Análisis a Fondo
- Quieren bajarla, pero ella no se deja
- Ni duda que mañana Beatriz ganará
Por Francisco Gómez Maza
No es cuestión de fe, ni de creer o no creer, pero Beatriz Paredes Rangel no cree que vaya a ser Claudia (Sheinbaum Pardo) la candidata presidencial de Morena. Ya se amoló la ex gobernadora de la Ciudad de México porque no será, pese a que le ha estado echando muchas ganas y las encuestas de todo tipo, las serias, las profesionales y las “patito” le dan una ventaja descomunal sobre el resto de los aspirantes de su partido y, no se diga, del mal llamado frente amplio por México,
El problema no es Morena. Todo indica que, fuera del desaguisado del excanciller Marcelo Ebrard Casaubón, quejándose de la doctora en ciencias, todo parece marchar en santa paz y armonía entre los precandidatos, o aspirantes, o suspirantes, o corcholatas, como se le antoje nombrarlos.
El verdadero problema es si, al final del día, los hombres del dinero van a rectificar. Ya decidieron que su candidata fuera la maleducada Señora X, alias Xóchitl Gálvez. Pero junto a ésta enfrentan a otra mujer, decidida a representar a la oposición para ganarle la Presidencia de la República a quien sea que presente el Movimiento de Regeneración Nacional a las elecciones del 2 de junio de 2024. Hay que tomar en cuenta que la candidata opositora tendrá que enfrentarse con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, el tremendo fenómeno realísticamente mediático, que arrasó con todos en 2018, y que sigue arrasando con todo en el 2023, tanto que es el gobernante que ocupa el segundo lugar mundial en popularidad, sólo después del de India.
Sea Beatriz Paredes o Xóchitl Gálvez, la que sea tendrá enfrente la figura crecida de López Obrador, aunque esté batallando contra Claudia Sheinbaum que, por si sola, lleva todas las de triunfar. Ciertamente, para ser sinceros y honestos, la oposición, ni con Dios padre de candidato, le ganaría a Morena y eso lo sabe Paredes Rangel, la única candidata realista, no por ser priista, de entre todas las Xóchitl que, sin razón alguna, sólo por la tontería de los hombres del dinero, quiere ser presidente, como si serlo sería “enchíleme otra”.
Pero, sea lo que fuere, para bien o para mal, para hacer el ridículo o para aceptar la pérdida, Beatriz Paredes Rangel tiene que sobreponerse a las presiones de los estrategas electorales de los señores X, y no ceder. Ella se ha ganado a pulso la candidatura porque ha despedazado a Xóchitl en cada foro, debate, a que ambas han estado expuestas. Y todavía falta el encuentro del sábado 26 de agosto en la queridísima Mérida por muchas razones. En Mérida, amiga, se cavará la tumba del PAN, que ya ha empezado a cavar Dante Delgado Ranauro con sus huestes color naranja. Ahí, si los empresarios de la cúpula de cúpulas insisten en que su candidata sea Xóchitl, allá ellos. Que con su pan se lo coman. El PAN con Xóchitl nada tiene que hacer frente a Morena o, mejor dicho, frente a Andrés Manuel López Obrador, aunque nadie de mis amigos periodistas lo quiera, o más bien, aunque lo odien. Se cansarán de odiarlo pues aún hay AMLO para rato. Y a propósito del tabasqueño, la experimentada Paredes le dijo a Xóchitl que sería un error ir a campaña electoral, atacando cotidianamente al Presidente de la República. Pero Xóchitl no lo entiende. Le preocupa más que don Enrique Alfaro, quien acaba de pintar su raya de Movimiento Ciudadano, la apoye.
Y al parecer, Beatriz Paredes ha estado resistiendo a las presiones de la dirigencia del Frente opositor para que se baje de la competencia y deje el camino abierto para ungir a Gálvez. Nadie sabe cuál es la jugada de los The Company Men, los amos del Señor X, quien ni idea tiene de qué es estar dispuestos a imponer una candidata. En eso no les ganan a los priistas, aunque estos estén medio moqueados.