Ciudad de México, México.– Los programas Producción para el Bienestar, Fertilizantes y Mejoramiento genético de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural han contribuido a mantener y ampliar la superficie de cultivo de cacao, con prácticas sostenibles y materiales genéticos mejorados, en zonas propicias para su desarrollo, proceso y comercialización, afirmó el secretario Víctor Villalobos Arámbula.
En el marco del Día Nacional del Cacao y Chocolate, el titular de Agricultura informó que en los últimos dos años con los programas prioritarios se canalizaron 141.7 millones de pesos y se entregó fertilizante gratuito para ampliar el cultivo e incrementar la producción de cacao, de manera sostenible e incluyente, en beneficio de productores y sus familias. Estas acciones federales y la ejecución de los bienes públicos de la Secretaría, dijo, permitieron responder positivamente al sector ante los imponderables climáticos y aumento de precios, plagas y enfermedades.
En evento celebrado en el castillo de Chapultepec y con la presencia del embajador de Costa de Marfil en México, Ly Djerou Robert, y representantes de la agroindustria, expuso que ocupamos el decimotercer lugar de producción de cacao, con una superficie sembrada de más de 52 mil 452 hectáreas, principalmente en Chiapas y Tabasco, y con potencial de crecimiento en Guerrero, Michoacán y San Luis Potosí.
Resaltó el que, luego de años, el cacao y el chocolate han sido distinguidos como embajadores de la región del Sur Sureste de México para el mundo, con su alta calidad, proceso de elaboración y comercialización, con una preferencia en los mercados internacionales.
El embajador de Costa de Marfil en México, Ly Djerou Robert, se pronunció por el fortalecimiento de lazos entre su gobierno y el nuestro para consolidar políticas públicas de fomento a la producción sostenible del cacao y garantizar un mejor bienestar social y económico a los productores y sus familias.
Manifestó la conveniencia de promover alianzas entre las empresas y los productores con el fin de impulsar en los mercados un producto más sano y bajo en grasas, para beneficio de la salud de los consumidores.
La presidenta ejecutiva del Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo, Claudia Jañez Sánchez, destacó que en el contexto de la globalización, alzas históricas de precios y una pandemia que paralizó el desarrollo de la cadena productiva, los productores de cacao y de chocolate tomaron medidas para transformar su actividad.
Coincidió en la importancia de promover esquemas de sustentabilidad y políticas públicas enfocadas en la conservación de los recursos suelo y agua, siempre respaldadas por la innovación tecnológica.
El presidente de Asociación de Confitería y Chocolate (ASCHOCO), Miguel Ángel Sáinz Trápaga, subrayó la importancia de trabajar en conjunto en una etapa en la que el cacao disponible no alcanza para cubrir la demanda de los mercados, lo que representa una oportunidad de crecimiento.
Complementar programas y acciones permite tener un campo más productivo, con nuevas variedades genéticas de cacao, que aumenten la producción nacional, que es de alrededor de 45 mil toneladas anuales para atender un consumo que demanda 120 mil toneladas, refirió.
El presidente de Hypatia A.C., Oliver Romo Miranda, resaltó la celebración de eventos promueven este producto, legado de los dioses, con historia e identidad e impacto económico y social en las comunidades rurales.
Productores de cacao de la Costa Chica de Guerrero hicieron un llamado a promover la producción local, que representa el sustento y fuente de ingreso para la región, así como un alimento de autoconsumo.
Nuestra riqueza: el cacao
El cacao es un cultivo y un producto ancestral. Después del café, es el cultivo más importante bajo sombra en el trópico mexicano, por superficie cultivada y por ingreso neto.
Es uno de los productos que México y Mesoamérica han aportado al mundo. De acuerdo con el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA), la producción cacaotera en América Latina y el Caribe es realizada por más de 350 mil familias de productores y más de un millón 750 mil personas dependen o se benefician directamente de su producción, en 23 países del continente americano.
El chocolate, su principal producto, se consumía desde la época prehispánica, a partir de este se preparaban bebidas mezcladas con especias, dando como resultado un líquido muy energético, oscuro, espeso y espumosa, al que posteriormente se le agregó endulzante, que modificó su sabor y conquistó los paladares de todo el mundo.
Hoy por hoy, México es el país que tiene la mayor cantidad de platillos y bebidas en torno al cacao, al ser un ingrediente que aportan aroma y sabor inigualable al chocolate, pozol, tascalate, téjate, mole y tamales, entre otros alimentos y bebidas.
México es uno de los países que cultiva cacao criollo fino de aroma y en su mayoría crece en sistemas agroforestales de alto valor social, ambiental y económico y es muy reconocido por los mercados de chocolates de alta gama de Europa y Estados Unidos.
Estos sistemas no solo se enfocan al rendimiento de grano como comúnmente sucede en la agricultura comercial, su enfoque es sustentable, con la obtención de múltiples productos en una misma parcela, tales como madera, leña, frutas tropicales, hongos comestibles y fibras, entre otros, además de beneficios ambientales en favor de los productores, las comunidades y el ambiente en general.
El chocolate como un alimento es nutricionalmente completo, ya que contiene aproximadamente 30 por ciento de lípidos, 6.0 por ciento de proteínas, 61 por ciento de carbohidratos y 3.0 por ciento de humedad y de minerales (fósforo, calcio, hierro), además de aportar vitaminas A y del complejo B.
El potasio del cacao mantiene la presión normal en el interior y exterior de las células, disminuye los efectos negativos del exceso de sodio, regula el balance de agua en el organismo, participa en el mecanismo de contracción y relajación de los músculos.
También, es fuente de antioxidantes que retardan el envejecimiento. Además, aumenta los niveles de serotonina y de endorfina en el cerebro mejorando el humor y aumentando el placer, funciona como antídoto para la depresión; la serotonina es un neurotransmisor que produce felicidad. Por lo tanto, se asocia con un mejor desempeño cognitivo.