Ciudad de México, México.– De acuerdo con el director del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, Armando López Leyva, la pandemia también dejó importantes lecciones en materia de democracia y participación política ciudadana, además de evidenciar las deficiencias en nuestro sistema de salud con la consecuente y lamentable pérdida de vidas.
Después de la experiencia del confinamiento por la COVID-19, el sistema electoral tiene que trabajar en esquemas de votación distintos a los del sufragio presencial, acelerando algunos procesos para concretar el voto electrónico o sufragar a distancia, cuidando los protocolos de seguridad necesarios para garantizar elecciones confiables.
En entrevista indicó que estas y otras iniciativas se plantean en este volumen, en el que académicos e investigadores analizaron cómo los efectos de la pandemia se entremezclaron con la democracia, toda vez que implicó un proceso de toma de decisiones especialmente en cuestiones de atención a la salud, pero además en otros ámbitos en los que de cualquier forma afectó.
Por ejemplo, comentó que si bien había una tendencia autocratizante en México y en otros países de América Latina, en donde las decisiones de gobierno se concentraron en un solo poder o una sola institución, con la emergencia sanitaria se reforzó y se profundizaron aspectos negativos en relación con las libertades civiles y los derechos políticos.
Agregó que, en la segunda parte del volumen Democracia en tiempos difíciles, los especialistas analizan la aplicación de políticas públicas y la toma de decisiones en distintos aspectos, empezando por las políticas de salud.
En ese sentido, recordó cómo algunas instituciones, como el Congreso de la Unión o el Instituto Nacional Electoral, se vieron obligadas a ajustar sus protocolos de participación para dar continuidad a las sesiones, teniendo en cuenta que sus actividades no se podían paralizar.
Otro tema que no podía pasar por alto, señaló, fue el de las omisiones y el manejo de la información pública gubernamental relacionada con las acciones para contener la pandemia, y en donde hubo falta de transparencia en los datos que se transmitieron al público en general.
La publicación -coordinada por López Leyva y Laura Montes de Oca Barrera- considera también algunas propuestas para apuntalar las políticas públicas específicas, en caso de que se presenten situaciones de emergencia similares a las de la COVID-19 y que necesariamente requieren de políticas de mayor alcance.
“Hay que garantizar la efectiva división de poderes, pues aunque este es un tema que se contempla en la Constitución, en la práctica hay ciertas desavenencias sobre cómo funcionan los poderes públicos, pero es un hecho que, incluso en momentos de crisis como esta, es importante que los poderes hagan su función”, refirió.
Al respecto, estimó que en el análisis es esencial poner especial atención al tema de la polarización política que rebasa la esfera de la confrontación entre dos bloques, los cuales se identifican con posturas políticas distintas, pero traspasan hacia una barrera social.
“El tema es propiamente la pandemia porque muchos liderazgos que asumieron -y en México no es la excepción-, lo hicieron a partir de lo que ya teníamos antes de la pandemia que era un liderazgo centralizado; es decir, ha tendido a centralizar muchas decisiones y políticas personalistas”.
En medio de esa polarización se minimizaron los contrapesos; con esa visión centralista y personalizada se impidió que se hicieran numerosas cosas, entre ellas, resistencia a escuchar a los expertos. La propia UNAM cuenta con un amplio espectro de especialistas quienes nunca fueron consultados y se optó por manejar información poco confiable, subrayó.