Ciudad de México, México.– Aunque lideró la globalización comercial, Estados Unidos enfrenta un repliegue regional, o un vuelco mercantilista que marca al orbe, consideró la investigadora de El Colegio de México, María Celia Toro Hernández.
Esta situación se vincula con el fin del mundo unipolar y el establecimiento de China como la segunda economía más importante del planeta -aunque algunos dirían que es la primera-, en competencia con EUA.
Durante la clausura del Segundo Congreso Bienal de Estudios Norteamericanos: ¿Globalización en crisis?, organizado por el Centro de Investigaciones Sobre América del Norte (CISAN), de la UNAM, la investigadora precisó:
La expansión se relaciona con la culminación de la Guerra Fría hasta el establecimiento del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN).
Al ofrecer la conferencia magistral “América del Norte: ¿Punta de lanza de la globalización o repliegue regional?”, la experta detalló que luego de la desaparición de la Unión Soviética, Estados Unidos comenzó una política global de promoción de libre comercio, democracia, de mercados abiertos en Europa -que avanza en su proyecto regional- y Asia; el principal competidor era Japón.
Lo anterior llevó a la negociación y firma del TLCAN, un acuerdo regional exitoso en sus primeros siete años de entrar en vigor, en los cuales se vivió un auge extraordinario del comercio e inversión con Canadá y México.
Recordó que, en el año 2000, 47 por ciento del comercio internacional de Estados Unidos se concentró en la región de América del Norte, una cifra alta que no se ha vuelto a alcanzar.
Toro Hernández explicó que la segunda coyuntura crítica comenzó con el surgimiento de la economía china y su acercamiento en tamaño al mercado estadounidense, en 2010. Vivió su punto crítico en 2016, cuando Donald Trump se retiró de la negociación de los llamados acuerdos megarregionales comerciales (el acuerdo Transpacífico y el Transatlántico) y exigió la renegociación del TLCAN.
“Estamos entrando en otra época de cambio sistémico. Hoy le llamamos bioestratégico que se distingue por dos momentos, uno es una peligrosa vuelta a las políticas mercantilistas que se refleja claramente con Donald Trump y el T-MEC, que es un acuerdo mucho más restrictivo, marcando un vuelco mercantilista y más favorable para Estados Unidos y Canadá”, manifestó la investigadora visitante de la Universidad de Austin-Texas.
Otro rasgo distintivo de este cambio sistémico, agregó, es la intensificación de la guerra comercial con China, mediante la imposición de aranceles, además del establecimiento de las reglas de origen, a fin de participar de manera preferencial para entrar al mercado estadounidense.
En este momento Estados Unidos busca en la región norteamericana una forma de reducir su dependencia del mercado chino. Como consecuencia esta política originó un renovado impulso a la relocalización de cadenas de suministro en América del Norte, además de estar más cerca de donde se elaboran los productos y del consumidor, expresó la especialista en relaciones entre México y EUA.
De acuerdo con Toro Hernández, la pandemia de la COVID-19 interrumpió las cadenas productivas y de suministro y al cerrarse los mercados fueron evidentes las vulnerabilidades de un mundo global. Eso aceleró una tendencia que ya estaba en marcha; “con o sin pandemia hubiéramos caminado en esta dirección”.
En ambas coyunturas, aseveró, es evidente que cuando Estados Unidos es actor central de la política mundial y piensa en América del Norte, lo hace considerando la mejor manera de mantener su supremacía.
Durante la ceremonia de clausura, el investigador del CISAN, Juan Carlos Barrón Pastor, agradeció la participación de más de cien expertos quienes forman parte de la Red de Norteamericanistas. El encuentro contó con conferencias magistrales, la presentación de un libro y un documental; fue realizado de manera presencial en la sala de conferencias del CISAN.