Exigen diputados a Sedeso informe sobre apoyo de personas en situación de calle en CDMX

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Ciudad de México
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Dijo que en la Ciudad de México, en 2013 se registraron 4 mil 14 personas en situación de calle, de las cuales 32% tenía entre 18 y 30 años; 273 eran menores de 17 años y 356 personas de 61 años o más; 20% contaban con primaria terminada; 16% tenían la secundaria concluida; 5% había realizado estudios medios superiores y 1% contaba con educación superior. Además, se identificaron personas originarias de los estados de México, Veracruz, Puebla, Oaxaca, Chiapas, Hidalgo, Michoacán y Guerrero.

Agregó que en 2014, aumentó el número de personas en situación de calle en un 15% con respecto a 2013, según lo reconoció el Instituto de Asistencia e Integración Social de la SEDESO para un total de 4 mil 290 personas.

El líder de la bancada de movimiento naranja en la Asamblea Legislativa, señaló que se tienen detectados 176 puntos en los que se concentran de entre 3 a 50 indigentes, en las delegaciones Cuauhtémoc, Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero.

Además, se registran personas de nacionalidad cubana, salvadoreña y de algunos países africanos, mismos que se encuentran en tránsito hacia los Estados Unidos. Hasta 2014, se estimaba que el 85% de las personas en situación de calle eran hombres y 15% de mujeres y 2 de cada 3 tenía alguna adicción.

Recordó que en diciembre de 2015, el Secretario de Desarrollo Social, José Ramón Amieva Gállvez, señaló que para enero de este año se contaría con un protocolo de atención para las 3 mil 700 personas que dijo, se encontraban en situación de calle, pretendiendo alinear los servicios de salud, protección social y acompañamiento, para que esta población contara con mayor protección.

“Día a día, cientos de estas personas buscan refugio, un espacio para pasar la noche luego de deambular por calles y avenidas. Se refugian en cajeros automáticos, estaciones del metro, parques, bancas públicas, debajo de un árbol, bajo puentes, pasillos, coladeras, entradas de inmuebles abandonados y generalmente en grupos. Incluso alrededor de fuentes y monumentos, buscando el calor generado por las lámparas que los iluminan”, indicó.

Aseguró que la situación se agrava con menores de edad que nacieron en la calle sin ningún tipo de ayuda, ya que además el embarazo entre adolescentes se hace presente, “también se tienen detectados adultos mayores que son abandonados por sus familiares; y niños y adultos con trastornos mentales y/o alguna discapacidad, por lo que se ha incrementado el abandono social”.

Sostuvo que en otros casos, familias enteras que no cuentan con recursos propios para adquirir una vivienda y subsistir, se establecen en camellones, callejones o jardines públicos, otros son personas que perdieron su trabajo y otros que se refugian en esa forma de vida debido a sus adicciones. Sus refugios son construidos con lazos, lonas, hules, cartones, periódicos y algunos se ubican en camellones.

López Campa afirmó que con los escasos apoyos que asociaciones religiosas, organismos privados y el Gobierno han dirigido a las personas en situación de calle, no se ha podido frenar el crecimiento del problema, “no basta con otorgarles un acta de nacimiento que les reconozca una personalidad jurídica, son seres humanos que existen y sobreviven bajo condiciones inhumanas, tengan o no algún documento que plasme su nombre. La población callejera no es invisible y ya no puede ser ignorada”.

Pidió no criminalizar a estas personas por ser población en situación de calle, tener una adicción o una apariencia física determinada, “esta calidad humana la padecen por el olvido en que han caído y por el descuido social. La discriminación que padecen por su apariencia física, discapacidad, orientación sexual, género, estado de salud, etnia o posición socioeconómica es evidente y reprobable”.

Finalmente, urgió a emprender mayores y mejores acciones encaminadas a reinsertar a estas personas a la vida familiar, social y económica, debe ser un acto de justicia no de limpieza social con el argumento de liberar espacios públicos.