Ciudad de México, México.– Los pelícanos blancos americanos comenzaron a llegar al lago y humedales del Bosque de San Juan de Aragón, ya que es de los cuerpos acuáticos elegidos para vivir durante cinco meses -de noviembre a abril del año siguiente-, dio a conocer la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) capitalina.Los pelícanos blancos americanos vuelan más de 4 mil kilómetros con la finalidad de encontrar lugares como la Ciudad de México, con mejores condiciones para sobrevivir al invierno. Estas aves son originarias de Canadá y Estados Unidos, pero migran cada año para evitar el frío extremo.
“Empiezan a migrar en busca de alimento hacia las partes más cálidas, hacia el sur, que va desde México hasta Centroamérica en algunos casos. Estas aves arriban a la Ciudad de México buscando alimento, refugio y las condiciones adecuadas para pasar el invierno. Las aves nos visitan de algunas partes del sur de Canadá y Estados Unidos; hacen viajes muy largos hasta llegar a este punto”, detalló la encargada de Monitoreo de Fauna en el Bosque de San Juan de Aragón, Miriam Vargas.
En este año, los primeros pelícanos llegaron a mediados de noviembre pasado. A la fecha, se han contabilizado 50 ejemplares y se calcula que entre diciembre de este año y enero de 2023 llegue la mayoría, para sumar aproximadamente 400 en total.
Durante la estancia de estas aves, los expertos del Bosque de San Juan de Aragón realizan un monitoreo para estudiar el comportamiento, alimentación y cuántos pelícanos llegan. Los especialistas también observan si hay pelícanos con anillos de identificación en sus patas, los cuales han sido colocados en sus lugares de origen para estudiar sus movimientos migratorios.
Lo anterior, dijo Miriam Vargas, ha permitido ubicar ejemplares que han volado 4 mil 300 kilómetros desde la provincia canadiense de Saskatchewan hasta el Bosque de Aragón, y hay otras parvadas identificadas que vienen de Utah, Estados Unidos.
El coordinador técnico de los Humedales y Lago del Bosque de San Juan de Aragón, Armando Amín Eldin, explicó que la presencia de pelícanos y otras aves en este punto se vincula con el éxito de los trabajos permanentes para mejorar el cuerpo de agua de esta área verde que, a su vez, ayudan a la conservación de la biodiversidad.
“Aquí se hace un trabajo de conservación mediante la atención que le damos a los dos humedales y al agua del lago, eso nos proporciona un ambiente adecuado para ellas, trabajamos todo el año para que, en tiempo de migración, el lugar cuente con las condiciones necesarias para que las aves puedan llegar y encontrar lo que necesitan, básicamente refugio y alimentación”, destacó.
El lago cuenta con dos humedales que sirven como “riñones” para limpiar el agua. Uno de ellos es el humedal en forma de caracol, creado en esta administración junto con la playa de aves, con capacidad para tratar 150 mil litros diarios.
Asimismo, Armando Amín llamó a los visitantes del Bosque de Aragón a conocer a los pelícanos bajo el lema “observa, disfruta y conserva”.
Miriam Vargas llamó a la ciudadanía a tomar diversas medidas para cuidar de estas aves migratorias: la principal es no alimentarlas, pues los pelícanos ya obtienen su alimento de forma natural en el Lago del Bosque de Aragón. En contraste, al brindarles otro tipo de comida que no pueden procesar en sus organismos, les pueden provocar enfermedades o incluso la muerte.
Entre otras recomendaciones se encuentran: no arrojarles objetos; no tirar basura, pasear a perros con correa y evitar que los animales de compañía entren al lago.
El pelícano blanco americano es una de las aves más grandes del continente; alcanza hasta 3 metros con sus alas extendidas; pesa en promedio 15 kilos y vive alrededor de 15 años. Para conseguir su alimento recurren a una estrategia de pesca cooperativa, en la que entre varios individuos acorralan a sus presas en el agua.