Música, medio para promover la paz, dice universitario

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Ciudad de México, México.– La música no es un lenguaje universal, pero sí un elemento común a varias sociedades, un medio para congregar y por ello podría promover actividades en favor de la paz y la armonía, afirma en entrevista la académica de la Facultad de Música (FaM) de la UNAM, Maby Muñoz Hénonin.

Está integrada a nuestras vidas, casi se puede decir que en la de cualquier persona hay un soundtrack, pues cada quien tiene asociaciones afectivas con cierta música. Cuando estás conociendo a alguien generalmente le preguntas qué tipo música le gusta. Creo que en ese sentido es que se podría aprovechar este arte para promover la armonía, explica la experta universitaria.

Con motivo del Día Internacional de la Música -que se conmemora el 1 de octubre- señala que es importante reconocer que hay numerosos tipos de esta y que las sociedades, a lo largo de la historia, la han tenido. Además, hay que celebrar la que a cada uno le guste.

“Habría que hablar de las músicas y no de la música. Hay una inmensa diversidad de géneros y ámbitos musicales, pero no todas ‘le hablan’ o le significan lo mismo a las personas. Tampoco hay una superior a otras, no se trata de hacer jerarquías o establecer una escala de valores. Hay algunas más complejas y otras con objetivos diferentes”, precisa la musicóloga.

Por ejemplo, hay las que tienen un mensaje político y en ellas caben las marchas militares, la trova o canción de protesta y, recientemente, la que acompaña las marchas feministas.

“La música tiene contenido político y de realidad, pues habla de lo que está pasando”; enriquece la existencia de cualquier persona, asegura Muñoz Hénonin, razón por la cual se manifiesta a favor de integrarla a nuestras actividades como escuchas y de manera más activa: al cantar -que es la primera forma de hacer música- tocar un instrumento, recrear y crear nueva música.

Está en tu vida

En ese sentido, enfatiza que la enseñanza formal se enriquecería si se integrara de manera oficial ese arte, el cual ha estado de manera “intermitentemente” en los planes de estudio de la educación básica –preescolar, primaria y secundaria–, a veces como una asignatura, otras como una opción para acercar a las y los alumnos a él.

La experta universitaria también reconoce que hay mitos respecto a que si se estudia música se aprenden mejor las matemáticas u otras asignaturas. Lo cierto es que para tocar un instrumento, por ejemplo, se requiere de atención y concentración por largos periodos, así como de disciplina.

“En la educación se ha descuidado un poco el saber hacer cosas, se ha enfocado más al razonamiento y no a cosas prácticas como tocar instrumentos, saber hacer música. Sin embargo, el valor principal debe ser el tener la música en tu vida, poder cantar y quizá tocar el instrumento que gustes”, añade Muñoz Hénonin.

Destaca que la FaM es la única escuela de la UNAM que tiene un ciclo infantil, pues brinda educación musical formal a alumnas y alumnos a partir de los seis años de edad.

También ofrece estudios propedéuticos de tres años, en los que se prepara al alumnado para cursar la licenciatura. Ingresar a estos cursos requiere de contar con certificado de secundaria; se pueden tomar de manera paralela al bachillerato. Además, se imparten los estudios de licenciatura y posgrado.

Asimismo, talleres abiertos a la población de apreciación musical, solfeo o para ejecutar diversos instrumentos. “Hay una amplia gama de actividades, desde la educación formal y también de educación continua, además de conciertos y seminarios”, comenta.

La académica universitaria recuerda que el Día Internacional de la Música fue establecido en 1975 por la UNESCO, a iniciativa del violinista y director de orquesta Yehudi Menuhin, con el objetivo de resaltar la trascendencia de este arte, fomentarlo en todos los sectores de la sociedad y promover la paz y amistad entre los pueblos.

Sin embargo, señala, en México es más conocido y celebrado el Día del Músico, el 22 de noviembre, fecha asociada a las festividades de Santa Cecilia, patrona de quienes se dedican a esa actividad.