Ciudad de México, México.– La geografía y sus estudiosos aportan elementos para conocer la vida humana que deja huellas o marcas en la superficie de la Tierra bajo una perspectiva cultural, histórica y social, esto es habitar a diferentes escalas, indica el investigador del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM, Héctor Mendoza Vargas.
En ocasión del día de estos profesionales que se conmemora el 23 de julio, el universitario manifiesta que ofrece a las nuevas generaciones una guía e ideas para actuar en un mundo cambiante, pero también otorga elementos interpretativos para detectar y reflexionar las transformaciones que el universo de datos registra de la existencia de cada persona, desde su vivienda y el barrio, hasta su interacción con la ciudad y los paisajes.
En ello radica el valor académico de la geografía que indaga el sentido de lugar, con sus variables y la combinación de escalas que modifican la mirada; en esto piensan y actúan las geógrafas y los geógrafos.
Estos científicos sociales, abunda, se encargan de indagar la riqueza del mundo circundante, es decir, “abrir los ojos a las y los jóvenes, a las familias, a los universitarios, acerca de todo aquello que los rodea en sus vidas y sus características ambientales, sociales y culturales”.
Hoy, ya no es posible que la disciplina tenga una mirada unilateral, solo preocupada por aspectos ambientales o fenómenos geológicos, hidrológicos o meteorológicos. Hay una nueva geografía que se interesa por enfoques interdisciplinarios para detectar el cambio de un mundo social a otro, en diferentes escalas temporales (días, años o siglos), manifiesta.
Bajo este enfoque, estos especialistas se insertan en los entornos laborales y profesionales cambiantes y exigentes en las áreas de proyectos especiales, de organización y de gestión en instituciones oficiales, como: Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Consejo Nacional de Población, Comisión Nacional del Agua, Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Centro Nacional para la Prevención de Desastres, Secretaría de Salud o la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.
Así como en instituciones privadas y de consultorías, despachos de planeación urbana, publicidad y de arquitectura (donde averigua la relación del edificio con el territorio), al igual que en instituciones educativas, donde cumplen un papel central en la difusión de la identidad geográfica de las y los ciudadanos, detalla Mendoza Vargas.
Considera que la geografía tiene una dimensión política de alto valor en las esferas de gobierno, la diplomacia y de las relaciones internacionales que, cada vez más, interesa a las nuevas generaciones, ya que es un enfoque para comprender cómo se ejerce el poder político y económico en los territorios, en las fronteras y al interior de la ciudad a partir de ideologías y perspectivas culturales, religiosas y económicas, con el diseño de mapas a diferentes escalas, precisa el experto en entrevista.
Destaca que más allá del nombre de ríos, montañas y capitales, se enfocan en los aspectos sociales y naturales que modifican el territorio. Entre sus campos de investigación se encuentra la cartografía temática, ordenación y planeación urbana y regional del territorio, sistemas de información geográfica y teledetección, geomarketing, regionalización, estudios de uso de suelo (urbano y rural), prevención de desastres naturales, análisis territoriales bajo enfoques históricos, culturales y naturales, con el análisis de variables económicas, de clima e impacto ambiental, entre otras.
El investigador del IGg señala que también observan la forma cómo el ser humano interactúa con su entorno a diferentes escalas, identifican patrones espaciales (con el uso de datos estadísticos o censos) y de movilidad y advierten de las potenciales afectaciones de los eventos naturales.
Para desarrollar sus tareas realizan trabajo de campo, recorren itinerarios, aplican encuestas y conversan con la población (entrevistas), realizan observaciones, recopilan datos con equipos, como drones y aviones e imágenes con tecnologías satelitales. Con este “arsenal”, están en posibilidad de interpretar las líneas y marcas del paisaje y de compartir sus hallazgos y transformarlos en proyectos para el bienestar de la sociedad, expone.
Mendoza Vargas apunta que la geografía es una ciencia dinámica y adaptada a los tiempos, con una larga y rica tradición intelectual. Su importancia en el siglo XXI radica en varios aspectos, primero (según Horacio Capel, de la Universidad de Barcelona), es una disciplina antigua de larga tradición, presente en la evolución reciente de la humanidad y en la adaptación cultural, además del valor pedagógico y formativo en todos los niveles educativos de las escuelas del mundo.
Innovaciones
El universitario puntualiza que la tecnología siempre ha estado en la práctica geográfica, no es extraño que esta ciencia sea un campo de innovación y de métodos adaptados a diferentes escalas, locales e inmediatas, en el marco regional o en el paisaje, pero también a niveles de mayor amplitud, como los problemas nacionales. Para ello, se ha valido de múltiples relaciones con otras disciplinas y un cuadro completo de técnicas y tecnologías cada vez más costosas y sofisticadas.
Comenta que, además de la UNAM, los geógrafos egresan de otras instituciones de educación superior del país como las universidades de Guadalajara, Veracruzana, así como de la Universidad Autónoma Metropolitana (Unidad Iztapalapa), la de San Luis Potosí y de Querétaro.
En el caso de la Universidad Nacional, anualmente egresan de 30 a 50 geógrafos y geógrafas. La licenciatura se imparte en la Facultad de Filosofía y Letras, con perspectiva humanista, crítica y de ciencias sociales. También abrió una segunda opción en la enseñanza de la geografía aplicada, con una visión práctica y analítica en la Escuela Nacional Ciencias de la Tierra, cuya primera generación egresó recientemente.
El académico resalta que la mayoría de los geógrafos se concentra principalmente en la región centro y sureste del país, y se carece de su presencia en Sonora, Chihuahua, Coahuila, Monterrey, Tamaulipas, Baja California, Nuevo León y Durango, entre otras entidades, debido a la falta de promoción social y profesional en los nichos académicos de las universidades estatales, por ejemplo, al lado de la enseñanza profesional de la historia o la antropología.
En el sureste de México, la UNAM abrió dos sedes académicas, en una ya se estudia la licenciatura en Geografía Aplicada: la Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad Mérida, y próximamente se abrirá la misma licenciatura, bajo la coordinación de la Unidad Académica de Estudios Territoriales Oaxaca, del Instituto de Geografía de la UNAM. Otra opción es la licenciatura en Geohistoria, en la Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad Morelia, con lo cual fortalece la presencia de esta ciencia en esos estados del territorio nacional.
Recuerda que el 23 de julio se celebra en México el Día del Geógrafo, propuesta que él presentó en 1998 durante un concurso de la Universidad Autónoma del Estado de México para asignar esta efeméride en nuestra nación. Se estableció esa fecha en conmemoración de la apertura del Primer Congreso Nacional de Geografía en 1939, realizado en la sala de espectáculos del Palacio de Bellas Artes e inaugurado por el entonces presidente Lázaro Cárdenas.