Mediante un punto de acuerdo, explica que el 6 de junio de 2011 el Estado mexicano votó a favor de la aprobación del Convenio 189 sobre el trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos, que entró en vigor el 5 de septiembre de 2013 y que ha sido ratificado por 22 Estados.
En este sentido, recordó que el pasado 31 de marzo de 2014, el titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Miguel Ángel Osorio Chong, se comprometió a enviar al Senado el Convenio 189 para su estudio y ratificación.
Dijo que el funcionario enfatizó la importancia de que a todos los trabajadores y trabajadoras del hogar les sean respetados sus derechos, en los términos que establece la Constitución, y gocen de protección efectiva para que desempeñen sus actividades en condiciones de empleo equitativas y decentes, en igualdad de oportunidades y de trato frente a los demás.
Sin embargo, la legisladora dijo que han pasado dos años desde su pronunciamiento y, a la fecha, el Senado no ha recibido dicho Convenio, a pesar de que de que senadoras y senadores de distintos grupos parlamentarios han realizado diversos exhortos de 2012 a la fecha, sin obtener respuesta alguna.
Tagle Martínez refirió que cifras del Instituto Nacional Estadística y Geografía (INEGI) muestran que en México existen dos millones 200 mil personas dedicadas al trabajo doméstico sin remuneración, de las cuales 95 por ciento son mujeres.
De ellas, agregó, 4.2 por ciento realiza tareas de limpieza en hogares particulares, 8.5 por ciento cuida de personas y 6.2 por ciento es lavandera o planchadora en casas particulares.
Comentó que el pasado 18 de febrero nació el primer Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar (Sinactraho) con 500 trabajadoras afiliadas de la Ciudad de México, Estado de México, Colima, Chiapas y Puebla, quienes también trabajaron en la elaboración de un contrato colectivo.
Expuso que dicho contrato está conformado por derechos laborales básicos como el acceso a seguridad social, aguinaldo, vacaciones y un salario con base a las horas de trabajo que sea negociable; además protege a los empleadores para que la trabajadora cumpla sus horas y haya una repartición justa en la seguridad social.
La senadora manifestó que es fundamental elevar la calidad y condiciones de vida de los trabajadores del hogar, con el fin de evitar actos discriminatorios, explotación y violencia laboral o de género.
El punto de acuerdo se turnó a la Tercera Comisión para su análisis y dictamen correspondiente.
