Ciudad de México, México.– La química debe ser vista como una disciplina que nos descubre el Universo, incluso a nosotros mismos; una ciencia central porque lo que ocurre en la Tierra son procesos químicos y, en ese sentido, lo que estudiamos quienes nos dedicamos a ella es de interés para la humanidad.
Así lo define el director de la Facultad de Química de la UNAM, Carlos Amador Bedolla, quien en entrevista agrega que está presente en los temas de actualidad como el cambio climático y el proceso por el cual algunos gases de efecto invernadero contribuyen al aumento de la temperatura promedio de la atmósfera; o el uso, obtención y almacenamiento de energía, a través de las baterías de litio; la absorción de energía solar; o la quema de combustibles fósiles.
Y ¿qué decir de su relevancia para la salud? Un ejemplo es la fabricación de fármacos o el proceso por el cual unos microbios pueden volverse resistentes a antibióticos, que ocurre cuando se modifican ciertas reacciones químicas. Esa es una muestra del potencial de esta ciencia, externa en ocasión del Día del Químico, que se conmemora hoy 1 de diciembre.
Todo alrededor de nosotros es química: el jabón, la pasta dental o nuestra ropa (de fibras naturales o sintéticas); está en el tratamiento, saneamiento y distribución del agua, o en las tuberías por las que se transporta el vital líquido; en los fertilizantes para la obtención de alimentos; las vacunas que nos protegen contra enfermedades; los cosméticos y hasta en las pinturas que usan los artistas plásticos en sus obras. “Lo que ocurre en la Tierra es química”, enfatiza Amador Bedolla.
Su evolución ha sido complicada y, como otras ciencias, ha tenido que encontrar su esencia. “No sabíamos qué era hasta hace apenas 300 o 400 años, no había manera de predecir los temas que hoy nos interesan; eso ha ido cambiando conforme se transforman los conocimientos y la necesidad de aplicarlos”.
Por ejemplo, puntualiza, hubo tiempos donde no sabíamos ni entendíamos que la quema de combustibles orgánicos fósiles iba a terminar modificando el clima; fue un descubrimiento sorpresivo, como que el uso de fluorocarbonos puede afectar la capa de ozono.
Enmendar, acota, también es parte de la ciencia y de los retos de la química. Es un juego de ida y vuelta, de descubrimiento y corrección de efectos no deseables.
Más participación femenina
La educación, menciona el maestro y doctor en físicoquímica, es la esencia del desarrollo, del progreso de la civilización; “saber más siempre es mejor que saber menos, así que siempre vamos a salir ganando si tenemos más químicos o filósofos”.
Estamos orgullosos de que nuestra comunidad gremial en el mundo, en México y en la Universidad Nacional, ha sido activa y exitosa, lo cual se demuestra con el gran número de destacados profesionales quienes han atendido las necesidades de la humanidad.
Asimismo, abunda, actualmente la participación de las mujeres es intensa y destacada. “Su función ha sido útil para ayudar al avance de nuestra ciencia. No debemos olvidar que Marie Curie ha sido la única persona que obtuvo dos Premio Nobel, en Física y Química.
En la Facultad a mi cargo, recuerda, los últimos nombramientos de emeritazgo correspondieron a tres profesoras. En nuestros registros históricos hay presencia de mujeres a partir de los primeros años de la entonces Escuela Nacional de Química Industrial, cuando 70 estudiantes (30 mujeres y 40 hombres) se inscribieron a las carreras de Químico Industrial, Perito en Industrias y Práctico en Industrias.
Desde hace una década se observa una ligera mayoría de ellas en el ingreso a la FQ: 51 por ciento contra 49 por ciento de varones. No obstante, la presencia masculina en el posgrado y en el número de graduados es más elevada; lo mismo ocurre en cuanto a los académicos en el nivel III del Sistema Nacional de Investigadores, o de titulares “C”. “Hay áreas donde nos falta avanzar hasta lograr la igualdad de género”, reconoce.
Amador Bedolla expresa que “casi todos acabamos eligiendo una carrera, equivocadamente o no, por la inspiración que nos produjo algún profesor”. Necesitamos grandes docentes de la química en el bachillerato, con amplio conocimiento y la capacidad de mostrar la belleza de esta ciencia.
En el Día del Químico, asevera, debemos agradecer a nuestros antecesores y felicitar desde los fundadores de nuestra escuela hasta los egresados recientes por haber elegido este trabajo. Debemos estar orgullosos de nuestra labor y logros.
La fecha de conmemoración fue propuesta por la química María de los Ángeles Zaldo Arredondo, en el Congreso Panamericano de Química de 1948, realizado en La Habana, Cuba.