TRAS LA PUERTA DEL PODER
Cómo lo previmos, la plagiaria y alfil de AMLO, Yasmín Esquivel, no lo logró.
Con 6 votos a favor la ministra Norma Lucía Piña Hernández fue electa ayer como la primer presidenta de la Suprema Corte.
Con eso terminó una de las elecciones de presidente de la Corte más amenazantes en la historia de esta institución. Los ministros conjuraron así, de tajo, en apenas unos minutos, lo que muchos supusieron su sometimiento al presidente Andrés Manuel López Obrador.
En ese proceso, el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena logró acercársele con 5 votos a favor. Yasmín Esquivel, considerada como la designada por Palacio Nacional, nunca logró rebasar un voto, que se supone que fue emitido en dos ocasiones por ella misma en su favor.
Piña Hernández llegó a la SCJN en 2015 a propuesta del entonces presidente Enrique Peña Nieto.
La presidenta de la Corte fue primero profesora de Primaria, empleo que le sirve para estudiar y graduarse con un promedio de 9.6 como licenciada en Derecho por la UNAM en 1984.
En la UNAM logra después el doctorado y obtiene una decena de especialidades en diferentes partes del mundo.
Con estos antecedentes, su llegada a la presidencia de la Corte generó alivio y reforzó la confianza de todo un país en la autonomía de la Suprema Corte.
Las redes sociales se inundaron de comentarios de abogados connotados, instituciones, asociaciones, legisladores, grupos parlamentarios, y simples ciudadanos en que se advertía que con este nombramiento se daba un portazo a los presumibles intentos de AMLO por llevar a México a una autocracia.
Y exigieron a la nueva presidenta de la Corte no dejarse presionar ni intimidar por AMLO.
HAY QUE REVISAR A FONDO A MORENA: MONREAL
En este contexto, y luego de celebrar la designación de la ministra Norma Piña como la primer presidenta de la Suprema Corte, dentro de un proceso de plena independencia y autonomía, dijo, Ricardo Monreal consideró que con la llegada de 2023 se entra al momento de revisar si se han cumplido o no los propósitos en que se fundó Morena en aquel 2011 en el Auditorio Nacional.
Es momento, agregó, de “corregir lo que no está bien y mejorar lo que no está funcionando”.
Ha llegado el momento de un análisis general, objetivo, serio de revisar si se han cumplido los propósitos que nos planteamos cuando fundamos Morena, en aquel 2011, en el Auditorio Nacional: encabezar la lucha social, a los grupos y a las personas vulnerables y desprotegidas, profundizar la vida democrática y crear un Estado alejado del privilegio y la corrupción.
Recordó que hace 25 años, cuando salió del PRI por que se le negó la posibilidad de ser candidato de ese partido a la gubernatura de su estado, y de haber comenzado a caminar al lado del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador…
“Desde esa época he estado sumado y participando en el movimiento que él creó: en el PRD, en el PT y en Movimiento Ciudadano, que en ese momento formaban la coalición. En los tres partidos participé, porque así le interesaba al movimiento que él encabezaba”.
Entonces lo que nos propusimos fue separar el poder económico del político, austeridad en el Gobierno y en el Estado, como una política de Estado; y generar equilibrios entre los sectores para gobernar con justicia, con igualdad y con equidad. Proteger siempre a los más vulnerables.
Así surgió Morena. Un movimiento sin precedentes en México..
“Es el momento de revisar si los fundadores de Morena, si los militantes de Morena han logrado incrustarse en las esferas de las decisiones políticas. Cuando ganamos gobiernos estatales, municipales, cuando ganamos el Gobierno Federal, debemos de revisar si dentro de estas estructuras públicas han sido llamados los fundadores y militantes de Morena.
“Creo que han sido pocos los seleccionados y por eso, debemos plantear un pacto con los futuros gobernantes, para que se tome en cuenta aquellos militantes de carne y hueso que caminan por las calles en las colonias, buscando el voto, convenciendo a la gente, respetando a todos y soportando incluso insultos y descalificaciones de los adversarios.
“Lamentablemente, en algunas ocasiones, cuando ganamos un gobierno estatal o municipal, los únicos que no son llamados a colaborar en el gobierno, son los fundadores y los militantes de Morena. Ese es el tema de fondo y es el momento de revisar toda nuestra estrategia.
“Luchar dentro de Morena, luchar porque no se pierda la esencia de Morena, luchar porque continúe la política social que el Presidente ha implementado y luchar por lo bueno que se ha llevado a cabo, es nuestra obligación. Corregir lo que no está bien o mejorar lo que no está funcionando, es también nuestra obligación.
“Es una reflexión como fundador y como un modesto militante de este movimiento”, precisó.