empleador acorde a la legislación laboral nacional, donde se especifiquen sueldo, prestaciones, tipo de trabajo a realizar, horario, entre otras condiciones laborales y que se determinen periodos de descanso mínimos.

Juárez Piña expuso que reivindicar el trabajo doméstico remunerado en sus justos términos es una tarea impostergable para el país, ya que la democratización de la sociedad no sólo debe incidir en el ámbito público, sino también en el privado. “Detrás de la puerta de cada hogar se encierra un mundo de desigualdad y explotación de la fuerza de trabajo de las mujeres”, abundó.