Zócalo capitalino recién remozado y peatonalizado convertido en un caos con tianguis—protesta indígena y envallado por doquier sin libre tránsito ciudadano

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Por Javier Ramírez

Ciudad de México, México.– El recién remozado y peatonalizado Zócalo capitalino se ha convertido en un caos con un auténtico tianguis—protesta de comerciantes indígenas en la parte frontal de los edificios del gobierno capitalino y la plancha central ocupada por una fiesta de las culturas indígenas, su perímetro, Palacio Nacional y el edificio central del GCDMX envallados impidiendo el libre tránsito de la población.

Ante la supuesta protesta–tianguis de indígenas frente a sus edificios sedes y las calles 20 de Noviembre y Plaza de la Constitución como lo muestran las gráficas de Vorágine, el jefe de gobierno, Martí Batres y su personal ni sudan ni se acongojan para poner orden en esa zona.

Por eso, quedaron huecas las palabras de las autoridades de que la peatonalización permitiría a las familias capitalinas y visitantes disfrutar de la cultura, el arte y la historia en el espacio público más emblemático del país. Lo que sí se observa es una (anti) cultura de las vallas por doquier, haya o no manifestaciones, y el cierre de la estación Zócalo y sus accesos sin motivo alguno.

El personal de vigilancia del Sistema de Transporte Colectivo Metro, nunca sabe el por qué del cierre de la estación o de sus accesos. Esa medida causa problemas serios a las personas de la tercera edad que tienen que caminar largas distancias para llegar a sus destino, cuando cierran la estación Zócalo del Metro o sus accesos, y cuando se retiran del lugar.

Los indígenas se han convertido en amos y dueños del frente de los edificios del gobierno capitalino como una protesta permanente. En estos días, le tocó el turno a “Frente Indígena de Artesanos y Comerciantes Tzeltalez de la CDMX AC” como se lee en su manta desplegada en la calle Plaza de la Constitución y avenida 20 de Noviembre sin que se lea en sus mantas ninguna demanda.

Su protesta y su tianguis de los indígenas se extiende al oriente y poniente de la calle Plaza de la Constitución y el personal del gobierno capitalino nada más quedan como espectadores de la protesta.

La plancha del Zócalo capitalino peatonalizado, la ocupa la “Fiesta de las culturas indígenas”, la cual está envallada en todo su perímetro sin que haya personal del gobierno central para informar a la población por dónde se puede acceder.

Muy lejos quedó el discurso del jefe de gobierno de que el Zócalo Peatonal de la Ciudad de México, intervenido en 19 mil 400 metros cuadrados, permitiría a las familias capitalinas y visitantes disfrutar de la cultura, el arte y la historia en el espacio público más emblemático del país.

Sin mencionar el costo de las obras, el secretario de Movilidad, Andrés Lajous, señaló que la peatonalización del Zócalo capitalino permite a locales y turistas moverse por estas calles como peatones, en condiciones de igualdad y armonía, lo cual en los hechos no ocurre.

Eso sí, hay un caos permanente, especialmente por sus vallas por todas partes como en el edificio central capitalino o en avenida 20 de Noviembre y en, ocasiones, imponen acceso y salidas al Zócalo capitalino haciendo dar vueltas innecesarias a la población y su libre tránsito.