TRAS LA PUERTA DEL PODER
Por Roberto Vizcaíno
“Sí cómo no”, dijo con sorna el Conejo de Alicia en el País de las Maravillas…
Y es que ayer Andrés Manuel López Obrador retomó dos encuestas de Enkoll y Covarrubias levantadas recientemente, en que las preferencias electorales dan amplia ventaja a Morena y sus llamadas “corcholatas frente a la oposición” y su puntera Xóchitl Gálvez a casi un año de las presidenciales del 2024.
En abierto desacato a normas constitucionales y a medidas cautelares dictadas por el INE, bajo el señalamiento de que: “ojalá y me entiendan los del INE y los del Tribunal (Electoral del Poder Judicial de la Federación) para que no me vayan a sancionar, es muy importante que se sepa que no existe ningún fenómeno político que pueda implicar el que se detenga o sea derrotada la transformación (4T), no hay nada.
“Al contrario -parafraseando a Juárez-: el triunfo de la reacción (o sea, de Xóchitl y el Frente Amplio Opositor) es moralmente imposible”, dijo ayer en medio de sonrisas de felicidad durante su mañanera.
En su descargo, explicó:
“Esta semana se dieron a conocer dos encuestas que no se difunden en los medios convencionales, porque apuestan otra cosa, a crear una situación virtual, a querer meter en el imaginario colectivo algo que no existe”.
Y colocó una la imagen en su enorme pantalla de Palacio para mostrar que el levantamiento de Enkoll y la de Covarrubias, y bajo la clásica pregunta de “si las elecciones fueran hoy por quién votaría”, los resultados indican que un 60 por ciento de los posibles votantes lo harían por los candidatos de Morena mientras que el PAN se llevaría el 14 por ciento; el PRI el 12, MC un 5, PT y PRD empatarían en un 3 y el Verde apenas llegaría a un 2 por ciento.
Con la advertencia de que “no lo digo yo”, mostró luego el sondeo de Covarrubias donde Morena, Verde y PT lograrían en conjunto 49 por ciento de los votos mientras que los del Frente Amplio -PAN, PRI, PRD-, alcanzarían el 19 por ciento mientras que MC de Dante Delgado llegaría al 7 por ciento.
La más benigna para los opositores, dijo, da a los de la alianza de Morena, PT y Verde una ventaja sobre los 30 puntos, indicó evidentemente contento.
En tal perspectiva y con tanta ventaja, advirtió, “¿por qué vamos a hacerle daño a los posibles candidatos del PAN, además de que no somos de malas entrañas… porqué tendríamos que hacerles daño?”, se quejó.
¿QUIÉN LA VÍCTIMA Y EL VICTIMARIO?
Su señalamiento pretende obviamente refutar los señalamientos, percepciones, deducciones de decenas de analistas, intelectuales, columnistas, opositores y otros muchos que en días anteriores advirtieron que los constantes señalamientos y acusaciones sin prueba alguna, en abierta violación al secreto fiscal y otras normas, el Presidente había creado ya un entorno de hostilidad y vulnerabilidad para la senadora Xóchitl Gálvez, puntera en la contienda por la candidatura presidencial de la oposición.
Nadie hasta ahora lo ha acusado de intentar atentar contra la hidalguense, sino de crear y alentar el entorno para que esto pudiera ocurrir.
A partir de eso AMLO ha acudido a un juego que tiene muy hecho, el de victimizarse aduciendo que él no pretende tal cosa, a pesar de que insiste en denostar y hablar mal de la senadora Gálvez con señalamientos y acusaciones de las que no muestra ninguna prueba, sólo inducciones y supuestos.
Incluso pidió a todos tranquilizarse y serenarse “porque (lo del posible atentado o agresión a Xóchitl Gálvez, que muchos advierten como una amenaza real, posible en el entorno creado por AMLO) es una invención de sus opositores que son producto de un coraje exacerbado, porque no han podido detener el proceso de transformación, y cada vez se les aleja la posibilidad de regresar por sus fueros y sus privilegios”.
De lo que evidentemente no habló el mandatario, es de que los ventajosos porcentajes de los sondeos no son más que una muestra del inicio de una contienda electoral en la que los precandidatos del oficialismo, los bautizados como “corcholatas” por el mismo – a saber: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco-, tienen ya dos años de promoción mediática y política, con el uso de importantes recursos del Gobierno.
Es obvio que conforme avance el proceso electoral, los porcentajes cambiarán y se cerrarán con resultados quizá no muy favorables para AMLO y su proyecto transexenal.
A 11 meses de la elección, nadie puede cantar victoria porque cualquiera de las partes puede ganar.
Incluso Xóchitl Gálvez a la que AMLO pretende dar hoy ya como perdedora con estas encuestas irreales y por demás adelantadas.
CADA QUIÉN SU LUCHITA
En un plano más real, y con los ojos puestos en el proceso de 2024, bajo el buen trato y estrechas relaciones del gobernador Mauricio Vila con AMLO, Morena en Yucatán se a posicionado en la península para también ubicarse en empate técnico den la sucesión estatal con el PAN.
Dicen que Mauricio Vila buscará mantener el predominio de Acción Nacional pero no encuentra a quien apoyar que pueda competir favorablemente en este escenario.
Y quizá en esa contienda tenga que impulsar a su secretario de educación, Liborio Vidal Aguilar, quien además de -dicen- tener toda la confianza del propio Vila, es un experimentado político de extracción Priista con muchísima fuerza en los municipios de Yucatán.
Liborio entonces se apunta como el más firme dentro del Frente Amplio Opositor hacia la elección del 2024 en Yucatán.