Opina académico que pierde México prestigio ganado por solidaridad con exiliados al maltratar a migrantes

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“Ya no vemos en nuestras acciones esa solidaridad, protección y apoyo a cualquier ciudadano del mundo, ni esas cualidades que nos distinguieron en los gobiernos posrevolucionarios y nos hicieron precursores de la democracia, del respeto a las garantías individuales y de la autodeterminación de los pueblos”, resaltó Mejía Flores, coautor de los textos de la biblioteca de La Cátedra del Exilio.

Resulta contradictorio pensar que antes México fue un defensor de esas garantías individuales y hoy no sabe cómo atender de mejor manera el paso de los centroamericanos, dijo en el marco del Día Mundial del Refugiado, a celebrarse hoy, 20 de junio.

Opción de vida en otras tierras

Para Mejía Flores, el concepto refugiados designa a aquellas personas obligadas a desplazarse de su lugar de origen y vivir en otro país por motivos políticos, raciales, religiosos o conflictos armados.

De hecho, el término remite a los derechos humanos y a la búsqueda de un mejor trato para los expatriados, apuntó el especialista en el exilio republicano español en América Latina.

“Es difícil asegurar que estas garantías se cumplan a cabalidad, pues parecen producto de cartas de buenas intenciones que se vuelven en una especie de biblias laicas”, sostuvo.

No obstante, debe reconocerse que hay avances en la materia, como leyes que protegen el derecho de estos individuos a una vida digna, vivienda, salud y educación, aunque la concreción de esto depende del país receptor y, en este sentido, los más eficaces son los desarrollados, pues hay naciones que no respetan las garantías de sus habitantes y menos las de los refugiados, señaló Mejía Flores.

Aunque a últimas fechas se habla mucho de los expatriados sirios, históricamente, y a raíz de la Segunda Guerra Mundial, Europa ha sido el continente de mayor expulsión y la mayoría de esa gente ha buscado albergue en AL, mencionó.

En este caso, destacó, la nación que más refugiados recibió fue México, que durante el exilio español acogió a más de 20 mil hispanos entre 1939 y 1950, sin contar a los de otras nacionalidades como alemanes, italianos antifascistas, austriacos, checoslovacos, húngaros, polacos y judíos.

En los años 70, nuestro país se volvió a convertir en albergue para muchos sudamericanos (chilenos, argentinos, uruguayos y brasileños) y desde entonces comenzó a ser visto como un modelo para la comunidad internacional, pero ya no es así, refirió el investigador.

La experiencia del exilio español fue afortunada para México porque la presencia de estos desterrados no sólo fue importante cuantitativa, sino cualitativamente. Por ejemplo, la UNAM recibió a grandes maestros en filosofía, derecho, antropología y física, lo cual representó un encuentro cultural y una complementación de conocimientos, lo que repercutió en beneficios mutuos.

Lo mismo sucedió en entidades como el Instituto Politécnico Nacional, la Academia Mexicana de Ciencias, el Fondo de Cultura Económica y la Escuela Nacional de Antropología e Historia, expuso Mejía Flores.

La conmemoración

Para el universitario, una celebración como ésta obliga a investigar más, porque no se debe conmemorar sin conocer realmente la situación real de los refugiados en el planeta.

Desde el ámbito legal es necesario refinar las leyes para que tengan un sentido eficaz, “es decir, no sólo debemos rememorar, sino tomar conciencia y asumir una posición ante este fenómeno cada vez más recurrente y lastimoso”.

En la práctica, estas fechas deben arrojar luz sobre una situación recurrente en un mundo donde la gente se mueve más, concluyó Mejía Flores.