La esquizofrenia en la White House

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Trump
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Ni duda cabe que la mayoría de los delegados estatales eligieron un loco para hacerse cargo de la Casa Blanca a partir del venidero viernes 20 de enero, fecha en la que la esquizofrenia reinará para empezar por cuatro años, lo cual quiere decir que los simpatizantes del payaso del tupé dorado están enfermos del alma, y padecen por lo menos de ansiedad y son maniaco depresivos, como su próximo presidente, quien está decidiendo deshacer todo lo progresista que hizo su antecesor, el presidente de color, Barack Obama. El mequetrefe éste se ensañará en primer lugar con los mexicanos quienes no tienen ni quien los defienda, porque hay otro enfermito de la mente en Los Pinos que sólo está pensando, desde que amanece, en joder a los mexicanos.

Por lo pronto, que los que se obnubilan con el sueño americano, mexicanos por supuesto, se olviden de que tienen la oportunidad de ir allá a cortar algodón, a cosechar vegetales, a lavar platos en los restaurantes, a hacer el aseo en las casas de las clases medias, a dedicarse a los trabajos despreciados por los güeros y por las personas de color. Donald Trump no los quiere en territorio calvinista. Y mejor que se vayan despidiendo y vuelvan a sus lugares de origen en Chiapas, en Oaxaca, en Puebla, en Zacatecas, en Guanajuato y en cuanto lugar ha estado dedicado de por vida a expulsar mexicanos y a mantener mujeres casi viudas o permanentemente embarazadas y olvidadas eternamente por el marido que ya aprovecho para formar otra familia en cualquier pinchurriento pueblucho del oeste o del este, o del norte atlántico, o de cualquier  zona de la unión, como le llaman los güeros a su país.

Los demócratas, encabezados por Obama, expulsaron a cientos de miles de mexicanos, dividieron familiar, dejaron abandonados hijos pequeños porque sus padres fueron mandados de regreso a México, pero el güero éste, multimillonario de oficio, y ahora metido en la política para hacerse aún más rico a costa de los contribuyentes y los trabajadores güeros, hará una verdadera limpia de prietos tan sólo por odio racial porque en honor a la verdad los mexicanos no les quitan los puestos de trabajo a los estadounidenses; sólo trabajan en lo que los güeros o los negritos desprecian, o en sectores importantes para los que los ciudadanos trabajadores estadounidenses no están preparados, como la industria automotriz, que es un empleo sucio y de mucha responsabilidad.

Pero Trump ya cogió de pretexto a la industria automotriz, por mencionar una, para correr a los mexicanos, o para castigar con altos impuestos, que tengo entendido él no tiene capacidad de imponer aunque sea el presidente, si no regresan las inversiones a territorio estadounidense. Por ahí le saldrá a Trump el tiro, pero por la culata, porque las empresas, las grandes fabricantes de motores y carrocerías (bueno, hasta quiere prohibirles invertir en México a empresas japonesas como la Toyota o como la VMW, de capital alemán desde hace cien años. No cabe duda de que Trump está enajenado, enajenado de loco, de. Bueno, acá también tenemos nuestros locos que en un modelo de economía fallida deciden liberar los mercados, empezando con el de la gasolina, pero que no van a parar hasta no liberar el mercado del maíz, del cacahuate, del aguacate, de los minerales como la plata, en los cuales México es campeón.

Sin embargo, estos locos que nos gobiernan y nos desgobiernan no las tienen todas consigo. En México, así como votaron las mayorías por EPN ahora lo quieren desvotar todos, nadie lo quiere, todo mundo lo desprecia, porque ha cometido una serie de injusticias en todos los terrenos, particularmente en el de la economía y en el de las políticas sociales.

En el otro frente, el nuevo presidente no las tiene todas con él. La GM (General Motors), de nacionalidad gringa y de capitales gringos también le está rechazando la orden de transferir producción de autos de México a territorio estadounidense. Mary Barra, directora de la automotriz, ha rechazado la posibilidad de que General Motors pudiera transferirla producción de uno de sus modelos de México a EU, luego de que Trump amagara con imponer a la empresa un “fuerte impuesto fronterizo” En declaraciones a medios de información, la tarde del domingo pasado en la ciudad de Detroit, Barra aseveró que los proyectos de manufactura de un vehículo son realizados con mucho tiempo de anticipación y que éstos no pueden ser revertidos fácilmente. “Este es un negocio de largo plazo con inversiones altamente intensivas de capital. Son decisiones que fueron tomadas hace dos, tres o cuatro años”, explicó Barra. La directora ejecutiva respondió así a la posibilidad de que General Motors pudiera transferir la producción de uno de sus modelos de México a Estados Unidos, luego de que Trump amagara con imponer a la empresa un “fuerte impuesto fronterizo” a estos productos.

“Cuando te ꜛfijas en los (modelos) Cruze sedán, los Cruze sedán para el consumo de Estados Unidos se construyen aquí”, añadió la directiva. La semana pasada, Trump afirmó en su cuenta de Twitter: “General Motors está enviando sin pagar impuestos en la frontera los modelos Chevy Cruze hechos en México a distribuidores de Estados Unidos. Háganlos en Estados Unidos o paguen un fuerte impuesto fronterizo”. General Motors fabrica modelos Cruze en su planta de Lordstown, en el estado de Ohio, en tanto que su modelo de cinco puertas (hatchback) es fabricado en su planta de Coahuila, en México. Unos cuatro mil 500 de estos autos construidos en México fueron vendidos en Estados Unidos en 2016, de acuerdo con la propia empresa. Se ve que Trump no tiene idea de cómo funciona la industria automotriz. Él ha hecho su dinero mediante proyectos fáciles como la prostitución, por mencionar un tema.

El presidente electo también amenazó la semana pasada a la automotriz Toyota (qué horror¸a una empresa japonesa que nada tiene que ver con Estados Unido) con cobrar un “fuerte impuesto fronterizo” si invertía en México a fin de exportar autos a Estados Unidos, además de que criticó durante meses a Ford por sus planes de aumentar su producción en territorio mexicano. Ford anunció la semana pasada su decisión de cancelar su inversión de mil 600 millones de dólares en México. Mientras tanto, el sábado pasado Fiat Chrysler informó que invertiría mil millones de dólares para renovar una de sus plantas en el estado de Michigan para producir camionetas modelo Ram que ahora ensambla en México. En las declaraciones a medios de información, Barra consideró que “es muy pronto para especular” acerca del impacto potencial del posible impuesto fronterizo mencionado por Trump. Subrayó que General Motors busca ser “parte de la solución que permita al país (Estados Unidos) fortalecerse junto con sus empresas”

General Motors trasladará parte de su producción de México a EU. La automotriz anunció una inversión por mil millones de dólares en sus plantas en EU; el traslado de su producción implicará la pérdida de 100 puestos de trabajo en México. General Motors trasladará parte de su producción de México hacia EU y anunció una inversión por mil millones de dólares en sus plantas en Estados Unidos, con lo cual se crearán y retendrán un total de mil 500 puestos de trabajo. Esta inversión comprende el traslado de la producción de ejes para la nueva generación de camionetas pick up grandes, por parte de un proveedor externo, que se hacían en México hacia Michigan, creando 450 puestos de trabajo en Estados Unidos. La compañía también prevé el traslado de un proveedor de componentes para esta nueva generación de camionetas pick up grandes de México hacia Michigan, con lo que se perderán 100 puestos de trabajo en el país. General Motors de México subrayó que ningún puesto de trabajo de la compañía se pierde en el país, sino que se trata de empleos generados por sus proveedores. Los detalles de los proyectos individuales serán revelados a lo largo del año, pero involucran la fabricación de nuevos vehículos, componentes y el desarrollo de tecnología avanzada.

“A medida que la producción manufacturera incrementa su competitividad en Estados Unidos, estamos en posibilidades de incrementar nuestras inversiones, lo que resultará en más trabajos para Estados Unidos y mejores resultados para nuestros inversionistas”, dijo Mary Barra, presidenta y directora ejecutiva de General Motors, en un comunicado. “Estados Unidos es nuestro mercado y estamos comprometidos con su crecimiento, el cual es bueno para nuestros empleados, distribuidores y proveedores, y soporta nuestro esfuerzo por seguirle dando el mayor valor a nuestros accionistas”, agregó.

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha criticado a GM y a otras automotrices por fabricar sus vehículos en México para posteriormente importarlos a Estados Unidos El 3 de enero, Trump amenazó con imponer un “gran impuesto fronterizo” a GM por ensamblar parte de sus compactos Chevrolet Cruze en México

Pero Trump no logra doblegar a BMW. La planta de SLP iniciará operaciones en 2019, destaca la empresa alemana, Imagen del centro de formación de BMW en San Luis Potosí. La alemana mantendrá su inversión de mil millones de dólares para la fábrica en ese estado. Después de que Donald Trump amenazara a las automotrices alemanas con imponer un impuesto fronterizo de 35% a los vehículos importados al mercado estadounidense, BMW Group indicó que mantiene su compromiso de invertir en México. “BMW Group tiene compromiso con México. En San Luis Potosí se fabricará el BMW Serie 3 sedán a partir de 2019. La producción de este modelo está prevista para el mercado mundial, y la planta en México se suma a las actuales instalaciones de producción del BMW Serie 3 ubicadas en Alemania y China”. El año pasado, BMW colocó la primera piedra de esta nueva planta. La compañía va a invertir mil millones de dólares para construir la fábrica que creará mil 500 empleos directos. Este domingo, el periódico alemán Bild publicó una entrevista con Donald Trump en la que éste criticó a las armadoras alemanes como BMW, Daimler y Volkswagen por no producir más vehículos en suelo estadounidense. “Si quieres construir autos en el mundo, te deseo lo mejor. Puedes construir autos para Estados Unidos, pero por cada automóvil que llegue a Estados Unidos pagarás 35% de impuestos”, dijo Trump. BMW Group respondió que cuentan con una planta en Estados Unidos donde emplean directa e indirectamente alrededor de 70 mil personas.

Con una producción el año pasado de 411 mil unidades de la gama X de BMW, la planta de Spartanburg, Carolina del Sur, es la mayor fábrica de BMW Group en el mundo. Casi 70%, es decir, 287 mil unidades de su producción del año pasado, se exportaron. Según la asociación de fabricantes de vehículos en Alemania, las automotrices germanas han cuadruplicado la producción de autos en EU en los últimos siete años, hasta 850 mil unidades y exportan más de la mitad. La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz destacó previamente que las inversiones de las armadoras en México no se basan sólo en la mano de obra o la ubicación del país, sino en los acuerdos de comercio con 44 países. Para que BMW llegara a San Luis Potosí, el gobierno estatal ofreció incentivos como un terreno de 300 hectáreas con energía eléctrica, gas natural, espuela de ferrocarril, oficinas temporales y exenciones de impuestos. El paquete completo de incentivos otorgados a BMW se reservó por siete años desde 2014. Además de la planta que fabricará la Serie 3, BMW trasladará la Oficina Regional de Compras para América a San Luis Potosí. En 2015, BMW Group hizo compras a proveedores en México por 2 mil 500 millones de dólares, un alza de 18% respecto al año anterior.

Después de que Trump hiciera de Toyota su nuevo blanco de amenazas contra las compañías automotrices que operan en México, la compañía japonesa emitió una respuesta vía Twitter al futuro mandatario defendiendo sus inversiones en territorio mexicano. El Gobierno de Japón defiende a la compañía frente a Trump.

“Toyota ha sido parte de la cultura manufacturera de Estados Unidos por casi 60 años. El volumen de producción o el empleo en Estados Unidos no disminuirá como resultado de nuestra nueva planta en Guanajuato, México, anunciada en abril de 2015. Con más de 21,900 millones de dólares de inversión directa en Estados Unidos, 10 plantas armadoras, 1,500 distribuidoras y 136,000 empleados, Toyota espera colaborar con la administración Trump para servir a los mejores intereses de los consumidores y de la industria automotriz”, señaló la compañía.

Cabe señalar que, en el tuit publicado por la mañana del jueves, Trump hizo referencia a una planta de Toyota en Baja California, con lo cual la empresa japonesa también aprovechó para corregir al presidente electo en la red social.

La empresa también señaló que, durante los últimos 30 años, Toyota ha producido más de 25 millones de vehículos en Estados Unidos. Durante los pasados 20 años, dos de cada tres dólares invertidos en América del Norte han sido gastados en armadoras estadounidenses.

Añadió que, hasta el año 2016, Toyota era la menor importadora de vehículos desde México hacia Estados Unidos, y que en 2015 la empresa exportó más de 160.000 automóviles fabricados en Estados Unidos hacia 40 países, ayudando así a establecer a la Unión Americana como un centro global de exportaciones.

“Nuestras instalaciones de manufactura en Baja California, México, establecidas en 2002, apoyan la producción de nuestra planta de San Antonio, Texas, donde 3.300 miembros del equipo produjeron más de 230.000 Tundras y Tacomas en 2016”.

La automotriz recordó que ha llevado a cabo varias expansiones de armadoras recientemente en Estados Unidos, entre las que se incluyen: una inversión de 360 millones de dólares en su planta de Georgetown, Kentucky, que generó 750 nuevos empleos; 150 millones de dólares en su planta de Huntsville, Alabama; 100 millones de dólares en su planta de Princeton, Indiana, que generó 300 empleos; y 90 millones de dólares en su planta de Buffalo, Virginia Occidental, que generó 80 puestos de trabajo.

En un comunicado emitido antes de que Trump publicara el polémico tuit, los presidentes de Toyota y Honda dijeron que no tienen planes inmediatos para reducir su producción de coches en México, y que prefieren esperar hasta después de que Trump asuma la presidencia de Estados Unidos para decidir si implementarán cambios.