Hace mucho, ya llovi´. La potestad fundamental de los papas era la infalibilidad cuando hablaban Ex Cathedra. Los señores de la Santa Sede los teólogos, descubrieron que era una pendejada engañar a la gente con aquello de la infalibilidad papal y la abandonaron. Actualmente, esa virtud fue agandallada por los políticos: los políticos son infalibles sólo cuando abren la trompa. No necesitan hablar ex cáthedra, que ciertamente no saben qué significa el latinazo.
Eso pasa frecuentemente con nuestro ínclito y perínclito presidente. Todo lo que dice cuando abre la boca debe ser tomado como dogma de fe republicana. Se traslapó la teología del curanderismo de los pontífices maximi a los presidentes, ah, pero del PRI, de otros partidos nada. Este martes, el presidente de la república dio muestras de su sabiduría teológica. Afirmó que “quienes descalifican a las fuerzas armadas (lo hacen) por dolo o por ignorancia”. No importa que grupos de soldados violen la leys y violen los derechos humanos, con desapariciones forzadas, con tortura, con ejecuciones extranjudiciales, con toda una gama de violencias en contra de la población armada o desarmada. Ellos son infalibles y tienen todo el derecho de matar. Para eso son entrenados. Para matar y esta bien que lo hagan. Quien los cuestione lo hace por dolo por ignorancia.
Sin embargo, vale la pena presungarse, quién tiene la inteligencia, la potestad y la autoridad para calificar las intenciones de los demás, si no ´puede penetrar su interior. Pues El Universal publica hoy suposiciones aventureras del presidente Peña, quien lo asegura: “descalifican a las fuerzas armadas por dolo o ignorancia”. Todo lo que se digan, como verdad, acerca de un suceso es pura fantasía. Es como asegurar la existencia o la inexistencia de Dios. A quien San Juan de la Cruz, el gran místico de la edad de oro de la humanidad, calificaba muy acertadamente como “La Gran Nada”.
Claro, Peña Nieto estaba tirando una indirecta a su enemigo de facto, Andrés Manuel López Obrador, quien dijo la gran verdad de que el enemigo de los derechos humanos son miembros de las fuerzas armadas, de las policías, no de las instituciones, basado en la desaparición de los 43, en el fusilamiento masivo sin orden judicial de civiles (puede que criminales) en Tlatlaya. En las detenciones arbitrarias. En el uso de la tortura para arrancar confesiones a modo. No es un ataque frontal a las fuerzas armadas como tales, pero tanto el secretario de la defensa como el comandante supremo los tomaron muy en serio y de ello se están colgando para minar la tremenda popularidad de López Obrador, que llegaría a la presidencia si lo dejaran y no le cometieran fraude.
El Universal sigue en la línea de tomar partido por el que paga más. Y vaya que pagan millonadas desde la caja de cualquier dependencia a la que la Presidencia le encarga tales pagos de facturas a la prensa. De otra parte, el periódico pasa a temas realmente intrascendentes. Lo que le importa es la relación López Obrador-Fuerzas Armadas- Presidente de la República, quien (éste último desplegará todos los recursos económicos que le permita el Erario federal para evitar que el tabaqueño se cruce la banda presidencia, que no se la cruzaría el de Atlacomulco, por mandato de lo que el de Macuspana califica como “la mafia en el poder”. Con razón el primer vicepresidente venezolano, Diosdado Cabello, calificó a los mexicanos de “falsos e hipócritas”, cuando aquí se encuentran todos los días “fosas clandestinas, se asesina a maestros y estudiantes desaparecen. La tensión, destaca El Universal para hacer la pala de abierto, democrático, entre México y Venezuela aumentó en el marco de la sesión de la OEA, que debatió en Washington la presunta crisis del país gobernado por Nicolás Maduro. Y lo que no podía quedar fuera de la primera plana: la caída, la casi desaparición del partido fundado, por un grupo de demócratas encabezados por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Porfirio Muñoz Ledo, de la Corriente Democrática del PRI, el PRD, que permitió la destrucción de su bancada en el Senado de la República. Lo que acabó con el partido fue la corrupción alimentada por el grupo denominado Los Chuchos.
En fin una reflexión más, no exenta de verdades y de razones. Pero será cuestionada por los jilgueros del sistema, por los texto-servidores que pululan con sus costales llenos de chayotes, porque no los pueden coger con las manos pues tienen muchas espinas.