Y mientras Roma ardía, Nerón cantaba y tocaba su arpa    

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TRAS LA PUERTA DEL PODER

Por Roberto Vizcaíno 

Nerón Claudio César Augusto Germánico, nacido el 15 de diciembre de 37 fue emperador de Roma desde el 13 de octubre de 54, apenas a sus 16 años de edad, hasta su muerte a los 31 años de edad, el 9 de junio de 68, lo que puso fin a la dinastía Julio-Claudia.

Hijo de Cneo Domicio Enobarbo y Agripina la Menor fue adoptado por su tío Claudio quien lo designó su sucesor por sobre su hijo Británico.

En su corto imperio de 14 años superó traiciones y levantamientos y se le asocia comúnmente a la tiranía y la extravagancia, se le recuerda como un implacable perseguidor de los cristianos y por una serie de ejecuciones sistemáticas, incluyendo la de su propia madre y la de su hermanastro Británico, pero, sobre todo, por la versión generalizada de que mientras Roma ardía él cantaba feliz y tocaba su arpa…

Así fue -al menos- lo documentado por los historiadores Tácito, Suetonio y Dion Casio… pocos lo describen de manera favorable, a pesar de que dicen tenía una enorme popularidad entre el pueblo romano.

La muerte de Nerón -sin dejar herederos-, en vez de traer estabilidad al Imperio, desató un ciclo de guerras civiles conocido como el Año de los cuatro emperadores y sus sucesores combatieron entre sí por el poder y fueron sucediéndose hasta que Vespasiano llegó y puso orden.

El gran incendio de Roma

Según la historia, durante la noche del 19 de julio de 64 se declaró en Roma un gran incendio que devastó gran parte de la ciudad. El fuego se inició en el sureste del Circo Máximo, donde se localizaban unos puestos.

Según Tácito, el fuego se extendió rápidamente y duró cinco días. Hubo gran destrucción en 4 de los 14 distritos de la ciudad y otros 7 quedaron muy dañados.

No está realmente claro cuál fue la causa del incendio, si fue un accidente o fue premeditado. Suetonio y Dion Casio defienden la teoría de que fue el propio Nerón quien lo causó con el objetivo de reconstruir la ciudad a su gusto. Tácito menciona que algunos cristianos se declararon culpables del delito, (aunque no podemos saber si esta confesión fue inducida bajo tortura), y como resultado de ello detuvieron a otros muchos. Lo cierto es que los incendios accidentales fueron comunes en la Antigua Roma.

Según Suetonio y Dion Casio, mientras Roma ardía, Nerón cantaba el Iliupersis. Sin embargo, según Tácito, durante el incendio Nerón estaba en Antium, distante aproximadamente 42 km de Roma, y al tener noticias del mismo, viajó rápidamente a Roma para encargarse del desastre, utilizando su propio tesoro para entregar ayuda material. Tras la catástrofe, abrió las puertas de su palacio a las personas que habían perdido su hogar y abrió un fondo para pagar alimentos que serían entregados entre los supervivientes. A raíz del incendio, Nerón desarrolló un nuevo plan urbanístico.

NO SÉ…

La verdad no sé por qué este fin de semana de acontecimientos tan cruciales para la vida y futuro de México caí en esta historia. ¡Vaya! Ni siquiera se puede decir que haya alguna similitud con algún personaje actual o de quienes participan en lo que hoy domina nuestros desvelos. ¿O sí?

Nada de incendios desastrosos o de cantos y algarabías alrededor de nuestros desastres, o de que el emperador toque su lira mientras todo a su alrededor se desmorona bajo su guadaña o mazo.

No. Nada de eso. Nerón era un tirano, extravagante y medio loco, aunque muy popular entre sus súbditos. Algo que aquí no pasa. Para nada. ¿O sí?

Pero, bueno, como sea, Nerón nos muestra que nada es para siempre.

No lo fue en la Roma de su tiempo ni lo será en el México del nuestro.

SIN SORPRESAS, DESGRACIADAMENTE

El viernes por 7 a 4 los 11 consejeros del INE aprobaron la sobrerrepresentación de Morena, PT y Verde en la Cámara de Diputados.

Con esa mayoría -ilegítima e inconstitucional o no porque ese reparto significó regalarles 20% más de curules ya que los beneficiados solo obtuvieron en urnas el 54% de los votos y los consejeros les asignaron hasta un 74%-, los oficialistas podrán hacer y deshacer con la Constitución como quieran.

Seguro lo intentarán. O les ordenarán que lo hagan.

En el Senado sin embargo Morena, PT y Verde quedaron a 3 escaños de la mayoría calificada. Un muy pequeño obstáculo para que logren avanzar en la destrucción que han preparado realizar para dar fin al Sistema postrevolucionario y de débil democracia que ha operado de 1928 a la fecha y que pese a todo ha logrado que México sea la 12 economía entre 150 países en el mundo.

Y de que hayamos gozado hasta hoy de un cuestionado Estado de Derecho, de una democracia perfectible, y de libertades y de avances en Derechos Humanos esenciales.

Eso parece que acabará el siguiente mes. En los últimos 30 días de mandato de Andrés Manuel López Obrador.  

¿Será que como Nerón cantará y tocará su arpa al ver incendiarse al país desde el balcón central remozado de Palacio Nacional?

TODO APROBADO PARA DESAPARECER AUTONOMOS Y ALGO MÁS

A pesar de que la Constitución lo prohíbe, Morena, PT y Verde echaron montón y aprobaron en comisiones en San Lázaro la desaparición de un importante grupo de organismos autónomos. Lo han hecho igual con otras iniciativas de Reforma, como la del Poder Judicial. La intención es que la legislatura entrante haga suyos esos dictámenes y los lleve al Pleno para que su sobrerrepresentación los apruebe, y pasen al Ejecutivo para su promulgación.

La Constitución indica que eso no es procedente. Que una legislación no puede dejar a otra dictámenes en curso. Cada Legislatura tiene que tramitar sus propios asuntos.

Sorprende que el reconocido constitucionalista y catedrático de la UNAM Ricardo Monreal, quien es coordinador de la mayoría senatorial de Morena en el Senado y que será el coordinador de los diputados federales de ese partido en San Lázaro desde el 1 de septiembre avale este procedimiento, sabedor de que la suprema Corte lo puede echar abajo sin mayor discusión.