ÍNDICE POLÍTICO
Por FRANCISCO RODRÍGUEZ
Las condescendientes palmaditas en la espalda que Andrés Manuel López Obrador ha recibido de Donald Trump y de Joe Biden disimulan la desconfianza que los estadounidenses le tienen por su escasa cooperación en el mendaz combate al narcotráfico.
AMLO no sólo ha detenido y hasta obstaculizado la presencia de agentes de la DEA en territorio mexicano, lo peor es que su “estrategia” de “abrazos y no balazos” hace sospechar a todos de una abierta complicidad con los grandes capos en retribución a las “aportaciones” que estos habrían hecho para el sostenimiento de las tres campañas presidenciales del tabasqueño. Sendas investigaciones al respecto fueron detenidas por Barack Obama, arguyendo “razones políticas”.
Y esa desconfianza quedó de manifiesto el más reciente jueves, cuando agentes del FBI y de la misma DEA capturaron aparentemente en El Paso, Texas, a Ismael Zambada (a) El Mayo, y a Joaquín Guzmán López, el menor de los hijos de El Chapo.
Y escribo aparentemente porque la captura bien pudo haber sido en suelo mexicano como lo ha denunciado el abogado de Zambada, sin que las agencias de “inteligencia” –que en realidad sólo espían recámaras de críticos y opositores de la llamada 4T– se dieran por enteradas.
Tan falló la “inteligencia” que, al día siguiente, en la matiné de AMLO, tanto él como su secretaria de (In)Seguridad Pública aceptaron haber estado en Babia durante el operativo estadounidense, sin saber siquiera si la detención de ambos presuntos delincuentes habría sido en México o en Estados Unidos.
Las agencias de EU no avisaron al gobierno de AMLO.
Y más de 16 horas después aún esperaban que les tuvieran un poquito de compasión y les informaran al respecto.
Peor todavía, la próxima secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, dio a conocer el nombre del piloto y la matrícula de la aeronave –violando una vez más el derecho a la privacidad– que habrían trasladado al Mayo y al Chapito…
… pero según narra la columnista Peniley Ramírez en su columna de este sábado en el diario Reforma, ambos datos ¡son erróneos!
Ni el ciudadano estadounidense mencionado en la matiné palaciega ni el avión son los que dijo en su declamación poética doña Rosa Icela.
Así va la 4T: ¡De metida de pata en metida de pata!
Desinformados ¡y en la pendeja!
Narco, negocio de los últimos presidentes
Ambos detenidos pertenecen a una de las organizaciones delictivas más antiguas y consolidadas del Continente americano. Las cantidades exportables de marihuana, metanfetaminas, cocaína, heroína y fentanilo son para el anecdotario de Ripley.
Se trata de un negocio que cuenta con expertos operadores, laboratorios, barcos, submarinos, aviones y helicópteros, además de armas para uso exclusivo del Ejército, sistemas de lavado de dinero, tráfico y conspiración con alianzas gubernamentales que rebasan cualquier concepto de previsión o de éxito siquiera parcial. Y esto en casi seis decenas de países.
Por eso es por lo que la batalla de quien siquiera lo mencione está condenada al fracaso de antemano, pues las bandas y los capos del trasiego de enervantes han sido consentidas desde que el gobierno del gabacho se interesó en el Triángulo Dorado de Chihuahua, Durango y Sinaloa para producir los opiáceos que funcionaran como analgésicos de sus muchos heridos de guerra.
Gobiernos van y vienen desde hace cien años que se han repartido las prebendas del narcotráfico, unos en mayor medida que otros. Pero a partir del infame Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, paniaguado de los golpistas gringos, todo se hace para servirle al patrón, hasta provocar una guerra civil donde los muertos los ponemos nosotros y los beneficios les tocan a los valedores gabachos y sus capataces ternuritas de aquí del rancho grande.
A pesar de que se les ha advertido en todos los tonos que la guerra contra el narcotráfico y, ahora, los “abrazos y no balazos” no han producido más que cientos de miles de víctimas y desolación, los gobiernitos de Calderón, de Enrique Peña Nieto y de López Obrador se deslumbraron ante la puerta falsa de los beneficios inmediatos y cómodos del trasiego.
Las oficinas que supuestamente combaten al narcotráfico en esta localidad no son sino simples sucursales de cuarto talón de los capos yanquis que operan y deciden desde Washington, Nueva York, Chicago y Los Ángeles la suerte de los mexicanos y los niveles de inseguridad a que nos exponen. Sus caporales en este territorio obedecen sin chistar, sabiendo que son removibles.
No hay honestidad en el ejercicio del poder
Nuestra condición geográfica de vecindad con los Estados Unidos da como resultado la absoluta indefensión del pueblo ante la violencia y el salvajismo del narcotráfico. Es una ecuación que tiene atemorizada a la población, por la cual la economía se encuentra paralizada y cuadripléjica.
El narcotráfico es una de las dos pinzas de la tenaza –la otra, la complicidad de los gobiernitos– que se aprietan más cada día que pasa y para lo cual no hay respuesta posible. Ninguna plataforma, ningún programa de gobierno hubiese podido enderezarse si hubiese salido del ronco pecho de quienes han estado complicitados en el problema del narcotráfico. Son muchos los funcionarios de todos los niveles que están inodados en ese intríngulis.
De lo que está necesitado el pueblo de México es de lo que ellos no tienen ni conocen: la honestidad en el ejercicio del poder, la verdad en la toma de decisiones, la transparencia en el usufructo de los dineros. Los antecedentes de panistas, priístas y cuatroteros no hablan bien de ellos, de su conducta, de sus compinches, de sus cómplices en el trasiego.
Requerimos hombres y mujeres de carne y hueso que puedan recuperar a pasos decisivos la esperanza de la población en un futuro mejor, más digno.
Esos sencillos requerimientos populares, más la estabilidad política y la confianza de la gente en sus mandatarios para arrasar con la corrupción, es suficiente para desde ahí hacer todo lo demás que se requiera en los aspectos técnicos o diplomáticos y financieros, en el resarcimiento del Estado cabal y digno.
Así es que a otros perros con ese hueso.
Aquí ya no caben los corruptos.
De promesas e imágenes de desinformados y pendejos ya estamos hasta la madre.
Indicios
Lamentablemente, Sinaloa no deja de ser material para la nota policiaca o, si me apura, político-criminal. El asesinato del candidato triunfante a una diputación federal por la Coalición PAN-PRI-PRD Melesio Cuén, quien fuera rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa se dio en un ambiente en el que el gobernador morenista Rubén Rocha mantenía una abierta confrontación con él. ¿Acaso los sicarios interpretaron los deseos del mandatario estatal o, de plano, recibieron órdenes directas de él? Las versiones de la Fiscalía local de que fue herido para robarle la camioneta en la que viajaba muy pocos se las creen. * * * Y por hoy es todo. Mi permanente reconocimiento a usted que leyó hasta aquí. Como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
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