Considera consejero nacional necesario poner en el centro de la agenda pública a niñas, niños y adolescentes

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Javier Ramírez Vorágine
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Ciudad de México, México.– Hoy más que nunca es clara la urgente necesidad de incorporar el interés superior de la niñez en la política de Estado y es una tarea que concierne a todas y todos, aseveró el consejero del Instituto Nacional Electoral (INE), Martín Faz Mora.

“Es imposible transitar a una sociedad con mayores estándares de bienestar y a una cultura cívica que estreche los lazos solidarios entre las personas si no ponemos en el centro de la agenda pública a las niñas, niños y adolescentes que son las generaciones que en el mediano y largo plazo deben consolidar nuestra democracia”.

Al presentar la Conferencia Magistral Especial: “Democracia, infancias y adolescencias”, a cargo del doctor Alejandro Cussianovich, el presidente de la Comisión de Capacitación Electoral y Educación Cívica del INE, Martín Faz  destacó la importancia de reconocer a la niñez y a las juventudes como sujetos y agentes sociales activos que deben tener un papel en el sistema democrático.

“Es una demanda de las niñas, niños y adolescentes plasmada en la Consulta Infantil y Juvenil 2021”, dijo.

Necesario avanzar en el ejercicio de derechos de la niñez en democracia

Es fundamental que el Estado reelabore y repiense su rol para ser garante de derechos de todos los sectores de la sociedad, ya que hay una “moratoria social” con las infancias y adolescencias al no ejercer plenamente sus derechos en democracia, afirmó el doctor en Ciencias Sociales sobre Juventud e Infancia, Alejandro Cussianovich.

Hizo énfasis en cómo este sector cada vez es más activo en la defensa de sus derechos.

El doctor Cussianovich ponderó que el hecho de que desde 1997 el INE realice la Consulta Infantil y Juvenil es una manera de escuchar sus voces, “tener objetivamente graficada esta necesidad de evitar que globalización signifique estandarización y alineamiento de todos bajo un solo patrón conceptual, práctico, jurídico o social”.

El reto, agregó, es cómo transformar esos resultados, ya que planteó que el mismo sistema global apunta a una homogeneización, donde hablar de niño, niña o juventud, “es una tendencia a un sabor colonial o colonialista”.

Es un acierto hablar de democracias, infancias y adolescencias para evitar estandarizaciones, sobre todo cuando las constituciones seleccionan a quienes son interlocutores válidos y a quienes no, continuó.

Aplaudió que las infancias y las adolescencias cada vez estén más conscientes de sus derechos, aunque aún falta para que ejerzan estos derechos.

Estableció que, pese a que hay un clamor de este sector, somos una sociedad que produce un pensamiento abismal, “no los veo, no los escucho, no los siento, es decir producimos insignificantes interlocutores no válidos”.

Lo anterior, junto con el hecho de ser sociedades de mercado y de la competencia “¿cómo puedo hablar de democracia en un contexto en el que miro a los demás como posibles amenazas a mi éxito, a mi triunfo y a mis logros?”.

Ante ello, consideró que hablar de democracia es fundamental, “pero si la democracia no va con una pasión por la solidaridad, por el respeto, por el reconocimiento, por la compasión y la sensibilidad por los demás, ¿de qué democracia hablamos?”.

Para Alejandro Cussianovich los espacios que se han abierto los propios niños y niñas en América Latina para hacerse escuchar, deben reforzarse con la vigilancia, la escucha y rendición de cuentas.