Sheinbaum, la entrega total  

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TRAS LA PUERTA DEL PODER

Por Roberto Vizcaíno 

Nunca en México, un mandatario entrante había alabado, exaltado y defendido tanto al saliente como ayer lo hizo Claudia Sheinbaum con Andrés Manuel López Obrador.

No sólo eso, en sus 10 cuartillas de discurso de su toma de posesión desde la tribuna de la Cámara de Diputados como la primera presidenta de México, la transmisión de poderes más difundida hasta hoy por todos los medios y plataformas existentes, la nueva mandataria mencionó por su nombre en cinco ocasiones a su antecesor para a lo largo de su discurso alabarlo, exaltarlo y defenderlo ante sus críticos.

Un presidente que sólo es comparable afirmó, con el general Lázaro Cárdenas.

“… que inició y termina su mandato con más amor de su pueblo”.

Un presidente al que no le hacen falta calles o avenidas, barrios o colonias con su nombre ni monumentos o grandes homenajes, poerque, le dijo:

“… no sólo es el mejor presidente de Méxicola verdad que no hace falta, porque usted estará por siempre donde sólo residen los que luchan toda la vida, los que no se rinden, los que devuelven la esperanza y la alegría, usted estará siempre en el corazón del pueblo de México”.

A cada mención, cada reconocimiento, cada halago de Sheinbaum abajo, en las curules, la mayoría legislativa de Morena, PT y Verde hacía retumbar el salón de Plenos de San Lázaro con el grito de “es un  honor estar con Obrador… es un honor estar con Obrador… es un honor estar con Obrador” lanzado al aire mientras esgrimían el aire cientos de puños.

Entre una y otra mención, la presidenta Sheinbaum resumía sus compromisos en frases que son una calca de las dichas en algún momento por AMLO:

De entrada estableció su intención central de Gobierno:

“… para bien de México, de todas y todos, vamos a continuar con el Humanismo Mexicano, con la Cuarta Transformación

Y resumió sus principios:

       Para que haya prosperidad, debe ser compartida, o dicho de otra forma: por el bien de todos, primero los pobres.

       No puede haber gobierno rico, con pueblo pobre. Esta es una frase de Benito Juárez García, que los gobiernos de la Transformación hacemos realidad y que sostiene que el gobernante debe vivir en la justa medianía, sin lujos, parafernalias o privilegios y que el gobierno no debe ser una carga para el pueblo, a eso llamamos: Austeridad Republicana.

Bajo estos postulados, advirtió, los gobernantes de la 4T “debemos ser honrados, honestos” y no servirse de estructuras gubernamentales para el beneficio personal o de un grupo y la corrupción debe combatirse por ética y por principios.

Otra promesa que le trasmite el mandatario saliente es el de que la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, “o regresando a Juárez, con el pueblo todo, sin el pueblo nada”.

Una más que se comprometió a aplicar es que con ella, como con él, está prohibido prohibir.

Un principio central esgrimido por AMLO fue el de que “México es un país soberano, independiente, libre y democrático”, y ella lo retoma ahora para hacerlo valer en lo internacional y en especial en el trato con EU.

Alguna vez López Obrador habló de que la política se hace con amor, no con odio y por ello ahora ella lo retoma porque la felicidad y la esperanza, dice, se fundan en el amor al prójimo, a la familia, a la naturaleza y a la patria.

Condenamos el clasismo, el racismo, el machismo y cualquier forma de discriminación. No es solo un asunto de tolerancia, es el reconocimiento de que la profundización de las desigualdades llevará siempre a la injusticia. La fraternidad significa, vernos a los ojos como iguales.

Con esto en mente les manifiesto:

En nuestro gobierno, garantizaremos todas las libertades, la de expresión, de prensa, de reunión, de movilización. La libertad es un principio democrático y nosotros somos demócratas. Se respetarán los derechos humanos y nunca usaremos la fuerza del Estado para reprimir al pueblo.

Respetaremos y garantizaremos la diversidad religiosa, política, social, cultural y sexual de nuestra sociedad. Cualquiera que diga que habrá autoritarismo, está mintiendo. Nuestra política exterior seguirá los principios constitucionales de autodeterminación de los pueblos, la no intervención y la solución pacífica de controversias.

En materia económica, se mantendrá la autonomía del Banco de México, una política fiscal responsable, una proporción razonable entre deuda y Producto Interno Bruto, promoveremos la inversión pública y la inversión privada. Lo digo con toda claridad. Tengan la certeza que las inversiones de accionistas nacionales y extranjeros estarán seguras en nuestro país.

No aumentaremos el precio de las gasolinas, diésel, gas doméstico ni electricidad en términos reales.

Promesas, principios y fundamentos que fueron el eje del ejercicio del Gobierno del ahora ya expresidenta López Obrador y que continuarán con ella, señalo.

La continuidad sin rubor, la entrega total del Gobierno que llega a lo dictado por el que se va.