Ciudad de México, México.– En Ciudad Universitaria la emoción de miles de personas se manifestó ante la espectacularidad del eclipse anular de Sol, el cual se observó en la Ciudad de México y en gran parte del país de manera parcial (excepto el sureste), cuando la Luna cubrió 70 por ciento del astro rey. El público reunido para apreciarlo superó lo estimado por los organizadores del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM.
A partir de las 6:00 horas inició la fila para obtener los lentes especiales que cumplen con la norma ISO 12312-2:2015, los cuales se comenzaron a repartir a las 9:30 horas con la indicación de ponérselos antes de voltear hacia el cielo, mantener la vista al Sol durante máximo cinco segundos y descansar la vista 15 minutos.
La fila en unos minutos llegó hasta la explanada donde se localiza el astabandera de la torre de Rectoría y cruzó “Las Islas”; su longitud asemejaba una serpiente larga.
En tanto, el Picnic bajo la Sombra, evento convocado por el IA, rebasó el jardín central de “Las Islas” y se expandió hasta afuera de la Biblioteca Central, la Facultad de Arquitectura y Rectoría.
Varias personas optaron por los métodos indirectos para observar el fenómeno y llevaron cartones, cajas de zapatos o utilizaron tarjetas perforadas, estas últimas también repartidas por los organizadores en el emblemático sitio del campus central de Ciudad Universitaria.
Respuesta positiva
“El eclipse parcial de Sol (anular en Campeche, Yucatán y Quintana Roo) comenzó a las 9:05, alcanzó su máximo a las 11:10 de la mañana, cuando cubrió cerca del 70 por ciento del Sol, y terminó a las 12:50 horas. Eso es el fenómeno cósmico, pero al mismo tiempo tenemos uno cultural y social que respondió positivamente a nuestra propuesta de Picnic bajo la Sombra”, resumió el, director del IA, Jesús González González.
Y sus palabras fueron evidentes cuando, poco a poco, miles de personas se sentaron sobre mantas y comenzaron a sacar sus alimentos y a ensayar la manera de ver el eclipse. Al fondo, la música de rock en el foro principal hizo presente la participación de Cultura UNAM, que implementó el festival Música contra el Olvido.
“En el Instituto de Astronomía, con apoyo del Comité Nacional de Eclipses México (formado por varias universidades y organizaciones), facilitamos la forma de ver el eclipse. Con lentes certificados, que es una manera directa, y con maneras más seguras por métodos indirectos, como observando por un telescopio o a través de un pequeño orificio sobre una superficie clara, e incluso recurriendo a las hojas de los árboles”, explicó.
González González consideró que la astronomía es una ciencia hermosa, milenaria, con amplia tradición en México, la cual facilita al público la entrada a otras ciencias. “Quizá por ello nuestros eventos siempre son masivos y tienen una entusiasta respuesta”.
Recordó que el 8 de abril de 2024 habrá otro eclipse de Sol, pero será total en algunas zonas del norte del país, como Mazatlán y San Luis Potosí, y será parcial en la Ciudad de México.
“Hay que aprovechar vivir esta experiencia, por eso estamos aquí y tenemos esta respuesta de la gente. El hecho de vivirlo ayuda a acercarnos a fenómenos de unen ciencia y cultura, son eventos que nos marcan”, señaló.
Brenda Carolina Arias Martín, responsable de Difusión del IA, dijo que se distribuyeron aproximadamente seis mil lentes solamente en Ciudad Universitaria, un esfuerzo conjunto de la UNAM y el Comité Nacional de Eclipses México, que financiaron la compra.
También hubo lentes para las sedes de la UNAM en Ensenada, Morelia, Morelos y Mérida, campi donde se registró una nutrida y entusiasta participación para observar el fenómeno cósmico.
“Un eclipse anular significa que la Luna no alcanza a tapar completamente al Sol, y deja ver un anillo del disco solar. Es una cobertura del 90 por ciento solamente en el sureste de México, mientras en el resto de la República se vive como parcial y se observa en un 70 por ciento”, manifestó Arias Martín.
En una amena charla, Julieta Fierro Gossman, astrónoma y divulgadora del IA, comentó que los eclipses ocurren cuando la Luna pasa entre el Sol y la Tierra, alineando a los tres objetos celestes y bloqueando total o parcialmente nuestra vista del Sol, así como proyectando una sombra en la Tierra.
Recordó que estos maravillosos fenómenos fueron conocidos por los antiguos mayas, quienes desarrollaron una astronomía prehispánica importante.
Estimó notable que el tamaño aparente del Sol y la Luna es igual, y aunque en realidad esta es 400 veces más pequeña que el astro rey, este se encuentra 400 veces más lejos. Fierro Gossman invitó a disfrutar del fenómeno y a estudiar ciencia, algo que es interesante, divertido y donde “diario haces feliz tu trabajo”.
Despertó vocaciones
Entre los asistentes, Victoria, de cinco años, pudo mirar por primera vez, junto con sus padres, un eclipse en CU. “El Sol ya se está apagando”, comentó sentada durante su convivencia familiar.
“El eclipse es maravilloso, pero más que el fenómeno me impresiona la efervescencia de la comunidad universitaria para reunirse a verlo”, afirmó Susana, una adulta mayor que hace varios años fue alumna de geografía.
José Luis, de 23 años y alumno de física, se mostró emocionado. “Me apasiona la astronomía, y ver el eclipse por telescopio es sensacional. Creo que decidiré por esa disciplina para el posgrado”.