Participación ciudadana, propia de democracia, dicen universitarios

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Ciudad de México, México.– El año en curso será importante para los sistemas democráticos de México y el mundo, pues casi la mitad de la población en el orbe está convocada a votar para elegir distintas autoridades, señalaron el coordinador de Humanidades de la UNAM, Miguel Armando López Leyva; y Leticia Cano Soriano, coordinadora del Consejo Académico del Área de las Ciencias Sociales.

Durante la sesión inaugural de la tercera edición del Seminario Permanente de las Ciencias Sociales, Reflexiones del Mundo Contemporáneo 2024. Cultura Política y Participación Ciudadana: Paradigmas Actuales, López Leyva afirmó:

Hasta hace unos años el tema de la democracia parecía superado; sin embargo, parece estar siempre en crisis y ello, desde hace tiempo, es motivo de debate. “Se volvió una situación habitual y ha dejado de ser una condición crítica”.

Dijo que la participación ciudadana, uno de los núcleos temáticos del programa de esa actividad educativa, además de la cultura política, es propia de esa forma de gobierno. Sin embargo, lo curioso es que no solo la utilizan como bandera los gobiernos democráticos, también los regímenes autoritarios.

Siempre está presente la idea de la participación, sea para expresar la condición de un país democrático, o bien para legitimar la condición de uno que no lo es.

Refirió que la expresión más reciente de la crisis de la democracia podríamos resumirla en una frase que algunos de los indicadores importantes han trabajado en los últimos años, y que le han llamado la tercera ola de la autocratización.

Ello implica distintas señales en torno a que existen cada vez menos democracias en el mundo y una creciente inclinación por el autoritarismo, aunque en realidad no es tangible. Decir que la gente lo prefiere, es un poco más complicado, sobre todo cuando se le pregunta por medio de las encuestas, mencionó López Leyva.

En otro tema, apuntó que por primera vez en México gobernará una mujer, ya que “las probabilidades de que quede un hombre son bajas, en términos genéricos abstractos; más allá de nuestras propias preferencias, esa es una buena noticia”.

Subrayó que no será la primera elección democrática que tendremos en nuestra nación, como fue la de 2018; en realidad, proviene de tiempo atrás. “Este país, con sus deficiencias, complejidades y déficits, tiene una democracia desde hace muchos años”.

Contamos con una experiencia de elecciones libres, limpias y competitivas, ejemplo de ello son los tres últimos presidentes –de distintos signos políticos e ideológicos– quienes fueron electos así. “Ese también es, o ha sido, un indicador de que la democracia ha funcionado y esperemos que así continúe”.

De acuerdo con el experto, la elección de 2024 pondrá en escena las posibilidades de continuidad institucional de esa forma de gobierno y también la correlación de fuerzas que de ahí deriven.

Quien gane la mayoría seguramente no será absoluta, sino la mayor minoría, y tendrá que establecer alianzas o coaliciones, lo cual en las condiciones actuales es lo mejor que podría ocurrir, ello contribuiría al equilibrio de poderes, que es necesario y útil para evitar abusos de poder y discrecionalidad en la toma de decisiones.

“Ese es el núcleo de la democracia, evitar las tiranías de quien sea, más allá de nuestras preferencias que expresemos el próximo 2 de junio”. Lo fundamental de estos comicios es que se refrende la importancia de la vía electoral para cambiar a gobernantes y, si es el caso, la orientación de las políticas públicas; o bien, para ratificar cierta orientación de políticas públicas”, aseveró López Leyva.

Tarea diaria

A su vez, Cano Soriano puntualizó que la idea o concepción de ciudadanía no se limita a la emisión de un voto electoral, va más allá; es decir, existe la civil, política y social en las que confluyen prácticas cotidianas por la lucha y la exigibilidad de los derechos humanos; justicia social; libertades; igualdad sustantiva; prerrogativas sociales consagradas en la Carta Magna, como salud, alimentación, vivienda, educación, entre otras.

Por ello, transitar de la democracia electoral a la de ciudadanas y ciudadanos permitirá que sean escuchadas todas las voces de manera inclusiva, y que la deliberación pública facilite avanzar en el bienestar y desarrollo social y humano de la población.

Conformar una sociedad crítica, con cultura política que haga suyo el ejercicio participativo responsable para ser parte activa de la agenda pública nacional e internacional que luche por las libertades e igualdades es, sin duda alguna, tarea diaria y de todas, todos, todes, puntualizó la académica universitaria.

Como parte del diálogo y trabajo interdisciplinar que se desarrolla en estos encuentros académicos, “la construcción de ciudadanía y la democracia participativa son necesarias para conformar agendas públicas inclusivas, participativas, deliberativas”, concluyó.