ÍNDICE POLÍTICO
Por FRANCISCO RODRÍGUEZ
No todo es heroísmo de los mexicanos ante la tragedia nacional del entorno guerrerense devastado por el huracán Otis. La estela de dolor arrastrada desde el primer momento es atizada por la actitud infame de los chacales mexicanos incrustados en eso que llaman 4T.
Seres despiadados que trafican, se congratulan y profundizan el dolor de los damnificados y sus familiares. Animales de carroña y bajos instintos a quienes sólo guía su ambición y la medida de su bolsillo se muestran ante la sociedad como entes llegados de otro mundo, insensibles ante la conmoción y el abandono.
En cambio, en un auténtico gesto de genuina humanidad que honra cualquier recuerdo, el pueblo llano ha acudido como un solo hombre, una sola mujer, a rescatar los cuerpos y despojos, a vitorear a los vivos rescatados, a llorar a los muertos propios y a los ajenos. Frente a ellos, los chacales se solazan ante la tragedia, atisban, cebados, lo que está mal acomodado para hacer caer su deletérea condición.
En eso están. Andrés Manuel López Obrador, ciego y sordo ante las necesidades de millares, ha enviado a sus tropas civiles, uniformadas con chalecos guindas, a levantar un censo que sólo tiene fines electoreros. ¡No tiene madre!
Y es por ello que son cada vez más los mexicanos que creen sinceramente que ha llegado la hora de remediar a fondo esa descomposición burocrática, política y social que ya ha lesionado irremediablemente partes sensibles de un tejido social sostenido con alfileres. No puede ser más de lo mismo. Hasta aquí hemos llegado.
La 4T también es neoliberal
Por un lado, la economía nacional es hoy un laberinto sin salida. La llevaron a esa condición los aprendices de tecnócratas que dizque salieron a estudiar al extranjero para importar soluciones que no tienen nada que ver con nuestros procesos y modos productivos, ni con nuestra Constitución original.
Rogelio Ramírez de la O y demás funcionarios “de alto nivel” de la SHCP traicionaron su espíritu, destruyeron los basamentos de nuestra identidad colectiva y nos impusieron procedimientos para el desarrollo calcados con brutal precisión de otros que habían adoptado en países extraños, conducidos al fracaso por otros mentecatos iguales a ellos.
La nación se encuentra entrampada por los designios que desde hace cincuenta años ellos le recetaron: adoptar el neoliberalismo global, abrir indiscriminadamente el mercado para integrarse a un mundo raro, la desregulación crónica, el desmantelamiento del Estado, el apego indiscriminado a los índices macroeconómicos, el endeudamiento criminal, la entrega indiscriminada y corrupta de subsidios personales…
… en lugar de promover la producción, las inversiones multiplicadoras de empleos, la baja de intereses productivos, las cerradas políticas monetaristas y el recorte al gasto de inversión, infraestructura y social para promover los mínimos de bienestar general.
Y pese a lo que diga AMLO en sus matinés seguimos en las mismas que en su criticado –de dientes para afuera– neoliberalismo. Y así, hace obediente caso a lo que en materia económica y financiera…
… nos amenazaron con el petate del muerto. Nos advirtieron y amagaron que de no seguir por ese camino iríamos al fracaso, porque el Imperio era invencible y sus adalides lo habían construido para escribir lo que restara de la historia de la humanidad.
Sin embargo, la realidad los desmintió. Las actas de defunción de la economía global fueron levantadas con los mismos testimonios de quienes construyeron el mito. Fueron conocidas a tiempo por todos los países sujetos a la zona de influencia norteamericana. Nosotros, con todo y 4T, seguimos aplicándola…
… como dogma de fe, a pie juntillas, y hemos acabado en la quiebra económica, moral, física y financiera. Cuando todo se derrumba a lo que pasa no se le puede catalogar con una palabra del lenguaje político, ni académico. Las palabras se han desgastado, desacreditado como nuestra confianza y credibilidad.
Crisis, crisis, siempre estamos en crisis
El término crisis es insuficiente, ya no quiere decir algo, ya no significa absolutamente nada. Lo que hemos vivido estos cinco años es una tragedia gubernamental, física y moral inenarrable, impredecible en sus consecuencias, inimaginable en cualquier régimen, de la naturaleza, crueldad e ideología que profese.
La verdad es que estamos desgastados ante nosotros, ante nuestra época, ante nuestra generación y ante nuestro mundo.
Lo deletéreo, lo abominable de las dimensiones de corrupción, cinismo, sadismo, sevicia contra el pueblo, impunidad, saqueo de la soberanía nacional y ridículo internacional de un puñado de inmunes y chacales, improvisados, entrenados para matar y robar, extremadamente peligrosos, casi no tiene nombre posible.
Si los delitos de lesa humanidad han arrojado sobre nuestro país un manto de descrédito y podredumbre, si a nuestro prevaricato hasta la definición le queda extremadamente chica, si el único circulante que corre es el del trasiego y las remesas a punto de ser gravadas por la Secretaría de Hacienda…
… la llamada con benignidad supina crisis es la evidencia del robo desenfrenado y esquizoide, de la ausencia de mínimos valores en los que creen que gobiernan, de la impericia para manejar un cataclismo provocado y maquinado premeditadamente, para ser manejado con ventaja de chacales sangrientos.
Y ni siquiera se acuerdan de Acapulco
Las maniobras de la dupla gubernamental-empresarial descubiertas a propósito del huracán de hace poco más de un mes son para poner a pensar a cualquiera, sobre el jaez de las fieras y animales de carroña que manejan nuestro dinero…
… salen a relucir las obras blandengues de Acapulco Diamante, la suciedad que se ocultaba tras las luces de la Costera, la miseria en las colinas y tras las montañas que enmarcan la que alguna vez fuera llamada la más hermosa bahía del mundo.
Y la limpieza sigue pendiente…
… lo mismo que la ayuda que ya no llega porque AMLO desapareció el Fonden por sus pistolas…
… y la reconstrucción va para largo, meses, años, ¿décadas, tal vez?
¡No tienen madre en el gobiernito de AMLO!
¿No cree usted?
Indicios
No ha habido un titular del Ejecutivo Federal tan caprichoso como sí lo es Andrés Manuel López Obrador. A toda costa, sin importarle las consecuencias que sus deseos puedan acarrear, ha enviado iniciativas de ley que luego le rebotan los ministros de la Suprema Corte de Justicia, ha desaparecido obras costosísimas como el NAIM, lo mismo que organismos, fideicomisos, fondos… todo para alimentar económicamente sus caprichos como han sido el AIFA, el Tren Maya, Dos Bocas, et al. Ahora pretende imponer, también por capricho, a cualquiera de las tres cuatroteras que propuso al disminuido Senado de la República como sustituta del decepcionante Arturo Zaldívar. Lo mejor es cada vez ya faltan menos meses para que AMLO se vaya a “La Chingada”, la finca que hipócritamente dice que heredó de sus padres, cuando la realidad es que la adquirió con los dineros que le daba Marcelo Ebrard para mantener, primero, y retirar, después, sus plantones en el Zócalo. * * * Ni cómo desmentir la dependencia de Claudia Sheinbaum de López Obrador. Ayer lo visitó en Palacio Nacional, quizá para recibir instrucciones, tal vez para indicarle que le suba a su alicaída campaña, a lo mejor para recibir recursos como los que alguna vez sacó por la puerta principal Mario Delgado. Solo que ella fue más discreta y abandonó las oficinas del Ejecutivo Federal por la puerta de atrás, precisamente la que da a la calle de Correo Mayor. * * * Si eres candidato, mejor no vayas a la Feria Internacional del Libro que se celebra en Guadalajara. Esta se ha convertido en una verdadera caja de cristal en la que se muestra que la lectura no es el fuerte de quienes se dicen políticos. Mire si no es así, cuando Xóchitl Gálvez no supo el título del libro que dizque escribió y tuvo que consultar la portada para nombrarlo. Samuel García habla de su libro favorito. Cambia el nombre. Alude a tres autores, pero se confunde y cita a dos. Y aunque usted ya sabe quién no la dejó ir, Sheinbaum no supo el nombre del autor de uno de sus libros de texto, sólo el apellido, cuando le preguntaron la clásica sobre sus tres libros favoritos. * * * Y por hoy es todo. Le deseo, como siempre, ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
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