Faltan más campañas para enfrentar la enfermedad de “Chagas” en México

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Ciudad de México, México.– Es erróneo pensar que la enfermedad de Chagas se presenta solo en el sureste mexicano o en zonas tropicales. De hecho, las estadísticas ubican al estado de Hidalgo con el mayor número de individuos seropositivos y el vector de transmisión está prácticamente en todo el país, excepto en la Ciudad de México.

Lo anterior de acuerdo con la investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO) de la UNAM, Bertha Josefina Espinoza Gutiérrez, quien sugiere realizar campañas para informar a la población sobre esta zoonosis, saber cuáles son sus síntomas, cómo pueden cuidarse del vector de transmisión y para que las embarazadas de zonas endémicas se realicen diagnósticos y sepan si ellas o sus bebés podrían ser seropositivos.

“Hay desconocimiento de esta enfermedad entre la población, pero también entre la comunidad médica y los encargados de salud. En mi opinión, en el 80 por ciento de nuestro territorio hay una o varias especies de vector transmisor, hemípteros de la subfamilia Tripanosomatidae, porque cuando salimos a campo a buscarlos, siempre los encontramos”, afirma la experta universitaria.

En entidades como Morelos y el Estado de México hay numerosas especies transmisoras; se registran casos en Zacatecas, Colima y Guanajuato. En Oaxaca se encontró el primero, pero se piensa que sólo hay en este estado, en Chiapas o Veracruz, insiste la también académica de la Facultad de Ciencias.

El Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud federal – correspondiente a la semana 12 de 2023- reportaba 197 casos acumulados de tripanosomiasis americana crónica y 10 más de este mismo padecimiento, agudos. Los sucesos se reparten en 23 entidades.

En el cono sur del continente, agrega la especialista, esta es una enfermedad muy conocida y hay campañas de control del vector y de seguimiento a mujeres embarazadas, pues una forma de transmitirla es de madre a hijo. En Argentina, por ejemplo, hay un programa de diagnóstico a embarazadas y de seguimiento hasta que nace el bebé.

“En México no existe nada de esto, aun cuando hay grupos académicos importantes trabajando en varias regiones del país; falta la respuesta gubernamental para hacer campañas de educación, diagnóstico, seguimiento y para dar tratamiento”, añade.

Infección mundial

La enfermedad de Chagas es causada por el parásito protozoario Trypanosoma cruzi, que es unicelular, mide unas cuantas micras, pero está infectando aproximadamente a siete millones de personas en el mundo, con la posibilidad de que pueda afectar hasta 90 millones, aclara Espinoza Gutiérrez.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que en el mundo hay de seis a siete millones de personas con este padecimiento y se registran cerca de 10 mil muertes cada año.

Aunque es endémica de Latinoamérica -pues se encuentra desde el sur de Estados Unidos hasta La Patagonia- se considera una infección mundial debido a que se detectaron más casos en Europa, Asia, Australia, derivado de las migraciones humanas.

“Todas las personas que convivan cerca de un vector transmisor están en riesgo de infectarse, por ello es importante hacer campañas en las que se hable de la enfermedad y de que son estos insectos los que transmiten la infección. No se trata de eliminarlos, eso es imposible -son muchas especies y muy distribuidas- sino para que la gente sepa que esos insectos le pueden transmitir una infección y trate de no estar cerca de ellos, que en su casa trate de controlar su presencia”, subraya la investigadora.

De acuerdo con la OMS, los parásitos Trypanosoma cruzi se transfieren principalmente por contacto con las heces u orina de insectos triatominos infectados, que se alimentan de sangre. Normalmente están activos por la noche, pican en una zona expuesta de la piel y defecan cerca de la picadura.

Los parásitos penetran en el organismo cuando la persona se frota y empuja las heces o la orina hacia la picadura, los ojos, la boca o alguna lesión cutánea abierta.

También se transmite mediante transfusiones de sangre, de madre infectada a su hijo recién nacido, por transmisión oral por alimentos contaminados, trasplante de órganos, incluso en accidentes de laboratorio.

La investigadora del IIBO explica que 30 por ciento de las personas infectadas la desarrollarán en algún momento de su vida; 90 por ciento tendrá afectaciones cardiacas y 10 por ciento restante presentará alguna enfermedad intestinal o ambas.

Entre las afectaciones cardiacas están: trastornos de la conducción eléctrica, inflamación, hiperplasia y crecimiento exagerado del órgano, que a la larga causan la muerte.

Integrarla a la red primaria de salud

En ocasión del Día Mundial de este padecimiento -que se conmemora el 14 de abril- y que en 2023 tiene como lema “Es hora de integrar a la Enfermedad de Chagas a la red primaria de salud”, Espinoza Gutiérrez reitera que deben emprenderse más acciones educación al respecto.

“Es un llamado a que haya más educación sobre la enfermedad Chagas que está presente en el país y porque una vez que un paciente desarrolla la enfermedad, es muy difícil que pueda obtener el tratamiento.

“No hay vacuna contra esta infección y los fármacos que hasta ahora están autorizados tienen una eficacia razonable en las primeras semanas, pero baja mucho en la fase crónica, cuando afecta ya el corazón”, agrega.

Además, son tóxicos en algún grado y tienen efectos secundarios, que hacen a los pacientes abandonar el tratamiento, el cual dura aproximadamente 60 días. Entre las consecuencias están: erupciones en la piel, dolor de cabeza, sentirse muy cansado, incluso presentar problemas neurológicos.

Un medicamento más efectivo

La investigadora del Departamento de Inmunología del IIBO puntualiza que con colegas del Instituto de Ciencias Físicas de la UNAM desarrollan un fármaco denominado A21 para combatir la enfermedad de Chagas, el cual, en combinación con Beznidazol, tiene resultados positivos in vitro sobre el parásito que la causa. Recientemente, en modelos murinos en vivo se detectó que no tiene efectos citotóxicos.

“Con el grupo del doctor Iván Ortega Blake envolvimos este fármaco en una nanopartícula tipo liposoma. Resultados recientes nos muestran que el efecto es todavía mejor porque lo podemos usar menos concentrado y sigue siendo muy efectivo en el modelo murino.

“Estamos usando una cepa muy virulenta y el 100 por ciento de los ratones a los que se aplicó se rescataron; es decir, no registramos ninguna muerte de ratón. La combinación de A21 y Beznidazol elimina prácticamente el parásito de la circulación en la sangre”, remarca la experta.

Recuerda que es un paso más en el desarrollo de este medicamento, pero aún está lejos de poder aplicarse para uso humano. “Es un compuesto muy bueno y nosotros estamos empeñados en seguir trabajando para encontrar una posibilidad, aunque sea a largo plazo, de un fármaco que pudiera ser efectivo y menos tóxico para los pacientes”, acota.