Tendencias y datos duros indican que no hay forma de que Sheinbaum gane

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TRAS LA PUERTA DEL PODER

Por Roberto Vizcaíno

Muchos son quienes con o sin experiencia en cuestiones electorales, han hecho sus análisis del momento mexicano para llegar a una misma conclusión: que el muy reiterado triunfo a priori de Claudia Sheinbaum simplemente no tiene ningún sustento.

La insistencia en repetir que la distancia en las encuestas entre ella y Xóchitl Gálvez es irremontable, insalvable, no es más que un blof (fanfarronería, engaño, apariencias fingidas) político diseñado desde el poder.

Se trata de crear esa percepción entre los votantes. Es aplicar el tan manido principio de Joseph Goebbels -de repetir una mentira hasta convertirla en una verdad entre la población- al proceso electoral mexicano de 2024.

Hoy ya nadie en este país se traga lo del “arroz cocido”. Menos se cree en las encuestas evidentemente “cuchareadas” a su favor. Menos cuando insisten en colocar 20, 30 o más puntos arriba a la candidata oficial de la hidalguense.

LOS DATOS SON LOS DATOS

Mire usted, las cosas son más sencillas de entender que lo que cualquiera cree.

Veamos: en 2018, en la elección que ganó Andrés Manuel López Obrador por 30 millones de votos y 51% del total de los sufragios emitidos, la Lista Nominal del INE era de 89 millones de electores -es decir, mexicanos con credencial del INE en mano-… en esa elección acudieron a votar el 63% de esa lista.

En términos generales no hubo sorpresas pues en las elecciones del 2000 donde ganó Fox, en la de 2006 que ganó Calderón y en la de 2012 que ganó Peña Nieto, igual acudieron a votar el 63%. Es decir, AMLO no conmovió al Universo ni disminuyó el nivel tradicional de abstención.

Hoy la Lista Nominal se incrementó a 98 millones de electores, es decir, 10 millones más que hace 6 años.

Veamos. En estos 6 años se han realizado al menos 3 elecciones esenciales en México: las intermedias federales de 2021, donde Morena, PT y Verde lograron 21 millones de votos, mientras que la oposición PRI, PAN, PRD y MC alcanzaron los 22 millones de votos. Uno más que el oficialismo.

Eso significó dos cosas importantes:

1)    Que Morena y la oposición logran casi la misma votación, es decir no hay tal predominio del oficialismo.

2)    Que Morena y AMLO perdieron en esa elección 10 millones de votos respecto de los 30 millones obtenidos por AMLO en 2018.

Al año siguiente, en 2022, en el proceso de revocación de mandato AMLO y Morena, PT y Verde apenas llegaron a los 15 millones de votos. Ahí perdieron 15 millones más de votos.

Eso indica claramente que el llamado voto duro de AMLO y Morena anda entre los 18 y 25 millones de votos.

LA LÓGICA SIMPLE

Si a lo anterior aplicamos la lógica simple, veremos que la candidata del oficialismo no sólo no gana, sino más bien anda perdiendo.

Todo indica que el próximo domingo acudirán a votar quizá 65 millones o más de electores.

Es obvio que Claudia Sheinbaum no tiene el arrastre y simpatías de AMLO en 2018, así que muy, pero muy difícilmente jalará a 30 millones de votantes.

Todos dicen que ella capitalizará los votos que se generen de los programas sociales. Los expertos indican que eso no le dará más de 15 millones de votos.

Lo que si jalará es la irritación, agravios, malestar, reclamos por los errores y maltratos cometidos contra grandes sectores por AMLO y su 4T. Ahí está la inseguridad y sus 190 mil ejecutados, el desastre en salud y abasto de medicamentos, el alto costo de vida, afectación a mujeres, niños, otros muchos por la desaparición de programas y recorte de presupuestos, etc, etc…

La obviedad indica que si acuden a votar 64 millones Claudia podría estar sumando a lo más a 25 millones mientras Xóchitl podría obtener 35 o más. El esquirol de MC anda en los 5 millones.

El tiempo acabó y el domingo veremos si todo esto tiene razón, o si Claudia resulta ser el fenómeno electoral que los suyos dicen que es, muy superior al de su creador.

Yo, neta, por más que reviso no veo por dónde pueda ganar. La flaquita -super arrogante y pagadísima de sí misma-, es apenas una intención sin mayor sustento. Puro buche y pluma dicen los cubanos. Faramalla. Puro cuento, decimos acá.

Usted no haga caso de que ya todo está hecho y vaya a votar el domingo. Si es a favor de X mejor.

a senadora Ana Lilia Rivera Rivera aseveró que las reformas constitucionales que se aprobaron en este sexenio pasarán a la historia de México como la base legal para construir el segundo piso de la transformación, es decir, un México más justo, libre, democrático y con bienestar para todas y todos.

SENTADAS LAS BASES DEL BIENESTAR: RIVERA

Legislar para los más vulnerables y fortalecer la democracia es lo que se hizo en el Senado en estos 6 años, afirmó Ana Lilia Rivera, presidenta del Senado.

La reforma al artículo 4 constitucional estableció el derecho que tienen todas las personas mayores a partir de los 68 años, y en el caso de aquellas pertenecientes a los pueblos indígenas y afromexicanos a partir de los 65, a recibir una pensión no contributiva de parte del Estado, recordó.

Igual se garantizó el derecho a personas con alguna discapacidad permanente a recibir un apoyo económico, y con prioridad en los menores de 18 años, a personas de los pueblos originarios y a personas en situación de pobreza.

“En esta Legislatura logramos algo que ningún congreso constituyente había hecho: reconocer a los pueblos y comunidades afromexicanas como parte de la composición pluricultural de la nación”, indicó.

Otro logro histórico fue el decreto que reformó diversos artículos constitucionales, para que sean mujeres al menos la mitad de los nombramientos de titulares de las secretarías de despacho del Poder Ejecutivo Federal y sus equivalentes en las entidades federativas, subrayó.

La presidenta del Senado destacó que la paridad de género llegó igual a la integración de los organismos autónomos; en la postulación de candidaturas de los partidos a los distintos cargos de elección popular; en la elección de diputados y senadores por el principio de representación proporcional, en los concursos abiertos para la integración de los órganos jurisdiccionales y en la integración de los ayuntamientos municipales, concluyó.