Señaló que, contrario a lo que ha dicho el grupo de tecnócratas gobernantes desde hace varias décadas, la productividad y competitividad nacional no se han incrementado, sino incluso ha retrocedido respecto a otros países, porque este grupo se ha dedicado al saqueo y no a la inversión de los recursos públicos para, entre otras cosas, la innovación.
El resultado es que empresas e industrias estratégicas nacionales, como la petrolera y eléctrica, son abandonadas en su mantenimiento y modernización para malbaratarse y entregarse a un grupo de supuestos empresarios que en ocasiones ni capital tienen, sino se capitalizan con los propios recursos públicos mediante supuestos “convenios” con una tecnocracia igual de corrupta.
Así resulta –dijo- que se deja caer las refinerías y petroquímicas de PEMEX a pesar de la abundancia de recursos que han generado y ahora son incapaces de producir la totalidad de combustibles y aditivos que requiere el país o que, en su caso, requerirían automotores de mayor y mejor rendimiento.
Prueba de que al gobierno y sus personeros en la dirección y Consejo de Administración de PEMEX no les interesa la productividad, competitividad ni modernización de sus procesos y productos es que incluso se amparan contra las normas oficiales que buscan ubicar la emisión de contaminantes a niveles internacionales.
Saldaña Morán ejemplificó con la Norma 086 que obliga a expender únicamente combustibles de Ultra Bajo Azufre (UBA), con lo cual la emisión de varios contaminantes disminuiría en más de 80 por ciento, pero los directivos y administradores de PEMEX solicitaron amparo para incumplir impunemente esa disposición desde 2009.
Así resulta que, mientras la producción y productividad de refinerías y petroquímicas de PEMEX se desploman en 35 por ciento y los accidentes se multiplican con saldos mortales -como en “Pajaritos”, Coatzacoalcos, Veracruz-, el país tiene que importar más de 50 por ciento de gasolinas que requiere y con una calidad –supuestamente- que ni los directivos de PEMEX quieren cumplir.
Para el diputado federal perredista, el problema de contaminación y sus consiguientes efectos negativos en la salud, movilidad y economía de los mexicanos continuarán sucediéndose porque quienes están en el poder simple y sencillamente no quieren modificar su actuación depredadora.
Es decir, no están por elevar la producción, la productividad, la innovación y la competitividad, sino por el saqueo de los activos nacionales.
Así, las llamadas “contingencias”, que por definición son medidas de posible aplicación, serán en el caso de la contaminación en urbes mexicanas paradójicamente más frecuentes y fatales porque los niveles de contaminación dañinos también lo serán.
Hasta ahora –dijo Saldaña Morán- la carga moral y económica por la contaminación la han cargado los automovilistas, transportistas y la ciudadanía en general, pero si de verdad se quiere que las cosas sean diferentes, quienes ocupan el gobierno están obligados a revisar sus estrategias y políticas.
En este sentido los conminó, por ejemplo, a invertir los recursos públicos en elevar realmente la capacidad de producción y el nivel de productividad de las empresas a su cargo, en lugar de simular que lo hacen –como en “Pajaritos”- para así estar en condiciones de cumplir las normas de calidad que hoy rehúyen.
De muy poco servirán –aunque no sobran- las medidas contra la corrupción en los centros, privados u oficiales, de verificación de contaminantes si los mismos combustibles son de mala calidad y por ello se impide, incluso, la comercialización de modelos más eficientes de automotores, concluyó.