El planeta “se está homogenizando, estamos hablando de formas de defaunación, que es un proceso donde hay bosques con buena cantidad de árboles, vida vegetal, pero que ya no tienen la suficiente fauna, los animales silvestres para mantener servicios ecosistémicos, por lo que son bosques ‘vacíos’”, alertó en entrevista el especialista de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM, Oscar Rico Chávez.
La acelerada crisis mundial de la biodiversidad, con un millón de especies de plantas y animales en peligro de extinción, según la ONU, incluye también la amenaza a la vida silvestre.
El doctorado en Ciencias aseguró que las predicciones a mediano plazo son alarmantes. “Nos encontramos en lo reconocido como el antropoceno, donde ya no hay lugar en el planeta que no tenga la huella humana. Si no actuamos de manera multidisciplinaria y transdisciplinaria nos daremos un tiro en el pie, porque dependemos completamente de la vida silvestre tanto animal como vegetal; muchos de los animales silvestres polinizan algunos frutos que comemos todos los días”, advirtió.
De acuerdo con el experto, debemos entender la vida silvestre como todo aquel organismo que no depende del humano, que tiene un comportamiento natural; lo contrario serían especies domésticas como el perro, gato, caballo, vaca, etcétera.
Oscar Rico añadió que existen millones de personas en el mundo que necesitan de la fauna silvestre, “en específico de animales como fuentes de proteínas, de alimentos de acceso barato, lo cual se ha satanizado un poco por la pandemia, pero para algunas comunidades en ciertas regiones no les queda otra opción; otra arista es la caza desmedida e ilegal, que evidentemente también es uno de los negocios ilícitos más poderosos del mundo donde se han afectado las poblaciones de diferentes especies animales”.
Salud animal y humana
Datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales indican que este país alberga cerca de 10 por ciento de las especies silvestres registradas en el mundo, gran parte de ellas endémicas: es cuarto lugar en anfibios, segundo en mamíferos y primero en reptiles.
Y aun cuando solo más de 108 mil especies en el país han sido descritas -entre ellas 864 de reptiles, 528 de mamíferos, 361 de anfibios y mil 800 de mariposas- se calcula que podrían ser millones las que habitan sus suelos, aguas u otros sitios recónditos.
Por ello, la FMVZ cuenta con el Departamento de Etología, Fauna Silvestre y Animales de Laboratorio; Hospital Veterinario de Especialidades en Fauna Silvestre y Etología Clínica; y el Laboratorio de Ecología de Enfermedades y Una Salud (LEEyUS), al cual está adscrito Oscar Rico.
“En LEEyUS estudiamos también nuestra dependencia o el enlace que tiene la diversidad de especies con la salud humana. Si hay una buena salud de estos ecosistemas se puede reflejar en la nuestra”, aseguró.
Cuando empezamos a perder especies que nos dan servicios ambientales, como la regeneración de bosques a través de la dispersión de semillas, que se alimentan de mosquitos, plagas, etcétera, describió el especialista, podemos relacionarnos con enfermedades zoonóticas, “y qué mejor ejemplo que lo que acabamos de padecer con esta epidemia mundial del SARS-CoV-2, que se dio por un mal entendimiento con la vida silvestre”.
En el área en que me encuentro, estudiamos a la vida silvestre a partir de una perspectiva de salud y epidemiológica, tratando de entender este vínculo con su presencia y diversidad relacionada con sus parásitos, sus patógenos y cómo puede afectar tanto a las especies domesticas como al humano, refirió el especialista en fauna silvestre.
En 2016, Oscar Rico formó parte de un grupo multidisciplinario de 25 científicos que participó en un proyecto internacional sobre la diversidad viral, o virodiversidad en mamíferos, mediante el cual estudiaron a los monos Rhesus de Bangladesh, especímenes en donde descubrieron 184 especies de virus.