En el Foro “Las mujeres y la tenencia de la tierra en México”, realizado en el senado de la República, exhortó a las legisladoras y legisladores, a reforzar iniciativas de ley con este propósito.
Propuso la creación de un fideicomiso o un fondo de garantía para dar seguimiento a las solicitudes de crédito a las mujeres y facilitar la transmisión de propiedades y parcelas con los mismos derechos que el resto de ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios.
Destacó que es necesario cambiar algunas tradiciones en cuanto a tenencia de la tierra. Regularmente se tiene la idea de que este tema lo realicen los hombres, pero en los tiempos actuales, donde las mujeres han asumido responsabilidades de ser jefas de familia, los derechos de propiedad, renta de tierras deben ser reconocidos a las mujeres.
En estas condiciones se hace necesario que las propietarias o ejidatarias tengan acceso a recursos financieros y a programas de apoyo que ofrecen diversas instituciones gubernamentales para capitalizar las unidades productivas y pueda detonarse el empleo, las inversiones, el financiamiento y también participar en procesos de acopio de cosechas, comercialización e industrialización.
Destacó que si bien, ha habido avances en el reconocimiento de certificados parcelarios de mujeres que trabajan la tierra, por parte del Registro Agrario Nacional, aún no se logra tener un censo “que nos diga exactamente cuántas mujeres rurales en el país existen, en dónde estamos, qué actividades tenemos, qué necesidades presentamos, entre otros datos”.
En ese sentido, la senadora por Colima, indicó que se ha planteado a través del Senado, que instituciones como el INEGI, integre en sus censos preguntas que ayuden a detectar a las mujeres rurales del país, información que, dijo, “será valiosa para todas las dependencias. “Estamos buscando el diseño de políticas públicas y de iniciativas legislativas a favor de las mujeres del campo”.
Por su parte, el Procurador Agrario, Cruz López Aguilar, señaló que uno de los fenómenos más notorios de la feminización de la tierra y de la agricultura, es la fuerte corriente migratoria de los hombres del sector rural al urbano; así como el desarraigo de la juventud hacia la tierra.
La doctora Kristen Appendini, de El Colegio de México, subrayó que no se ha tenido una política agropecuaria incluyente de las familias agropecuarias, aunado a la rápida urbanización de los ejidos. Se necesita, un modelo de desarrollo agrícola más inclusivo que los pequeños y medianos productores, una política heterogénea que obedezca a las potencialidades de las regiones y tipos de productores, así como la comprensión de las múltiples funciones de la tierra.
Por otra parte, Jesús Anlén López, del Tribunal Agrario, aseguró que hoy “el campo tiene cara de mujer”, de mujeres adultas mayores en muchos de los ejidos, por lo que es importante eliminar las barreras de género tanto en la impartición de justicia como en la inclusión social en el proceso de desarrollo.
En tanto, Horacio Vázquez Flora, del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA) consideró que la eliminación de la brecha de género es un tema que urge atender, pues erradicarla generará grandes beneficios, pues según la FAO se incrementaría entre 20 y 30 por ciento la producción agrícola y entre 2.5 y 4 por ciento la riqueza de los países.
A su vez, José Rafael Minor Molina, del Registro Agrario Nacional (RAN), precisó que actualmente se tiene un total de un millón 164 mil 603 mujeres en el registro, lo que representa aproximadamente 20 por ciento del total de derechos inscritos.
Finalmente, Humberto Soto de la Rosa, de la unidad de Desarrollo Social de la CEPAL, señaló que el acceso efectivo a la tierra no se ha concretado. El reto, subrayó, es cambiar esta situación, y se puede lograr a través de políticas integrales que dialoguen los sectores y los actores involucrados, así como con la implementación de acciones positivas que fomenten la autonomía de las mujeres en el campo hacia la igualdad.