Por un lado, este gran desafío mostró en Chávez júnior los alcances de un fenómeno mediático, apoyado por su padre, el gran campeón Julio César Chávez, quien desató una auténtica guerra de declaraciones, la mayoría desafortunadas, contra “El Canelo” y su equipo.
Por el otro, la ecuanimidad y sencillez de un boxeador que avanza a paso firme para consolidare como uno de los deportistas más reconocidos y exitosos de México, el que, lejos de enfrascarse en inútiles escaramuzas verbales, esperó a que los hechos hablaran.
Como una inevitable paradoja, en el México que nos ha tocado vivir, estas dos vertientes se enfrentan día a día y confrontan dos visiones antagónicas: la que simula y encubre con artificios discursivos las limitaciones y la que responde con visión y acción a los reclamos del presente.
Para muchos podría parecer una exageración, pero lo ocurrido la noche del sábado 6 de mayo, es espejo fiel de la realidad nacional. En el ring de la política, por ejemplo, estas dos visiones están representadas por la demagogia y la acción.
La realidad del país y particularmente la de estados como Guerrero, exige hechos, acciones con visión de futuro y ya no declaraciones sin fundamento o propuestas de papel que se diluyen, una vez que el sonido de la palabrería se pierde en el discurso.
Volviendo al ámbito del box, convertido en espectáculo de masas, conviene rescatar algunos asuntos poco conocidos de esta figura del ring: Saúl “Canelo” Álvarez no sólo es un gran boxeador y un ídolo nacional en ciernes. También es generoso para hacer obras de beneficio social, sin publicidad de por medio.
En el año 2013, luego del paso destructivo de las tormentas tropicales Manuel e Ingrid por el estado de Guerrero, Saúl “Canelo” Álvarez, vencedor, por decisión unánime de Julio César Chávez júnior, fue al municipio de Quechultenango a apoyar con un tráiler de cemento y hacer, él mismo, labores de reconstrucción de viviendas en esa población afectada.
Ese es el lado oculto de Saúl “El Canelo” Álvarez que muchos desconocen.
La noche del sábado, a medida que se acercaba el inicio de la pelea más publicitada en mucho tiempo, Isabel Ortega y un servidor, nos comunicábamos por medio de un chat en el que participamos con un grupo de amigos periodistas: “El Canelo” es un hombre solidario, muy humanitario”, dijo Isabel.
Primer round: por tratarse de un round de tanteo, en el que se miden fuerzas y se define la estrategia a seguir en el resto del combate, tal vez pudo ser el único episodio que Chávez empatara, ya que en los once restantes, fue evidente la superioridad del jalisciense.
En septiembre del 2013, mientras Manuel avanzaba amenazante con su poderosa cortina de agua hacia Acapulco, Ángel Heladio Aguirre y sus colaboradores más cercanos, departían en lujosa fiesta en Casa Guerrero y al son del mariachi, celebraba, los 200 años de la instalación del Congreso de Anáhuac, por el generalísimo José María Morelos y Pavón, en Chilpancingo.
Segundo round: “El Canelo” demostró su poderío. Rápidas combinaciones sacudieron la humanidad del júnior y los espectadores esperábamos un cambio de estrategia o el inicio de un plan para hacer frente a un adversario al que en las declaraciones previas había menospreciado.
De la misma forma, los funcionarios estratégicos (a la cabeza de ellos, Aguirre Rivero) parecieron menospreciar el impacto de estas tormentas tropicales en 2013. Guerrero estaba destrozado por las lluvias. Los caminos estaban cortados, la señal de telefonía e internet se vino abajo, mientras miles de familias vieron perder su patrimonio entre el agua y el lodo. Pero el gobierno no salía de la sorpresa y se mostró carente de respuesta y a decir de Isabel Ortega, “apanicado”.
Tercer round: El júnior parece entrar en pánico, en sus ojos se refleja el miedo y la idea de que no había presupuestado una situación de crisis como esta. A pesar de sus esfuerzos, los músculos no responden y parece engarrotado.
En un escenario similar, en septiembre de 2013, en Chilpancingo, mientras la celebración cambiaba de tono, afuera, la lluvia arreciaba y la tragedia se cernía de nueva cuenta sobre una amplia zona del Estado de Guerrero, sin que Aguirre ni sus 300 invitados, se dieran por aludidos.
Cuarto Round: Chávez parecía no tener reflejos, ni deseo de capitalizar su mayor estatura y alcance.
En Guerrero, después del primer recuento de daños, los diarios encabezaban: “Llovía y llovía y Aguirre bebía y bebía”.
Quinto round: Julio César muestra no disponer de un plan de ataque.
El contraste no puede ser más evidente. La dimensión de la tragedia en Guerrero, en 2013 pone al descubierto que el crudo rostro de la tragedia había desbordado al gobierno estatal, mientras el gobernador y sus notables celebraban a cubierto, entre la música, los platos selectos y las bebidas más caras.
Sexto round: El júnior luce abatido, nada cambia y el “Canelo” sigue sumando puntos y rounds y por si esto fuera poco, con un golpe cruzado, provoca el primer corte a Chávez.
A su vez, Aguirre pretende salir al paso con declaraciones y pidiendo ayuda a la autoridad superior. Frente a este vacío de autoridad y ante la apremiante situación, los medios electrónicos del estado, principalmente algunas radiodifusoras, cancelaron su programación habitual y se convirtieron en una red social de alerta y de enlace entre las familias afectadas.
Séptimo round: Julio César se muestra derrotado. Su mirada se pierde en la distancia y parece no comprender que si pierde un round más, ya no podrá recuperarse, a menos que noquée a su adversario.
Isabel recuerda: “Cerca de Chilpancingo, la ciudadanía junto con nosotros, logramos restablecer la comunicación, cuando todo parecía perdido.
Octavo round: Chávez luce desbordado, nada de lo que intenta resulta útil pues “El Canelo” está convertido en una máquina de tirar golpes.
Y frente a la gravedad de la situación, algunos afectados de 2013 recuerdan que el gobierno estatal no emitió la alerta para el desalojo de las zonas de alto riesgo.
Noveno round: Mientras “El Canelo” exhibía rapidez, el júnior se bate en retirada y así, como cangrejo, es casi imposible ganar.
Quechultenango fue una de las poblaciones de la zona centro que quedaron inundadas en su totalidad y que su población entera salió”, nos confesó Ortega.
Décimo round: Azuzado por la impotencia y padre al fin, Chávez padre se acerca a la esquina de su hijo invitándole a boxear a la distancia, pero las combinaciones de “El Canelo” son letales para la vulnerable defensa de Chávez.
Así, vulnerable y en estado de indefensión, quedó el estado de Guerrero en aquella difícil circunstancia de 2013, tal y como sucedió con el huracán Paulina, en 1997, el Plan de Rescate de Guerrero con las tormentas Manuel e Ingrid, representó una inversión millonaria, de la que nunca se supo a ciencia cierta cómo se aplicó ni a quien benefició.
Onceavo round: Chávez se convierte en sparring del “Canelo”; ya había una amplia diferencia en las tarjetas. Saúl entiende que puede noquear al júnior cuando lo desee, pero se muestra benévolo y displicente baja la guardia invitando a su adversario al intercambio de golpes, pero éste, nunca llega.
Y en Guerrero, aquella tragedia volvió a mostrar que el gobierno estatal carece de visión, es incapaz de anticiparse a los eventos más previsibles y dejó expuestos al amiguismo y el compadrazgo porque en los sitios de decisión, los profesionales brillan por su ausencia. En 2013, el gobierno de Guerrero fue rebasado.
Doceavo round: “El Canelo” luce como un púgil cada vez más sólido, rápido y exhibe dotes de ser cada vez un mejor fajador. Chávez parece resignado. Saúl terminó entero, se vio poderoso ante un junior maltrecho, inflamado y con cortes que tardarán en sanar.
Así como las heridas de la población afectada en 2013, que siguen abiertas y requerirán mucho más que discursos, planes realizados sobre las rodillas o propuestas efímeras.
La suma de los jueces fue implacable y las tarjetas dieron cuenta de un inobjetable triunfo del jalisciense por 120 a 108.
Y remata Isabel Ortega: Una de las primeras ayudas para las comunidades más afectadas del estado fue la de “Saúl “El Canelo” Álvarez. Sin periodistas a su lado recorrió la población y les informó que les llevaba cemento para ser usado en lo que ellos decidieran. Él personalmente ayudó a cargar el cemento. Comió con los pobladores y se retiró.
Fue alentadora su presencia, pero sobre todo, un acto generoso de un hombre sencillo y solidario, un campeón del pueblo…marcop1955@hotmail.com