Jorge Carlos Ramírez Marín, secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, aclaró que ni un solo metro de las tierras ejidales serán afectadas; toda el área que ocupará la obra son terrenos que la federación tiene en propiedad desde hace mucho tiempo, afirmó.
En una conferencia de prensa en la que el gobierno federal reunió este jueves a varios secretarios de Estado quienes se encargaron de ponderar los beneficios de la construcción del nuevo aeropuerto, obra de infraestructura que acarreará tanto en empleo, productividad, turismo, ecología y bienestar social, Ramírez Marín explicó que el gobierno federal a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) sí ha adquirido diversos ejidos en una operación aprobada por la asamblea de ejidatarios de San Salvador Atenco y con fines a crear una reserva ecológica que se llamará: “Reserva Ecológica Lago de Texcoco”.
Sostuvo que 97 por ciento de los ejidatarios de Atenco han estado de acuerdo en la venta de sus tierras y cuestionado sobre voces que han manifestado engaño, Ramírez Marín respondió: “no tenemos la culpa de que estén mal asesorados, todo se ha hecho con absoluta legalidad”.
Mencionó que las tierras adquiridas a San Salvador Atenco son alrededor de 12 mil 500 hectáreas exclusivamente para reserva ecológica y fue voluntad de los ejidatarios vender parte de sus tierras; “el aeropuerto no depende de que se compre o no tierra de Atenco”, subrayó.
Antes, durante su presentación de la parte correspondiente a la Sedatu en el proyecto del nuevo aeropuerto, el titular de la dependencia expuso: “lo primero que hay que asentar y dejar claro es que los terrenos sobre los que se construirá el aeropuerto, unas 4 mil 536 hectáreas de un total de 10 mil 45, son propiedad absoluta del gobierno y no hace sentido comprar tierras para construir el nuevo aeropuerto”.
Informó que de acuerdo con los estudios realizados hasta el momento la obra aeroportuaria tendrá impacto en unos 4 millones de habitantes en la zona donde se ubican alrededor de 1 millón de casas habitación, en una zona depauperada y donde el valor de la tierra ha caído significativamente. Para ellos, afirmó, se visualiza en el proyecto la construcción de nuevos equipamientos, escuelas, planteles educativos de diversos niveles, parque y vialidades.
En su turno, el secretario de Comunicaciones y Transporte, Gerardo Ruiz Esparza, dijo que podrán participar empresas nacionales y extranjeras, mientras que el vocero de la Presidencia, Eduardo Sánchez, manifestó que se generarán más de 500 mil empleos.
A su vez, los secretarios de Economía, Ildefonso Guajardo y de Turismo, Claudia Ruiz Massieu expresaron que la obra permitirá conformar el mayor nodo de transporte multimodal para el intercambio comercial del país, en el caso del primero, y que habrá un crecimiento de por lo menos 3 millones de nuevos visitantes extranjeros cada año.
En la parte financiera, el director de Finanzas del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, Federico Patiño Márquez, detalló que la obra se construirá con una combinación de recursos fiscales y deuda, porque será un proyecto autofinanciable. Para la primera etapa, dijo, se contratarán créditos por 6 mil millones de dólares, más los recursos fiscales que se asignen.