Batres celebra Día de Reyes y partida de Rosca de 15 mil rebanadas en compañía del viejo artegio de timadores en Zócalo capitalino

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Por Marco A. Ramírez Martínez y Javier Ramírez

Fotografías de Vorágine

Ciudad de México, México.— En plena celebración de Día de Reyes y partida de Rosca por el jefe de gobierno, Martí Batres en el Zócalo, la delincuencia sin descanso: un sujeto con pantalón de mezclilla y gorra y una mujer con mini falda, blusa de brillos y bolsa de colgar en el hombro, se dedicaban al viejo artegio del timo en contra de los capitalino que esperaban su rebanada de pan. Todo era celebración por el 6 de enero Día de los Reyes Magos. Con una plancha de Zócalo capitalino envayada, como ya se hizo una mala costumbre, para evitar el libre tránsito ciudadano en toda la plancha.

Los empleados del gobierno central organizaron dos filas, casi enfrente del edificio principal del gobierno capitalino, de personas que esperaban dieran las 14 horas para que se iniciara la partida de la Rosca de Reyes y repartir las 15 mil rebanadas.

El jefe de gobierno no llegó a la cita de las 14 horas como estaba previsto para partir ese pan tan preciado por los mexicanos en esta fecha. Al preguntarle a los empleados con chaleco guinda, quién iba a partir la rosca, contestaron: la rosca ya está partida, y cuando dieron las dos de la tarde, dejaron pasar a la gente a la plancha del zócalo, en donde estaba la Rosca, y darle a cada persona su porción de pan y Tetrapak pequeño de leche.

En esos mismos instantes, la pareja de timadores pretendía engañar a un ciudadano que, por educación, escuchó su cuento chino de que les cambiara un billete de mil pesos, pero su posible víctima les contestó que no tenía cambio. El timador insistió en su cuento chino con su posible mártir de que le cambiará ese papel moneda, porque, le dijo, “ya tenemos un buen rato tratando de cambiar el billete y nadie lo hace”.

La mujer intervino con la posible víctima tratando en engañarlo también, pero el ciudadano nunca se dejó envolver de los timadores y los dejó un palmo de narices. Al final, les grito en la cara que “por educación” los había escuchado y no quería saber nada de ellos. Casi es un hecho de que ese billete era falso y los timadores trataban de sorprender a quien se los permitiera.

Mientras, Batres llegó después de las 14 horas para iniciar el festejo del Día de Reyes, los vigilantes, elementos de seguridad y policía preventiva, en el Zócalo capitalino, ni sudan ni se acongojan de frenar a la delincuencia como a los timadores que abundan en el Centro Histórico de la capital del país.