En 2014, dos mil 104 personas perdieron la vida por ahogamiento, 17 por ciento de ellos ocurrió en menores de 10 años y fue principalmente en arroyos, lagos, mar abierto, ríos, depósitos de agua y piscinas.
Ante esta situación señaló que es necesario crear conciencia sobre la importancia de enseñar a niños de edad escolar nociones básicas de natación, seguridad en el agua y socorrismo, así como promover la identificación y eliminación de riesgos en el hogar: cerrar aljibes, cisternas, pozos o piletas con tapa metálica y candado.
En el caso de asfixias, en el mismo año ocurrieron dos mil 730 defunciones, de las cuales 51% sucedió en población infantil dentro del hogar principalmente por estrangulamientos y ahorcamientos accidentales, así como la ingesta de alimentos que causan obstrucción de las vías respiratorias como exposición a caramelos grandes que se atoran en la garganta de los menores y huesos de las frutas que contienen los ponches.
Para ello recomendó a la población Impulsar que los padres y cuidadores de niños adopten conductas seguras como dormir a los bebés boca arriba, en colchones firmes, en su propia cuna o cama, sin almohadas, peluches o cobijas sueltas. Identificar y eliminar objetos pequeños que pueden pasar por el diámetro de un tubo de papel de baño y que pueden asfixiar a un menor, propiciar que los lactantes “repitan” cuando terminan de alimentarse con leche materna y evitar el uso de andaderas infantiles.
También dijo que es fundamental fomentar prácticas saludables como masticar bien los alimentos e informar a personas adultas mayores del riesgo de comer con dentadura inestable y capacitar sobre primeros auxilios a padres de familia y cuidadores.
Al referirse a los adultos mayores, Ricardo Pérez dijo que los principales factores de riesgo para que sufran caídas son problemas de salud como falta de agudeza visual, disminución de capacidades físicas, cognitivas y sobremedicación, condiciones inadecuadas de la vivienda como escaleras estrechas, superficies resbaladizas, poca iluminación, presencia de alfombras, uso de calzado inadecuado, prendas de vestir sueltas, sillas de ruedas, bastones y andaderas inadecuadas.
En el caso de adolescentes, los principales riesgos son la práctica de actividades o deportes extremos sin equipo de seguridad, así como el consumo de alcohol y de drogas ilícitas.
Los envenenamientos o intoxicaciones cobraron la vida de mil 294 personas por consumo de drogas, abuso de alcohol, monóxido de carbono y exposición a veneno de animales, por lo que el especialista recomendó etiquetar y resguardarproductos tóxicos y medicamentos, concientizar sobre la importancia de cocinar en lugares ventilados, particularmente al usar carbón o leña, evitar la acumulación de objetos que sirvan de refugio a animales ponzoñosos y fomentar la instalación de calentadores de agua fuera de la vivienda.