Por Javier Ramírez
Ciudad de México, México.– El negocio millonario de la Fórmula 1, en el autódromo “Hermanos Rodríguez”, dejó durante tres días consecutivos un gran congestionamiento vial y caos en el perímetro de la Ciudad Deportiva Magdalena Mixhuca y zonas aledañas sin que el ejército de policías de vialidad pudieran dar facilidades de salida a los automovilistas ajenos a ese evento, y también había otro ejército de efectivos de seguridad.
Las autoridades del gobierno capitalino, a cargo de Clara Brugada, pusieron a disposición del evento privado a la policía preventiva y un carril confinado, en todo el perímetro de la deportiva que se extendía hasta el Palacio de los Deportes para dar servicio a los aficionados del evento automovilístico a las diferentes puertas de entrada al complejo deportivo. También hubo calles cerradas como Oriente 217 y un tramo lateral de Río Churubusco, entre Vainilla y Viacducto Río de la Piedad.
Los conductores de los autobuses de la Red de Transporte Público (RTP) se les veía molestos con realizar ese trabajo en el carril confinado del perímetro Viaducto Río de la Piedad, Canal del Río Churubusco, Vainilla, Añil y Viaducto para otra vez entroncar con Viaducto Río de la Piedad, a tal grado, que los operadores de los autobuses pasaban muy cerca de los ciclistas que circulaban por ese carril confinado y se ponían muy retadores e irrespetuosos. Vorágine tomó varias gráficas a las unidades de RTP conducidas por esos cafres del volante. Su conducta quedó impune pese al despliegue policiaco. También comisionaron a operadores de trolebuses en esa circuito.
Los días viernes, sábado y domingo, que duró la competencia automovilística, fue un verdadero infierno para los conductores y residentes de la zona. Era un caos, sin que los policías de vialidad pudieran resolver el problema. Unos se les veían charlando muy quitados de la pena. Bueno unos ni siquiera hacían nada por agilizar el flujo vehicular. Las calles de Vainilla y Viaducto Río de la Piedad eran un auténtico estacionamiento y las zonas aledañas a la deportiva sufrían del caos vial.
El desorden alcanzó la lateral del Viaducto Miguel Alemán, entre Francisco del Paso y Añil, pues, vehículos particulares utilizaron esa arteria como estacionamiento, pese a que el reglamento lo prohíbe, sin que los policías de vialidad y “grulleros”, asignado a la zona, dijeran nada. Se veía que todo estaba arreglado para que la vialidad se utilizará como estacionamiento.
Así transcurrieron los tres días de la competencia del automovilismo en el autódromo “Hermanos Rodríguez” y sin capacidad de la policía para ofrecer una mejor vialidad en la zona.