En lo que va de 2017, la tasa de referencia ha subido en dos ocasiones, lo que acumula un alza de tres cuartos de puntos porcentual.
La decisión del banco central se traduce en la práctica en mayores costos financieros para empresas y familias, que tenderán a inhibir decisiones de inversión y consumo y, en ese sentido, contiene la actividad económica, de acuerdo con especialistas.
Con la decisión de elevar la tasa de interés, el banco central busca evitar contagios en la inflación por la depreciación del peso frente al dólar de los meses anteriores, así como del efecto provocado por el alza en el precio de las gasolinas y el diésel al inicio del año.
Con el objetivo de evitar contagios al proceso de formación de precios en la economía, anclar las expectativas de inflación y tomando en cuenta el incremento de un cuarto de punto en la tasa de interés de referencia de Estados Unidos, la semana pasada, fue que la junta de gobierno del Banco de México decidió aumentar en esa misma magnitud su tasa de interés objetivo, mencionó la institución en un comunicado.
“A pesar del mejor desempeño que se ha observado recientemente en los mercados financieros nacionales, la economía mexicana continúa enfrentando un entorno muy complejo”, explicó el Banco de México en el comunicado en que dio a conocer el movimiento de la tasa de interés. Ello, añadió, hace especialmente relevante que las autoridades perseveren en el fortalecimiento de los fundamentos macroeconómicos del país, “consolidando las finanzas públicas y ajustando la postura de política monetaria al ritmo que sea oportuno”.
El banco central anticipó que durante este año, la inflación se siga viendo afectada “temporalmente” por el efecto de la devaluación del peso en algunos precios y el impacto “transitorio” del alza en el costo de los combustibles.
En febrero, la inflación general fue de 4.86 por ciento, fuera del límite máximo establecido por el banco central, que es de 3 por ciento con un intervalo de más o menos un punto porcentual.
Después de la crisis financiera de 2008-2009, los bancos centrales de varios países redujeron a niveles mínimos históricos sus tasas de interés, como una manera de estimular la actividad económica en momentos en que la economía mundial entró en recesión.
A mediados de septiembre de 2008, justo cuando estalló la crisis financiera con la quinta del gigante Lehman Brothers, la tasa de interés de referencia del Banco de México era de 8.25 por ciento anual. Desde ese punto, fue reducida paulatinamente a un nivel de 3 por ciento, al que llegó a mediados de 21014. Se mantuvo así hasta diciembre de 2015, cuando aumentó en un cuarto de punto porcentual, a 3.25 por ciento.
Desde entonces, la tasa de referencia ha subido en otras seis ocasiones, en cada una de ellas en medio punto porcentual: el 22 de febrero, 1 de julio, 29 de septiembre, 22 de noviembre y 22 de diciembre de 2016, además del 19 de febrero de este año.