Ciudad de México, México.– Para alcanzar el bienestar o progreso no es indispensable incrementar el ingreso de las personas, sino mejorar la calidad de los servicios públicos, afirmó el integrante del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, Moritz Alberto Cruz Blanco.
Al lograrlo, es menor la necesidad de crecimiento del ingreso porque el Estado los provee y ya no se necesita gastar, por ejemplo, en una buena educación; si las personas se enferman, ya no se preocuparían por desembolsar grandes cantidades para acudir a los servicios médicos, expuso durante el conversatorio “¿Desarrollo sin crecimiento?”, en ocasión del Seminario Teoría del Desarrollo 2023.
En tanto, César Armando Salazar López, también investigador del IIEc, afirmó que mientras no se realice una reforma fiscal que permita al gobierno incrementar sus recursos, tampoco habrá cambios en su política social. Además, se debe repensar el mercado laboral y crear empleos dignos, pues los que actualmente se generan son precarios.
El gasto público no cambiará mientras no se modifique la forma en la que obtiene ingresos. Los nuestros están por debajo de la media latinoamericana y aunque han aumentado -porque el Impuesto Sobre la Renta se ha duplicado por una mayor fiscalización a las empresas- hay un número importante de personas en la informalidad; además, faltan mecanismos para apoyar al Estado y que pueda ofrecer mejores servicios públicos, indicó el coordinador del libro “Desafíos para la economía mexicana en el 20-30”.
Más participativo
Moritz Alberto Cruz Blanco, especialista en temas de Financiamiento del Desarrollo y Crecimiento Potencial de la Economía Mexicana, explicó que en México ha habido una obsesión por colocar al crecimiento económico como una condición sine qua non para obtener bienestar, pero la realidad ha mostrado que al generarse más riqueza esta suele quedar en pocas manos, debido a los problemas de desigualdad e inequidad en la distribución de los recursos.
El también director de la Revista Problemas del Desarrollo compartió cifras del Banco Mundial las cuales señalan: para que un país sea considerado desarrollado el ingreso per cápita debe ser aproximadamente de 13 mil dólares. En 2021, a nivel mundial, fue de 12 mil dólares y en México de poco más de 10 mil dólares.
“Pensaríamos que casi todos estaríamos en el umbral de un país avanzado, con bienestar, pero la mayoría no accede a servicios básicos de vivienda, alimentación, salud, educación, por problemas de distribución. Si tienes estos servicios no requieres 80 mil dólares de ingreso; cuando el Estado los provee, 20 mil dólares son más que suficiente”, señaló.
El conjunto de alternativas para el progreso apunta a que el Estado retome el dominio de lo público y lo social, a que sea participativo nuevamente como proveedor de bienes y servicios, recalcó.
Cruz Blanco destacó que en México se han implementado algunas medidas encaminadas a alcanzar el bienestar, por ejemplo que no haya más privatizaciones de lo público; retomar sectores como el energético y el de transportes; realizar reformas a la legislación laboral relacionadas con el aumento del salario mínimo, de los días de descanso obligatorio, al igual que el gasto en desarrollo social, entre otras.
Empleo digno
En tanto, el doctor en Economía, César Armando Salazar, explicó que ofrecer empleo digno es una condición clave para el progreso económico y para ello también se requiere que haya inversión de los sectores público y privado.
Indicó que el 60 por ciento de las personas económicamente activas en el país no han recibido los beneficios del incremento al salario mínimo y los días de vacaciones, toda vez que se encuentran en la economía informal. Por ello, se pronunció por repensar el mercado laboral.
El conversatorio fue inaugurado por el secretario académico del IIEc, José Manuel Márquez Estrada, y moderado por la investigadora de esa entidad académica, Berenice Ramírez López.