En mi tierra les dicen “cae mal”

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Peña Nieto
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Ya no es mal humor, malestar el que sienten los mexicanos ante el pésimo desempeño de sus gobernantes, concretamente el presidente de la república y el jefe de gobierno. Ya no es mal humor. Es, perdón la palabra, encabronamiento. Tanto el presidente como el jefe de gobierno caminan contra la historia. Sus acciones son antipopulares y eso que ambos son demagogos y populistas, aunque el presidente no lo acepte pero hay populistas de todos los colores y sabores, y él es un populista de derecha, como Obama.

José Stalin era muy querido por las mayorías de los ciudadanos soviéticos. Era un populista de extrema derecha con piel de comunista. Un multiasesino, y torturador, que pasaba por el “padrecito Stalin”.

En México no ha habido un presidente querido por la gente, salvo medianamente aquel viajero paisano del actual, Adolfo López Mateos, a quien incluso le decían, con mala leche, López Paseos, y el general Lázaro Cárdenas del Río. Salvo esos dos, ninguno ha sido de la gracia de la ciudadanía. Hasta los empresarios están descontentos con el actual mandatario; hasta la jerarquía católica comenzando con el Cardenal., más ahora con sus metidas de pata en Canadá ante el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y el presidente Barack Obama, el primero maestro, el segudo populista. Y vaya que Peña no sabe que no sólo López Obrador es populista, que hay también populistas de derecha y de extrema derecha, como él mismo o como Luis Echeverría Álvarez o como David Cameron, o Hitler, o Musolini. o Francisco Franco, y para no ir tan lejos, el general Porfirio Díaz.

Pero lo grave, lo más grave es que los mandatarios nunca pueden, nunca quieren ser servidores, empleados de la ciudadanía, tanto la que votó a favor de ellos como los que lo hicieron en contra  o los que se abstuvieron de votar porque ya no creen, entre los cuales me encuentro yo, que son ateo político.

Les debería preocupar tanto al presidente como al jefe de gobierno la caída de su popularidad porque la gente no los quiere porque no gobiernan bien, no saben gobernar, o gobiernan a favor de las clases dominantes, para privilegiar el capital encima de la explotada, extorsionada, esclavizada fuerza de trabajo.

Pues según la encuesta trimestral del periódico mexicano El Universal y la encuestadora Buendía & Laredo, el índice de aprobación del presidente Enrique Peña Nieto bajó con respecto a la medición anterior y la población que reprueba mucho o algo su gestión aumentó siete puntos. En marzo pasado, el mandatario registró 56% de población que reprobaba su gestión y ahora ese indicador subió a 63%.

Los habitantes de la Ciudad de México dieron un 5 de calificación al desempeño de Miguel Ángel Mancera como jefe de gobierno, durante el último trimestre del año, la más baja de febrero de 2013 a la fecha. Durante este periodo aumentó la desaprobación de los capitalinos sobre la forma de gobernar el Ejecutivo local, con 70%, un porcentaje que también representa el más alto en la historia de las mediciones. En este rubro, hubo un incremento de 13 puntos porcentuales, luego de que en el mes de marzo, 57% de los habitantes no estaban de acuerdo con sus acciones de gobierno.

Pero fíjese como son las cosas. ¿Injustas? ¿Justas? Pese a estos resultados, Mancera Espinosa sale mejor calificado cuando se compara su gestión con la del presidente de la República, y la ciudadanía (cuál será el gentilicio de los que nacen en la CDMX) respondió que ha visto mejorías en la atención a los problemas de las mujeres, en el rubro de agua potable, mejoramiento de los programas sociales y recuperación de espacios públicos.

Pero bueno. Eso es lo que tenemos porque eso votaron los que votaron a favor del presidente.

analisisafondo@gmail.com